«Mamá, ¿cuándo voy a volver a salir libre?»: los niños que viven en Palmasola están creando nuevas memorias al otro lado del muro

Van ocho salidas solidarias, en las que los pequeños menores de seis años que viven con sus mamás privadas de libertad, conocieron un mundo nuevo con parques, cines, piscinas y muchos animales. Usted puede ayudar a pintar su mundo de colores

Gina Justiniano Cuellar.

En Palmasola hay poco más de 50 menores de 6 años
En Palmasola hay poco más de 50 menores de 6 años

 

Fuente: El Deber



Un grupo de madres sentadas en torno a un televisor mediano, con sus niños en la falda y otros acomodados en primera fila, disfrutan la proyección de los videos de los paseos realizados en los últimos cinco años, que les permitieron a los hijos de las mujeres privadas de libertad del Centro de Rehabilitación Palmasola, tener una experiencia extramuros.

Paseo en La Rinconada / Foto: Gina Justiniano
Paseo en La Rinconada / Foto: Gina Justiniano

 

En las pupilas está estampado el reflejo de lo que están viendo, y sus sonrisas, por un momento, los transportan a otro mundo. Tienen pipocas y soda, los menores están mirando un pequeño capítulo feliz de la película de sus vidas que transcurre mayoritariamente entre rejas.

En la principal cárcel cruceña hay unas 600 mujeres, la mayoría de ellas procesadas por tráfico de drogas (fueron captadas por redes criminales que se aprovechan de la necesidad y las usan como mulas para llevar droga a otros países).

La población infantil ronda los 60 niños menores de seis años, que es la edad límite que permite a las mujeres privadas de libertad conservar a sus hijos a su lado (Ley 2298 y Ley 548).

Desde 2019, los niños han salido en ocho oportunidades /Foto: Lisa Corti
Desde 2019, los niños han salido en ocho oportunidades /Foto: Lisa Corti

 

Una salida, un recuerdo feliz

Jaqueline (nombre ficticio) se moría de miedo cuando le dijeron que su niño (ahora tiene 4 años) podía salir de paseo. Se imaginaba que era una argucia para quitárselo y mandarlo a un hogar. Pero cuando vio a la voluntaria Lisa Corti, del Movimiento Libertad, se le acercó y le pidió que le jurara que su pequeño Tadeo (nombre también ficticio) sería devuelto a sus brazos.

El niño es bien dulce, es el quinto hijo de Jaqueline. Su primera hija fue producto de una violación, cuando apenas tenía 12 años. Sus otros tres hijos de 18, 16 y 7 años no la ven desde que entró a la cárcel con detención preventiva hace 6 años. Se la acusó de haber sido cómplice del asesinato de su marido y desde entonces sus suegros se encargaron de que ella no los viera nunca más.

Su angustia de días y noches eternos la atenúa viviendo para su hijo menor, que se gestó dentro de los muros. No hace falta hacerle muchas preguntas o intentar ganarse su confianza. Su corazón roto por haber presenciado el asesinato de su esposo y luego haber sido acusada de ser cómplice, necesita desahogarse. Las lágrimas se caen y resbalan por sus mejillas mientras habla, por lo que su niño cruza la habitación para abrazarla.

Tadeíto se dio cuenta de que ella está contando algo triste y corrió a consolarla en silencio. No necesita decir algo, sus grandes ojitos lo dicen todo: él es el pequeño hombrecito de su vida y la va a proteger. Nadie nunca más le hará daño. Después, cuando comprueba que su madre ya se repuso, corre feliz a seguir conversando animado con los otros niños, reunidos para ver la proyección de las salidas solidarias.

Pero Tadeo no siempre fue así. Antes era introvertido, no se daba mucho a relacionarse con los otros chiquillos. Ahora hace gala de una personalidad más segura y sociable. Las salidas extramuros alimentaron una memoria más feliz y digna de atesorar. Él es tal vez, el caso más representativo de lo bien que les hace a estos niños el estar en contacto con otra realidad posible, una fuera de las rejas.

Sobre la ley que les permite convivir en el penal 

El Artículo 26 de la Ley 2298 que repara en los casos de padres y madres privados de libertad, dice: «Los hijos del interno que sean menores de 6 años, podrán permanecer en los establecimientos penitenciarios, siempre que el progenitor privado de libertad sea el que tenga la tutela del menor. Cuando la tutela del menor la tengan ambos progenitores, el niño permanecerá con el progenitor que se halla en libertad, salvo que este se encuentre en el periodo de lactancia, en cuyo caso permanecerá junto a su madre».

En 2014 se restringió la residencia de los niños, permitiendo que estén solamente en las cárceles de mujeres (ley 548 del Código Niño, Niña, Adolescente).

Además la norma dice que  «la permanencia de niños menores de seis años en establecimientos penitenciarios se hará efectiva en guarderías expresamente destinadas para ellos. De conformidad a lo establecido en el Código del Niño, Niña y Adolescente, en ningún caso podrán permanecer en los establecimientos penitenciarios niños mayores de esa edad, correspondiéndole al Estado, según el caso, ubicar al niño o niña con la familia extendida, en entidades de acogimiento o en familias sustitutas, mientras dure la privación de libertad».

También señala que la administración penitenciaria otorgará las facilidades necesarias para que los hijos menores de los internos los visiten, compartan con ellos y estrechen sus vínculos paterno filiales.

Un pequeño y un voluntario de Movimiento Libertad en La Rinconada / Foto: S. Chuquimia
Un pequeño y un voluntario de Movimiento Libertad en La Rinconada / Foto: S. Chuquimia

 

Salidas extramuros solidarias

Las madres, que en un inicio temían que las salidas sean un engaño para quitárselos de sus brazos, ahora respiran con tranquilidad, confirman que sus niños, que ya van saliendo en ocho oportunidades desde 2019, han sido devueltos en buenas condiciones, lo han pasado bien, han tenido momentos divertidos y han descubierto con asombro, por ejemplo, que el río Piraí es inmenso, que los colores de las parabas son más brillantes que el arcoíris y que tienen tíos (así les dicen a los voluntarios) que son muy buenos, los abrazan y cuidan cada vez que salen.

Están acostumbrados a vivir rodeados por mujeres, sus madres y las otras internas del penal, y cuando ven a una figura masculina sienten más curiosidad por conocerlos.

Cuando ven a un nuevo voluntario no dudan en acercarse, darle la mano, abrazarlo y conocer su nombre.

Las mamás que en un principio dieron temerosas el permiso para que sus niños salgan en buses, ya tienen total confianza. Conocen a los voluntarios y agradecen lo que están haciendo por sus niños, pues no solo se mueven para conseguir auspicios para sacarlos a pasear, también han montado un centro infantil (dos aulas) con dos profesoras y tres pasantes. Así los pequeñines pueden aprender a leer, escribir, dibujar y hasta algo de inglés.

Volviendo a la proyección, por dos horas se distrajeron y olvidaron que en realidad están en Palmasola.

Entre las rejas y los muros de los ocho ambientes que tiene el sector PC-2, donde está concentrada la población femenina, el grupo de pequeños que a penas pasa del medio centenar, hace su vida a diario en lo que parece un barrio de cualquier distrito de Santa Cruz.

Algunas madres prefieren no explicarles dónde están, otras, terminan diciéndoles que están en una cárcel porque tarde o temprano se van a dar cuenta.

Las salidas solidarias que propician desde la Fundación Movimiento Libertad para los pequeños son un esfuerzo de voluntarios para permitir que estos niños creen memorias nuevas, unas que no tengan que ver con el encierro y de a poco, lo están consiguiendo.

El primer año de las salidas, el 2019, salieron en tres oportunidades: al Biocentro Güembé, a la Feria del Libro y al cine. En 2020, apenas lograron salir una vez, días antes de que se dicte el encapsulamiento por la pandemia de coronavirus. En esa oportunidad se logró la mayor convocatoria, 47 niños salieron con rumbo a La Rinconada, con la promesa de poder disfrutar de la piscina. 

El 2022 lograron retomar las salidas luego de dos años en los que la epidemia prácticamente paralizó sus vidas. Fueron nuevamente a Güembé y en 2023 salieron en dos oportunidades: al patio de comidas Belén y al Parque Kalomai.

Y este 2024 emprendieron entusiasmados la visita al Zoológico Municipal. Los animalitos llenaron sus pupilas de imágenes con las que ahora podrán ampliar su imaginación para dibujar.

La profesora Karin Zabala confiesa: «Tenemos niños con comportamientos extremos. O son muy necesitados de amor, al punto de que quieren monopolizar la atención, o son muy huraños. Y casi todos tienen un lenguaje de cárcel, cuando alguno se porta mal, los otros piden a la profesora que como castigo se los lleve ‘al bote'».

Los niños esperan con ansias las salidas solidarias / Foto: Lisa Corti
Los niños esperan con ansias las salidas solidarias / Foto: Lisa Corti

Recuperando infancias

A todos les afecta la cárcel, en su desarrollo sicológico y en sus estímulos. Por eso el Movimiento Libertad, en Coordinación con el Centro de Atención Integral Penitenciaria (CAIP) y voluntarios de la universidad Nur buscan generar un impacto sustentable en el desarrollo integral y estímulos en los niños en un contexto de encierro, promoviendo salidas a espacios culturales, educativos y recreacionales que estimulen el desarrollo de sus potencialidades.

«Las salidas buscan reconocer el derecho de una infancia digna, llena de experiencias. Con cada salida rompemos el ciclo de violencia que rige en sus mentes y crecimiento. Construimos un día donde no juzgamos donde están ahora y soñamos un mundo donde sean personas llenas de paz y felicidad a pesar de su historia», esgrime un boletín oficial del Movimiento Libertad, que desde su sitio de Facebook da cuenta del trabajo hormiga que se hace y se invita a todo el que quiera aportar a la altruista misión.

Desde 2019 han salido de paseo 229 niños y niñas en contacto con el sistema penitenciario y la violencia, más de 200 voluntarios y muchas empresas comprometidas con el proyecto han puesto su grano de arena en todo este tiempo.

Las ocho salidas fueron meticulosamente planificadas para que todo salga bien, y los niños y niñas tengan el mejor día de su año y una experiencia inolvidable.

El plan es poder concretar cuatro a seis salidas como mínimo por año, pero la falta de recursos, factores sociales como paros, pandemias y otros no han permitido que se alcance el cometido.

El proyecto de la Fundación Movimiento Libertad es 100% autogestionado gracias al voluntariado y cualquiera que sienta en su corazón que estos pequeños niños merecen conocer más el mundo exterior, puede ayudar a pintar su realidad de color. Aporte a la causa, el teléfono de referencia es 61329432 y la página de Facebook es la siguiente:
https://www.facebook.com/movimientolibertadSCZ 

¡Los niños quieren y merecen seguir saliendo!

Este año 19 niños visitaron el Zoológico / Foto: S. Chuquimia
Este año 19 niños visitaron el Zoológico / Foto: S. Chuquimia

 

Fuente: El Deber