México ante el desafío de la desertificación por el cambio climático

Este 17 de junio es el Día Mundial de la lucha contra la Desertificación y la Sequía, declarado por Naciones Unidas para evitar que los suelos sigan sufriendo y debilitándose por el abuso humano.  Uno de los casos que más preocupa en este contexto es México, que acumula ya años de sequía intensa. Un fenómeno que genera la quema de cultivos, la proliferación de incendios y, sobre todo, la escasez de agua en todo el país, especialmente en la región capital.

El sol sale en medio de altas temperaturas en Ciudad de México, jueves 23 de mayo de 2024.
El sol sale en medio de altas temperaturas en Ciudad de México, jueves 23 de mayo de 2024. AP – Marco Ugarte
Fuente: rfi.r

En las últimas semanas, todo el territorio mexicano se ha visto afectado por las altas temperaturas, con una decena de ciudades, incluida la capital, rompiendo récords históricos. El calor y la falta de precipitaciones originan sequías, que a su vez favorecen la propagación de incendios.

“Ciertamente, la mayor parte de la superficie del país está padeciendo problemas de sequía. Esto se debe principalmente a los cambios en los patrones de precipitación. El cambio climático nos ha traído como consecuencia varios años en los cuales la precipitación lleva una tendencia de disminución”, explica a RFI Fermín Pascual Ramírez, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM.



“El país sí está muy estresado, estamos muy estresados todos en el país. Tenemos muchos problemas de diversa índole en diferentes sectores de la población y de los sistemas productivos. Entonces estamos pensando en desarrollar estrategias que nos permitan sobrevivir a largo plazo con una condición como esta. Esta es una condición crítica”, subraya.

Solo seis horas de exposición a 35º C con 100% de humedad son suficientes para matar a una persona saludable, dijeron los científicos en 2023. Por encima de este límite, el sudor no puede evaporarse de la piel, y el cuerpo se sobrecalienta y muere.

 Copernicus, el observatorio climático de la UE, utiliza el Índice Universal de Clima Térmico (UTCI), que considera la temperatura y la humedad, pero también el viento, la luz solar y el calor irradiado para clasificar los niveles de estrés térmico de moderado a extremo.

El estrés causado por calor extremo, según este índice, es una temperatura de «sensación térmica» de 46º C o superior, en cuyo punto es necesario tomar medidas para evitar riesgos para la salud.

“Lo mejor que podemos hacer es comenzar a prepararnos. Así podemos minimizar los efectos. Casi el 80% del agua que se consume en el país es en la agricultura y entonces lo que estamos buscando son alternativas agroecológicas y de manejo agronómico que permitan disminuir el agua que se utiliza en la agricultura para reservar para los núcleos de población. Y de esta manera comenzar a garantizar el abasto humano del agua”, estima el investigador.