“Narcocleptocracia”, entre la anticorrupción de Bukele y El “Golpe blando”

Por Roberto Méndez, periodista

¿Qué tienen en común los más de 30 asesinatos registrados antes de las elecciones de México celebradas este 2 de junio de 2024, la posesión del presidente salvadoreño Nayib Bukele, este 1 de junio, con la promesa de construir una megacarcel para los corruptos y la denuncia del presidente de Bolivia, Luis Arce, que se está gestando un “golpe blando” para acortar su mandato?. La respuesta: Que en los tres casos, estamos hablando de las pugnas del poder; y de las políticas que tratan de implementar los mandatarios para buscar el bienestar de sus conciudadanos.



Sin conocer aún los resultados oficiales de los comicios de México, una palabra golpeó la conciencia de los cerca de 100 millones de mexicanos llamados a votar en unos comicios generales donde se elegirán 20.375 cargos, de los cuales 19.746 son locales y 629 federales, incluida la presidencia. La palabra es cleptocracia, un sistema de gobierno que, en lugar de buscar el bien común, está centrado en el enriquecimiento de sus propios dirigentes con recursos públicos y que supone la institucionalización de la corrupción y del robo en beneficio de los gobernantes y que epela al clientelismo y al nepotismo y a otros mecanismos para saquear al Estado.

La cleptocracia que ha sido denunciada durante la campaña electoral por los cerca de 30 asesinatos de candidatos que pagaron con su vida, haber anunciado que combatirían el narcotráfico, la mafia y la corrupción que se han institucionalizado en México. Inclusive este viernes, cuando faltaban poco más de 24 horas para el comienzo de los comicios, la Fiscalía de Puebla emitió un comunicado sobre el crimen de Jorge Huerta, en Izúcar de Matamoros, candidato a regidor de esa localidad por el Partido Verde.

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En un mapa latinoamericano la balanza se pone en su punto de equilibrio para ver hacia dónde se inclina, a la izquierda que gobierna México, Bolivia, Brasil, Venezuela, Chile, Perú, Colombia, Honduras, Nicaragua, República Dominicana; lo laderecha que intenta llevar agua a un molino que ha sido bien agitado por Javier Milei, en Argentina para acompañar a Nayib Bukele en el Salvador y sumarse a los gobiernos de Guatemala, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico, Ecuador, Ecuador, Paraguay y Uruguay.

Y para debatir el tema de fondo: O si se pretende institucionalizar la cleptocracia, (del griego clepto, ‘robo’; y cracia, ‘poder’ = dominio de los ladrones) que en el caso de México ha sido llamada “narcocleptocracia”, porque para nadie es desconocido que muchos candidatos son financiados por el narcotráfico.

En la otra cara de la medalla, la derecha: “Quiero pasar a la historia no solo como el presidente que no robó, si no como aquel que no dejó que roben” ha dicho por su parte, Nayib Bukele, en el Salvador, al iniciar su segundo mandato, este 1 de junio del 2024, anunciado la construcción de una megacarcel para encerrar a los corruptos, con la legitimidad de haber triunfado con el 85% de votos que le dan todo el poder, inclusive en el Congreso, especialmente por haber llevado la paz a ese país de cerca de 7 millones de habitantes y encarcelado a 65 mil pandilleros.

Mientras eso ocurre en México y en el Salvador; en Bolivia estamos en la incertidumbre porque un elemento común ha sido la corrupción que se ha acentuado desde el 2005 cuando el gobierno de izquierda de Evo Morales llegó al poder, interrumpido durante un año por Jeanine Añez, de la derecha, igual salpicado por la corrupción de su ministro de gobierno y el de Luis Arce, de izquierda, que asumió el mando el 8 de noviembre del 2020, y que ha tenido a cuatro de sus ministros involucrados en hechos ilícitos.

Y que encima las dos cabezas el principal partido, el Movimiento al Socialismo se encuentran enfrentadas. Y lo último ha sido la denuncia de Luis Arce, en el sentido que Evo Morales ha puesto en marcha un “golpe blando” para interrumpir su mandato, antes de los comicios del 2025, para las cuales, dicho sea de paso, existen 13 candidatos preelectorales, gran parte de la derecha.

Mientras tanto los bolivianos sufrimos por la violencia generada por el crimen organizado, principalmente del narcotráfico, y la economía que está en números rojos y se refleja en el alza de precios, anuncios de bloqueos del transporte y la falta de dólares, porque nos farreamos nuestras reservas internacionales.

Roberto Méndez, periodista

Fuente: eju.tv