No lo sé Rick, parece falso…

La frase de Chum Lee del popular programa «El precio de la historia» de la cadena Americana History Chanel fue lo primero que se me vino a la mente luego de la «histórica» sesión de la Asamblea Nacional donde Andrónico Rodríguez el Benjamín del MAS, entronado en el poder de las dos cámaras legislativas, dirigió a los EVISTAS ahora presuntamente opositores al Gobierno de Arce y también a los diputados y senadores de la «derecha» CREEMOS y Comunidad Ciudadana.

Para explicar mi duda razonable sobre este hecho, solo te invito a recordar los oscuros pasajes de la historia reciente.



En 2005 se dio fin a la democracia pactada (MNR, ADN, MIR, MBL, UCS y otros) que desde el 1985 habían conducido al país por el camino de la economía liberal.

El final de un sistema dio paso a otro, el del Estado Plurinacional y su revolución cultural, apelando al folklorismo y a sus políticas sociales, además de la evidente intervención sobre los recursos naturales, la empresa privada y la libre iniciativa.

La bonanza de los precios de las materias primas y la ejecución de 2 contratos de venta de gas a la Argentina y Brasil (firmados en el tiempo de los «neoliberales») colocaron nota sobresaliente al Gobierno de Evo Morales, que entre otras cosas recibió una Bolivia sin deuda externa producto de la condonación del Banco mundial el año 2006.

El «chupeterio» de los entornos palaciegos envileció al líder Cocalero, quien se aferró al poder y a la costumbre del despilfarro de los bienes públicos, quedándose 14 años en el gobierno, promoviendo su candidatura indefinida y un monumental fraude electoral en las elecciones del 2019.

La división del país con discursos de odio racial o regional, la corrupción y la persecución política de opositores terminó desgastando a su gobierno, por lo que salió huyendo del país ante una asonada del pueblo que se cansó.

Ante el fracaso de las elecciones de ese año y para evitar el vacío de poder, se optó por la sucesión presidencial. Asumió el cargo la senadora Jeanine Añez.

Tristemente, triste el desempeño del gobierno transitorio que ocupado en la vendeta política y la corrupción en medio de la pandemia del Covid-19, terminó quedándose más tiempo del que debía, generando otra crisis política que derivó en la Asunción al poder del elegido del masismo Luis Arce Catacora en las elecciones del 2021, que se veía más disciplinado con el poder de los «movimientos sociales» y la casta cocalera, además con el cartel de exministro de economía.

Algo tiene el poder que cambia a las personas. El enemigo del socialismo del siglo xxi, identificado en la oposición liderada por Luis Fernando Camacho, por un lado, y Carlos Mesa, por el otro, palideció ante los corcovos de los líderes del MAS que optaron por el «Evo ya no más» y entronaron al nuevo Hilacata, quien cambió de rumbo la dirección política.

En 3 años de lesiones intestinas en el gobierno, unos contra otros, descuidaron los deberes del gobierno ante la inminente crisis económica con origen multifactorial que hoy sufre el país.

Es aquí, después de tanta perorata, que sostengo que Andrónico Rodríguez, el héroe de la «hisTÓRICA» sesión del congreso donde se aprueba el fin del mandato de los jueces autoprorrogados, no es otra cosa que la imposición de la tercera vía del MAS, un intento de oxigenar la política, atrayendo la atención del pueblo Boliviano y el apoyo de los diputados «opositores» que no esperaron la conclusión de la operación «rebeldía» y llenaron de lisonjas a Rodríguez.

El MÁS seguirá siendo el MÁS cualquiera que lo dirija, porque sigue el guion del Zurderio internacional, que solo quiere los beneficios del poder.

Sin acudir a dones de adivino; Si los 2 verdugos en disputa (Evo-Arce) no tienen la estatura para reproducir el poder en las elecciones del 2025, no dudarán en proponer al delfín que espera su turno, arropado por opositores perdidos que le hacen la venia y hasta le buscan corteja.

Óscar Vargas Ortiz