Registran tres sedes militares para recolectar pruebas de la revuelta militar

Tratándose de una acción efectuada en el marco de la investigación ambas partes – denunciante y denunciado- deben ser notificadas.
Por Marisol Esthela Alvarado Flores
Frontis del Cuartel de Miraflores, en la ciudad de La Paz. Foto: Erbol
Frontis del Cuartel de Miraflores, en la ciudad de La Paz. Foto: Erbol

 

Fuente: vision360.bo

Una comisión de fiscales y efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) registraron en las últimas horas tres sedes militares, entre ellas el Cuartel de Miraflores, en la ciudad de La Paz. El propósito fue encontrar elementos que sustenten la investigación sobre la revuelta militar del pasado miércoles, 26 de junio.



Al tratarse de un registro, fue una acción autorizada por las actuales autoridades militares. En total, la comisión de fiscales y la FELCC tienen previsto registrar 12 instalaciones militares, según informa el portal de Los Tiempos.

En el caso del Cuartel de Miraflores la revisión se centró sobre todo en la oficina de Juan José Zúñiga, comandante del Ejército despuesto y hoy con orden de detención preventiva, donde según las primeras pesquisas se efectuaron las reuniones con los jefes militares de las otras dos fuerzas – Armada y Aérea- para planificar la toma de Palacio Quemado y hacerse del poder.

También fueron registrados los carros de asalto que fueron utilizados la jornada de la toma militar, en los que según medios de prensa se encontró «gran cantidad» de municiones e incluso grabaciones de audio de las conversaciones que entablaron los oficiales.

Sin embargo, Álvaro Guzmán, abogado del sargento Alan C., investigado por la toma militar, quien se encuentra entre los 21 aprehendidos, manifestó que no fue notificado con esta acción, al parecer igual que el resto de los juristas que patrocinan a los acusados.

Tratándose de una acción efectuada en el marco de la investigación, ambas partes – denunciante y denunciado- deben ser notificadas.

El miércoles, unidades militares de asalto irrumpieron en la plaza Murillo y posteriormente forzaron la puerta de Palacio Quemado, con el objetivo, según Zúñiga, quien comandó la operación, de restablecer la democracia, formar un nuevo gabinete y liberar a los “presos políticos”.

Sin embargo, tras la posesión de tres nuevos jefes militares a cargo del presidente Luis Arce, los movilizados se replegaron.

El ala “arcista” del Gobierno afirma que fue un “intento de golpe” lo que ocurrió, mientras que el ala “evista” habla de un “autogolpe”, entre tanto, siguen circulando entre los opositores la versión de que fue “una toma armada”.