La Fiscalía encontró evidencias que supuestamente demuestran violencia de género por parte de José L.G., a quien inculpan por la decisión de la joven para quitarse la vida
Fuente: https://elpais.bo
Tras casi nueve años de la muerte de la modelo tarijeña Ximena Ferrufino Cueto, ocurrido en 2015, esta semana se instaló el juicio en contra de su expareja, José Luis. G., por el presunto delito de homicidio suicidio. La parte acusadora pide la pena máxima, que podría ser de ocho años de privación de libertad.
La exmagnífica fue hallada sin vida en su departamento la mañana del domingo 1 de noviembre de 2015. Desde entonces su familia peleó para evitar que la causa se extinga.
La fiscal departamental, Sandra Gutiérrez Salazar, informó que la audiencia de juicio se instaló el martes en el Juzgado Tercero de Sentencia Anticorrupción y Contra la Violencia de la Capital.
Según la autoridad, como parte acusadora se espera conseguir la pena máxima, que podría ascender a ocho años. Dijo que presentarán todos los elementos probatorios recolectados, pero el fallo depende de la autoridad jurisdiccional.
Antecedentes
La joven de 24 años tenía una carrera ascendente en el modelaje, desde el 2013 era parte de las Magníficas de Pablo Manzoni, además era estudiante de la carrera de Ingeniería Comercial
Tomó la determinación de terminar con su vida la madrugada del 1 de noviembre del 2015, los forenses establecieron que fue al promediar las 5.00 horas.
A manera de despedida, publicó un mensaje en su cuenta de Snapchat que decía “Vamos con Dios”. Horas más tarde, cerca de las 8.45 horas, los padres de la joven encontraron el cuerpo en el patio de su domicilio, ubicado en el barrio San Gerónimo.
Proceso penal
Tras la muerte de Ferrufino, el Ministerio Público abrió una investigación de oficio. Con las primeras actuaciones se formalizó la imputación contra su expareja, un exfuncionario de la Gobernación, por presunto homicidio suicidio y en agosto de 2018 el entonces fiscal del caso, Daniel Lobos, presentó la acusación para llevarlo a juicio.
El argumento estaba basado principalmente en testimonios y otras evidencias de que el sindicado habría ejercido violencia de género y sus acciones le provocaron un cuadro depresivo. Sin embargo, el proceso sufrió múltiples retrasos hasta que finalmente este año se instaló el juicio.