En su paso por Buenos Aires, habló con Infobae de las raíces y características de la actual ola de antisemitismo en Europa y Estados Unidos, elogió al presidente argentino, Javier Milei, y lo contrastó duramente con el colombiano, Gustavo Petro
Amichai Chikli, ministro israelí de la Diáspora y para el combate al antisemitismo
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Fuente: infobae.com
Una oleada de antisemitismo se expande por Occidente tras la masacre de Hamas del 7 de octubre de 2003 y en paralelo a la respuesta militar de Israel en Gaza. En ese contexto y para participar de la conmemoración del 30° aniversario del atentado contra la sede de la AMIA, llegó a Buenos Aires Amichai Chikli, ministro israelí de la Diáspora, encargado de las relaciones con la comunidad judía que vive desperdigada por el mundo. Una de sus funciones primordiales es estar alerta y proteger a los judíos de la discriminación y los ataques que sufren periódicamente en los países en los que residen. Sobre las características de este último brote de ese odio ancestral y las relaciones de Israel con los gobiernos de América Latina, dialogó con Infobae este especialista en seguridad y diplomacia y dirigente del partido derechista Likud.
-¿Cuántos judíos hay hoy en el mundo?
-La cifra ronda los 16 millones. La mitad de ellos en Israel. El resto, en otros países. Las mayores comunidades judías están en Estados Unidos, con alrededor de entre 5 y 6 millones. Luego están Francia, Gran Bretaña y Argentina, la quinta comunidad más grande del mundo.
-¿Y cómo cambió su trabajo con ellos desde el 7 de octubre con la masacre de Hamas y la respuesta israelí en Gaza?
-Lo que vimos es que el 7 de octubre fue un ataque no sólo contra el Estado de Israel, sino contra el pueblo judío, dondequiera que se encuentre. El 8 de octubre por la mañana, pudimos ver logotipos del BDS (N.deR.: Las siglas en inglés de Boycot, Desinversión y Sanciones, un movimiento propalestino que promueve sanciones políticas y económicas contra Israel) y partidarios de Hamás, todo organizado con eslóganes de diseño gráfico, lo que significa que estaba orquestado y que ya lo tenían todo preparado de antemano como parte del atentado del 7 de Octubre. También había un plan de manifestaciones y campañas masivas en los campus de Estados Unidos porque no puede ser que en menos de 24 horas hayan conseguido crear todo el material para dichos medios y una campaña de relaciones públicas. Así pues, el ataque iba dirigido contra el pueblo judío en todo el mundo, y no sólo contra el Estado de Israel. Y como resultado, obviamente, vimos un aumento del antisemitismo. Los incidentes antisemitas crecieron un 600% en el último año, con foco en América del Norte, Gran Bretaña y Francia. Y vale la pena decir que en América Latina, en general, no hemos visto un aumento dramático del antisemitismo.
Chikli junto al presidente argentino, Javier Milei
-¿Es comparable este brote de antisemitismo con otros del pasado?
-No creo que sea diferente en términos de dimensión ideológica. Ya vimos la nueva forma de antisemitismo que proviene de esta mezcla de izquierda radical e islam radical. Esto ya es conocido. Nada nuevo. Es sólo el poder de este ataque y lo radical que está siendo las aplicaciones de esta mezcla lo que ha cambiado. Se ha vuelto mucho más masivo y mucho más agresivo. Pero la ideología estaba ahí antes. Y la ideología de estos dos movimientos totalitarios tiránicos, un movimiento totalitario secular y un movimiento totalitario religioso que están cooperando contra el pueblo judío y contra el derecho del pueblo judío a la autodeterminación, tratando de negar la relación y la profunda historia del pueblo judío en su patria en Israel, como vimos con la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que es parte de esta ola antisemita y también con la Corte Penal Internacional (CPI), comparando a Sinwar (NdeR: Yaha Sinwar, uno de los líderes de Hamas señalado como responsable de la planificación de la masacre del 7 de octubre) con Netanyahu. Así pues, son dos movimientos totalitarios, uno ateo y comunista, que se opone a la idea de verdad trascendente y, por tanto, a la estructura moral del bien y del mal porque de acuerdo a esta ideología progresista radical no hay hechos, no hay género y por lo tanto hay algo muy profundo en la resistencia a la filosofía, a la filosofía judía de la claridad moral. Y el otro es el Islam radical, que es un competidor de la creencia judía. Y la mayor diferencia entre el islam radical y el judaísmo es que en el islam radical no existe la idea de elección. No puedes ser un pecador y vivir tu vida como un pecador, como un infiel. Mereces que te maten por eso.
-¿En qué punto están hoy las negociaciones para la liberación de los rehenes que aún están en Gaza?
-Creo que la eliminación del principal terrorista de Hamás, Muhammad Deif, y el hecho de que estemos controlando el Corredor de Filadelfia en Rafah (en la frontera con Egipto) nos acercan a un acuerdo. Pero en este tipo de acuerdo, tenemos que asegurarnos de tener pleno control sobre el corredor de Filadelfia porque ya hemos visto que, por desgracia, no podemos confiar en las fuerzas extranjeras cuando se trata de bloquear la entrada de municiones y explosivos en Gaza y de que Hamás recupere sus capacidades. Y la condición número uno es controlar la frontera de Gaza con Egipto. Todas las demás cuestiones pueden ser negociables, pero no el flujo de de armas, municiones y explosivos para Hamas.
-¿Le sorprende que este brote de antisemitismo sea tan grande entre la gente supuestamente más educada, entre profesores y estudiantes de universidades de elite?
-Podemos discutir sobre el término “educado”. El hecho de que vayas a una universidad de la Ivy League no significa necesariamente que estés en buenas manos en cuanto a educación. Vimos a tres directoras de universidades de primera, Claudine Gay de Harvard, McGill de la Universidad de Pennsylvania, y luego la del MIT y las tres estaban sentadas en el Congreso en una audiencia con la maravillosa y destacada Alice Stefanik y no pudieron decir que condenaban el llamado a un genocidio contra el pueblo judío. Y la gente lo olvidó, pero también se negaron a decir que reconocían el derecho a la existencia de un Estado judío. Dijeron Israel, pero no un Estado judío. Para que veas que el antisemitismo no es ascendente. Porque esto es de arriba hacia abajo, en universidades en las que están totalmente atrapados por esta ideología woke, comunista, neomarxista, enemiga de la civilización occidental y los valores judeocristianos.
Chikli participó del acto de conmemoración del aniversario del atentado a la AMIA junto a la vicepresidente, Victoria Villarruel, y la canciller, Diana Mondino
– Uno de los argumentos que muchos con buenas intenciones repiten para contrarrestar esta marea de antisemitismo es pedirle a la gente que diferencie entre las políticas del Estado de Israel que pueden ser discutibles y los judíos del mundo que no tiene ninguna responsabilidad en ello. Como funcionario del gobierno israelí, ¿cree que es un argumento correcto en este momento?
-Creo que disponemos de una herramienta muy eficaz para distinguir entre crítica y antisemitismo. Argentina pidió liderar el esfuerzo del IHRA (NdR: sigla en inglés de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto) y creo que la definición de antisemitismo de la IHRA es crucial porque se basa no sólo en el antisemitismo racista, sino también en el nuevo antisemitismo, una definición de Natan Sharansky, antiguo jefe de la Agencia Judía, con su concepto de las 3D. Demonización: cuando se demoniza al Estado de Israel, comparándolo con los nazis, acusándolo de genocidio, lo que está totalmente desconectado de los hechos concretos sobre el terreno. Deslegitimación del derecho de los judíos a la autodeterminación y el derecho del Estado de Israel a existir. Y el Doble rasero, como podemos ver claramente en la CPI y la CIJ. La coalición internacional estuvo luchando en Mosul, en Raqqa, en Faluya, donde las cifras en términos de porcentaje de muertes de civiles fueron mucho mayores a las que estamos viendo en Gaza. Y no se han visto este tipo de procedimientos contra la coalición. Eso es un doble rasero. Estas son las tres D. Creo que no hay nada malo en criticar al Estado de Israel siempre que sigas estos principios.
-¿Le preocupa lo que pueda sufrir la delegación israelí en los Juegos Olímpicos de París?
-El ambiente en París en este momento es muy problemático con el fortalecimiento del antisemita Melenchon, que se negó a condenar la masacre del 7 de octubre, que se negó a reconocer a Hamás como organización terrorista. Líderes como Melenchon, como Sánchez en España, son una amenaza para el futuro de la civilización occidental y esperamos que en el futuro esta dinámica cambie. Pero estoy preocupado por la muy decepcionante elección de Macron de alinearse con Melenchon y formar una alianza con un antisemita abierto. Creo que eso está muy mal. Esperemos que los Juegos Olímpicos pasen como deben pasar. Pero supongo que se parecerá al Mundial de Qatar con una actitud negativa, hostil y violenta hacia Israel en estos juegos. Desgraciadamente, sí. No es los que quisiera ver, pero es así.
-Lo llevo a su viaje a Argentina y a Sudamérica. ¿Cuáles son sus principales preocupaciones con respecto a los judíos en América Latina?
-En primer lugar, no me preocupa Argentina. Creo que estamos asistiendo a un cambio radical en Argentina. Agradecemos enormemente las audaces decisiones de Javier Milei y su gobierno de condenar a Hamas, de reconocer que es una organización terrorista, de decir que van a llevar a los terroristas iraníes ante la justicia. Se trata de una decisión extremadamente audaz y atrevida y deseo que el liderazgo de Milei que trae consigo el espíritu de libertad, de los valores judeocristianos, se extienda. En América Latina, vimos hace unos días en el Congreso Judío Mundial a los presidentes de Uruguay y Paraguay con una clara posición junto a Israel, contra el terror, contra Hamas, contra el malvado régimen de Irán. Y esperamos que estos luchadores por la libertad ayudarán a crear un cambio a través de su éxito. La gente en Colombia lo verá y en otros países también y echarán a los idiotas comunistas que dirigen esos estados, como (Gustavo) Petro y otros.
-¿Y qué le dice a quienes critican a Milei por esta alianza tan explícita con Israel porque dicen que eso convierte a la Argentina en un blanco más probable para un nuevo atentado como los de la AMIA y la Embajada?
-Creo que los ataques a AMIA y a la Embajada en 92 fueron ataques contra Argentina, contra su seguridad y su soberanía. La mayoría de las víctimas no fueron judías. Así que creo que tener una postura contra Irán no tiene nada que ver con Israel. Esto es importante para Argentina. Es un Estado serio que no puede permitir que violen su soberanía y pongan explosivos en medio de su capital.
Chikli se reunió con el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y acordaron que médicos y especialistas en seguridad viajarán a Israel para aprender las lecciones de cómo se manejó la emergencia posterior al ataque de Hamas del 7 de octubre.
-Pero mucha gente opina que Argentina no debería implicarse ahora en una guerra lejana como la de Israel contra Hamas.
-¿Así que es de un mundo lejano lo que vimos que ocurrió aquí en Buenos Aires? Mira, estoy seguro de que las personas que están interesadas en esta lucha contra el terror son muy conscientes de los vínculos que hay entre el tráfico de drogas, las organizaciones criminales detrás de eso y las organizaciones terroristas que operan en Sudamérica. Esto es un problema para los argentinos. Este es un problema para los pueblos de América Latina. Irán no es sólo un problema del Estado de Israel. Vemos lo que pasó con los hutíes en Yemen y en el mar Rojo. Vemos un Estado que solía ser un hermoso estado, totalmente destruido como Líbano. ¿Qué es el Líbano hoy? No existe un Estado en Líbano porque el principio básico para determinar qué es un Estado es que éste tenga el monopolio de la violencia y las armas. Y en el Líbano, el único que controla la violencia y las armas es Hezbolá. Es un estado fallido. Es Hezbollistán. Y como era de esperar, el representante de Hezbolá en la CIJ votó en contra, dijo que somos ocupantes. Así que esto es el Líbano. Yemen es una destrucción total. ¿Irak? ¿Siria? Son estados que no existen. Y el futuro de Oriente Medio tendrá enormes consecuencias en todo el mundo. Se determinará si seremos capaces de derrotar al malvado régimen terrorista de Irán. Creo que es un régimen débil que está construido sobre el terror contra su propio pueblo, que está construido sobre la horca, y por lo tanto creo que deberíamos tener una coalición. Y esta coalición la intregran estados árabes como Arabia Saudí, Emiratos y otros, Estados Unidos y países occidentales como Argentina, que formarán una coalición, cada uno con su parte. Usted no necesita necesariamente enviar tropas o luchar. Porque está el mensaje de la relaciones diplomáticas o los intercambios económicos. Todo esto forma parte de la guerra contra este régimen que hay que derrocar.
-Usted se reunió con funcionarios del gobierno argentino y del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. ¿Acordaron algunas políticas conjuntas?
-Lo principal que conversamos con el jefe de Gobierno Jorge Macri es que delegaciones de profesionales argentinos de la salud viajen a Israel para aprender las lecciones del 7 de octubre. Cómo trabajaron los psicólogos israelíes expertos en traumas, los jefes de hospitales, jefes de cirugías que realizaron cientos de cirugías complicadas en pocas horas, como trabajaron fuerzas de seguridad, policía… También tuvimos reuniones aquí sobre temas de seguridad con Patricia Bullrich y con Diana Mondino.
-Cuando vuelva a Israel, ¿qué reportará sobre su viaje por Argentina?
-En primer lugar, que tenemos que aprender sobre el tamaño del gobierno.
-¿En qué sentido?
-Que con ocho ministros está muy bien.
-¿Le gusta?
-Sí, me encanta. Y que tenemos aquí verdaderos amigos, gente muy seria, muy comprometida, audaz en la toma de decisiones con Milei y su equipo. Y también en la ciudad de Buenos Aires que es un pequeño país con sus 4 millones de habitantes.