Según el presidente Arce, la sublevación militar no sólo tenía el objetivo de tomar el poder, sino también respondía a supuestos intereses internacionales que buscan apropiarse de los recursos naturales de Bolivia, como el litio.
La Paz, 17 de julio de 2024 (ANF).- El presidente del Estado, Luis Arce, indicó en una entrevista internacional que “felizmente” lo de “positivo” que sacaron con el “golpe de Estado fallido” fue que sintieron el apoyo de la gente que salió y defendió la democracia.
“Mire, muy clarito lo voy a decir: felizmente, si algo positivo sacamos del golpe de Estado fallido del pasado 26 de junio es que el pueblo salió y defendió la democracia. La democracia es para nosotros el patrimonio más grande que tenemos los bolivianos y no nos la van a poder quitar fácilmente. Y también hemos sentido el apoyo de la gente. Ellos saben que estamos haciendo el mejor de los esfuerzos ante un panorama totalmente adverso”, dijo Arce a BBC Mundo.
El miércoles 26 de junio, el país vivió tres horas de incertidumbre a raíz de una sublevación militar con supuestos planes de ingresar a Palacio de Gobierno para tomar el poder y cambiar el gabinete de ministros. Sin embargo, el presidente del Estado cambió inmediatamente a los tres comandantes de las tres fuerzas y las nuevas autoridades militares ordenaron el repliegue de todas las unidades desplazadas en el centro paceño.
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Ese día, el Gobierno recibió un respaldo incluso de sus detractores; pero, conforme pasaron las horas, la gente y políticos de oposición comenzaron a dudar del verdadero propósito del desplazamiento militar.
El líder de la sublevación, general Juan José Zúñiga, al momento de ser aprehendido, dijo a los medios de comunicación que todo fue montado a pedido del presidente del Estado para levantar su popularidad.
En la entrevista, el primer mandatario rechazó la versión de Zúñiga y negó que se trate de un autogolpe; resaltó que ese día pidió al excomandante que repliegue las fuerzas, pero no fue escuchado.
Según Arce, la sublevación militar no sólo tenía el objetivo de tomar el poder, sino también respondía a supuestos intereses internacionales que buscan apropiarse de los recursos naturales de Bolivia, como el litio.
Cuando fue consultado si esos interesados son Estados Unidos o Europa, el jefe de Estado dijo: estamos investigando.