Entre renuncias, presiones y confusiones en el TSE, los partidos acordaron suspender las primarias y dejaron en veremos los temas del padrón y el conteo rápido. El MAS, de momento, salva la sigla
Fuente: El País.bo
Semana de alto voltaje político sin claro ganador, ni falta que hace, donde los partidos prefirieron seguir en la pugna por el liderazgo de su espacio antes que pactar un mecanismo de resolución de conflicto – que se llama Primarias Abiertas -, y donde varios nombres propios dieron mucho que hablar.
La semana además empezó con un marcado acento brasilero: primero llegó la nominación de Branko Marinkovic a la presidencia de Bolivia desde el Balneario Camboriú, en el sur conservador de Brasil, allí donde se organizaba uno de esos foros internacionales de la ultraderecha – en este caso de la más clásica – en la que se juntan Bolsonaro, Milei, la gente de Vox de España, José Antonio Kast y otros representantes de la corriente más conservadora, incluyendo pastores y evangélicos.
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Marinkovic no cumple los requisitos para ser candidato porque la Constitución pide cinco años ininterrumpidos de residencia para salvaguardar que no se vele por intereses extranjeros – esto existe en casi todas las democracias avanzadas -, y tampoco hasta ahora había manifestado ese interés, pero lo grácil del escenario le hizo tal vez considerarlo sobre la marcha para exponer algunas ideas. Como Evo le entró al trapo vía Twitter, se reafirmó después reduciendo a 180 caracteres su programa: Dios, soy, industria, cambio.
Al día siguiente apareció Lula da Silva e hizo noche. Se llevó una decena de acuerdos comerciales con el Gobierno, sobre todo en gas, y repartió algún que otro jalón de orejas. Nadie sabe si finalmente se vio con Evo, pero como en esta sociedad tecnologizada, lo que se ve se anota, Lula solo acordó con Arce y Morales quedó de nuevo fuera de la grande.
El asunto TSE
Afortunadamente para Morales, el eco de la llegada de Lula y su derrota fue opacado temprano por la emergencia de la reunión multipartidaria en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Todo el mundo sabía que se trataba de suspender las primarias, pero se esperaba algo más… y lo cierto es que el resto son compromisos vagos e interpretables sobre asuntos clave: no habrá actualización del padrón y probablemente, tampoco sistema de conteo rápido de votos, pues todo quedó en veremos, aunque escrito.
Contradicción Comunidad Ciudadana puede sumar sus votos al arcismo y así hacerlo, pero es raro que en paralelo sume sus votos al evismo para exigir el cese de los magistrados
Ahora, hay dos asuntos en análisis pendiente de resolución. El primero es el de Óscar Hassenteufel, presidente del Tribunal Supremo elegido en los tiempos de Jeanine Áñez y erigido presidente luego de la renuncia de Salvador Romero. “Fue de consenso” aceptan reconocer algunos de los diputados que participaron entonces y que no se mojan en si fue elegido por la oposición o por el oficialismo de aquel entonces.
Hassenteufel no es ningún novato: lleva desde los 80 haciendo sus pinitos por la política institucional y ya en la primera década la Embajada Americana lo citaba como informante protegido que pasaba información siendo presidente de la Corte Electoral según los cables intervenidos por Wikileaks y dispuestos al público.
La cuestión es que primero se filtró su renuncia, luego se aclaró que se quedaba de vocal, luego que solo era una licencia vacacional y finalmente, presidió la reunión. En paralelo, el martes el MAS presionaba para que se invitara a Evo Morales, luego se anunció que sí participaría, luego aparecieron invitados las organizaciones sociales afines a Arce y al final, no apareció Arce. Puesto en un cronograma lo de Hassenteufel, lo de Evo y lo de Arce se ve un poco más claro.
Geometría variable de Mesa
En principio no habrá problema en aprobar la Ley que suspende las primarias porque en un nuevo alarde de cálculo, Comunidad Ciudadana puede sumar sus votos al arcismo y así hacerlo, pero es raro que en paralelo sume sus votos al evismo para exigir el cese de los magistrados y que no pase nada. Tan raro como que finalmente vaya a haber elecciones judiciales.
Mesa es el opositor que menos unidad reclama. Al menos el que menos participa de reuniones o pleitos entre opositores tratando de construir un frente común. Podía haber eliminado rivales, pero prefirió apostar al no.
También Arce, pero su plan está menos claro: no tiene la sigla del MAS y difícilmente la tendrá, por lo que conforme avance el tiempo deberá decidir si prefiere ir en solitario con nueva sigla o utilizar las fuerzas del orden para despojar a Morales – ¿tal vez encarcelarlo? – de la sigla del MAS y utilizarla, pidiendo el voto a esos mismos evistas…
Suspendidas las primarias difícilmente el TSE volverá a fiscalizar el cumplimiento de los Congresos y por ende, difícilmente suspenderá la sigla del MAS pese a la media docena de amenazas.
La resolución, de nuevo, tendrá que esperar.
La “soledad” de Evo Morales
El expresidente sigue contando con un grupo de leales en prácticamente todos los municipios a los que viaja, y en La Paz no fue excepción, sin embargo su trascendencia se va quedando en entredicho.
Esta semana no se logró el saludo con Lula tal como algunos miembros de su equipo habían deseado llegando hasta filtrar. Mientras, la posición en el TSE no fue sólida, peor cuando rehuyó el debate y acabó por abandonar la reunión tras algunos reclamos por parte de dirigentes políticos tanto campesinos como del departamento de Santa Cruz.
Morales no firmó el acuerdo en ninguna de sus partes y decidió abandonar el recinto exigiendo que se le reconozca como presidente del MAS según el Congreso que el mismo TSE anuló. En algún momento veremos la fuerza que tiene cada uno… pero todavía no.
Fuente: El País.bo