Del deterioro de Arce y la pinza Evo – Mesa a la desconexión cruceña

Crónica política de la semana

El gobierno apura opciones para estabilizar su imagen mientras que avanzan las elecciones judiciales y crece una incógnita: qué hará Santa Cruz en 2025 tras la gestión convulsa de Luis Fernando Camacho

Miguel V. de Torres

Del deterioro de Arce y la pinza Evo – Mesa a la desconexión cruceña



Arce en pantalla gigante

Fuente: https://elpais.bo

Con la cancelación de las primarias ya acordada – aunque aún no efectiva – los partidos alistan ya su estrategia a largo plazo para llegar en buena forma al próximo invierno, cuando definitivamente se lancen las candidaturas, sin embargo, todos son conscientes que la buena salud a largo plazo pasa por salvar cada semana con victoria, al menos a los puntos, y en eso los detalles de la coyuntura importan. Esta semana a los estrategas les ocupan cuatro: el rápido deterioro de la imagen del presidente Luis Arce; la posición que tomarán las dos vertientes del MAS respecto a lo que suceda en Venezuela; la pinza Mesa – Morales por las judiciales y, a un plazo un tanto mayor, la desconexión casi total de Santa Cruz respecto a la política nacional. Por partes.

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El deterioro de Arce

Al último Evo Morales en función de presidente se le criticaba porque apenas se podía intuir lo que pensaba: no daba conferencias de prensa, no usaba sus redes y apenas emitía mensajes, lo que provocó una desconexión fuerte con su base menos sólida y que tuvo su impacto en la elección de 2019. El equipo de Arce empezó en la misma línea pero después ha intentado diferenciarse precisamente con la comunicación del presidente, que si bien no es espontánea en redes, responde críticas, además de convocar “encuentros con periodistas” donde básicamente oficializa discursos más que responder preguntas. Otro elemento que empezó utilizando con cierta utilidad fue el de los “mensajes enlatados” en horario de máxima audiencia con los que explicó algunos cambios de postura o concesiones ante protestas que fueron ponderados políticamente en tanto no se escondió ni dejó que las cosas pasaran, sin embargo, como suele pasar, abusar de la técnica puede agotar.

Su comparecencia del jueves para exigir a la Asamblea que apruebe créditos, culpándola de todos los problemas del país incluido el suministro de combustibles no lo ha ayudado, al contrario, entre los analistas y opositores crece la idea de que fue una última “patada de ahogado”. Cabe recordar que Áñez también abusó de esta herramienta y acabó declinando su candidatura.

El problema de los combustibles, como el del dólar, cuya defensa siempre es hablar de boicot y desmigar cantidad de excusas, ya venían deteriorando la imagen ante un Gobierno que no acaba de ser efectivo en la resolución de problemas. El asunto del golpe del 26 de junio solo ha venido a acelerar esta situación.

Venezuela y la agenda internacional

Hoy va a ser una jornada clave en Venezuela, pero también en la esfera latinoamericana y Luis Arce puede optar por el silencio, o bien alinearse con unos o con otros. En los últimos días tanto Lula, como Petro como Boric han exigido a Maduro que respete las normas de la democracia luego de unas desafortunadas declaraciones sobre “el baño de sangre” en el caso de que perdiera.

Arce se ha reunido en los últimos meses con Lula y con Putin. Al ruso seguramente le importa poco lo que pase a este lado del charo más allá de las líneas generales. De hecho, nunca acaba de cumplir los plazos que son clave como con las vacunas o las gasolinas. Pero a Lula no. El brasilero tiene interés en mantenerse en la órbita de los regímenes democráticos precisamente porque ese fue el aspecto central de su campaña electoral frente a Jair Bolsonaro y el “asunto Venezuela”, por su deriva autoritaria y empobrecedora, es ya lacerante para la izquierda Sudamericana.

Arce heredó la relación y la ha sostenido con fuerza por aquello de quitarle espacios a Morales, pero su sitio parece más próximo al eje Lula – Petro – Boric que al Maduro – Ortega con el que parece identificarse Morales. Veremos qué sucede.

La pinza Morales – Mesa

La cazada a Patricia Arce, senadora firme defensora de Evo Morales, haciendo señas a uno de los postulantes a las elecciones judiciales ha derivado en escándalo posteriormente silenciado rápidamente desde algunas esferas. Es evidente que hay “pinza” entre las bancadas opositoras y la del Evismo en la cuestión de la elección judicial: los primeros creen que por primera vez podrán meter jueces afines en las planchas finales y así, ganar algunos cargos en los Tribunales clave, mientras que Evo Morales solo quiere un Tribunal que avale su candidatura. Se supone, porque el transfugio es lacerante, que entre ambos bloques suman lo suficiente para aprobar la plancha de dos tercios marginando a los candidatos del evismo, pero no está tan claro, pues la recientemente conformada “bancada manfredista” entre “disidentes” de Comunidad Ciudadana y de Creemos, a los que por lo que sea les gusta votar con el arcismo, puede acabar desnivelando la balanza o a más, bloqueando la elección. El momento clave ya ha llegado.

La desconexión de Santa Cruz

En las elecciones de 2019 Santa Cruz fue clave para el vuelco electoral que amenazó la continuidad del Movimiento Al Socialismo (MAS), pues se volcó con Carlos Mesa aupándolo hasta lo que podía haber sido una segunda vuelta histórica. Después también lo fue durante las protestas que acabaron derivando en la caída de Evo Morales; lo fue en el Gobierno de Jeanine Áñez, tanto en la primera parte cuando los cuadros de Luis Fernando Camacho y en particular Jerjer Justiniano, cerraron la transición, y también en la segunda parte cuando la presidente intentó su candidatura asesorada por Ortiz, Prada y Marinkovic en los temas económicos.

También lo fue en las elecciones de 2020 cuando Luis Fernando Camacho abanderó un proyecto con todo el tinte secesionista que contemplaba una bancada muy fuerte en la Asamblea -logró un 14% de los votos – que después ayudara al proyecto político impulsado desde la Gobernación, que ganó sin problemas en 2021. El Comité Cívico invocó poco después, en medio del clamor por el Censo, el derecho a la autodeterminación de los pueblos a finales de 2022, pero todo se desmoronó después.

En pocos meses el Gobernador Luis Fernando Camacho fue detenido y llevado a Chonchocoro; el banco Fassil se desmoronó aceleradamente, y un tiempo después, Creemos perdió incluso la Asamblea Departamental. En ese tiempo, también el Comité Cívico renunció a la unilateralidad y convirtió la demanda de establecer una nueva relación con el Estado en una simple batalla jurídica por la autonomía y, sobre todo, la bancada de Creemos implosionó, huyendo cada cual hacia cualquier lado. Además, la popularidad de Camacho es cada vez más baja.

Para unos se trata de un fiasco político de primera magnitud, para otros el resultado de un plan perfectamente coordinado para desbaratar las fuerzas políticas y económicas del departamento más pujante del país. Lo objetivo es que el voto en Santa Cruz, cuando se tiñe de separatismo beligerante sube; perjudica a la oposición y su proyecto de “unidad” y beneficia al MAS, que poco a poco va penetrando en los niveles populares.