La falsificación del relato político

El MAS desde el año 2003 ha impuesto su relato sobre los hechos políticos en nuestro país, los relatos son una herramienta de comunicación política que permiten construir una novela para tomar el poder o desde el poder y consolida un discurso político dominante que es repetido por todos sus voceros y amplificado por la red de medios de comunicación afines al poder, o de algunos que pecan en su inocencia al no tener una contraposición a la voz oficial del gobierno.

Recurrir a la lógica «amigo – enemigo» es una vieja técnica política que viene desde la Guerra Fría, perfeccionada por los cubanos con su eterno antagonismo, de «nosotros los que defendemos la patria» y «ellos los vende patria y pro imperialistas», por lo que, en nuestro país, el masismo es el defensor de la patria y «la derecha» es lo peor que hay en la sociedad. Este relato no es nuevo, pero muchos lo creyeron y ayudaron a criminalizar a los actores políticos y constructores de la democracia.



Lo viví el año 2003 durante los conflictos de octubre, soy víctima directa del triunfo de ese relato, se dijo que el gobierno había cometido genocidio, que el pueblo había salido a protestar pacíficamente, que no se quiso dialogar, y después de años de investigación se llegó a la conclusión de que los muertos no eran por balas disparadas por los militares, que las protestas pacíficas eran planificadas por el ELN, las FARC y Sendero Luminoso y que los muertos del «convoy de la muerte» habían muerto en otros sitios distintos. Pero ellos impusieron, criminalizaron al sistema político, nos enjuiciaron y obligaron a exiliarnos a los actores políticos de la democracia y condenaron a los miembros del alto mando militar que solo cumplieron órdenes constitucionales del Presidente.

Para la campaña electoral del 2005 utilizaron el relato del antagonismo oriente- occidente con el discurso «los pueblos originarios y excluidos» contra los «croatas y extranjeros que vinieron a apropiarse de nuestra tierra» y ese discurso les permitió ganar las elecciones y armar un esquema de violencia más a fondo implementado primero en Pando y luego con el famoso «caso terrorismo» que les permitió desmovilizar a la oposición, criminalizar a Santa Cruz y detener y obligar a exiliarse a los actores cívicos y políticos de la media luna, imponiendo una constitución a sangre y fuego con la masacre de la Calancha en Sucre, y con ayuda de alguno de los «nuestros» y su capitulación en Oruro.

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Falsificaron el relato económico que la bonanza de los años del gobierno de Evo Morales era producto de la «nacionalización» de los hidrocarburos, cuando esos 60.000 millones de dólares fueron por la ley de hidrocarburos que hicimos en el parlamento, el añ2004, fui parte de esa comisión y esa ley la consensuamos con todos los actores sociales, regiones, comités cívicos, cámara de hidrocarburos, empresas petroleras, y Carlos Mesa no se animó a promulgarla y volvió al Parlamento y pese a todas las presiones Hormando Vaca Diez como presidente del Senado la puso en vigencia.

La nacionalización fue un acto fallido y corrupto del gobierno del MAS, que le costó mucho dinero en indemnización al Estado boliviano y todavía hay algunos arbitrajes pendientes. Pero Evo se vende como un gran administrador y Arce como el mejor ministro de Hacienda, nada más falso, pero su relato triunfó.

El 2019 perdieron las elecciones, el pueblo boliviano al sentirse estafado por el 21F, más el fraude electoral salió a las calles en todo el país, Santa Cruz tomó el liderazgo a través de Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, en Potosí, los que gritaban » Patria o Muerte» salieron escapando, no sin antes dejar un vacío de poder haciendo renunciar a todos los masistas que estaban en la línea de sucesión constitucional, hasta llegar a la primera opositora Jeanine Añez, que fue improvisada como Presidente de Transición, ya afuera armaron el relato del «golpe de Estado» para ocultar su cobarde huida y empezar a preparar su vuelta, que sucedió antes de lo previsto debido a la inmadurez de las fuerzas políticas democráticas, la incapacidad y corrupción del Gobierno de Transición y a  la cantidad de candidaturas «opositoras» que atomizaron el voto y generaron incertidumbre en el electorado sobre su capacidad para gobernar.

El 2024, armaron un simulacro de golpe de Estado, fueron tan malos los actores, tanto militares como civiles que la ciudadanía, a través de las redes sociales, no pico el anzuelo, las redes se inundaron de memes burlescos, las imágenes de la burda actuación donde Arce discute con Zúñiga y al lado hay gente riendo, el ingreso y la salida del Zúñiga de Palacio con un discurso armado pidiendo la liberación de los presos políticos, cuando dos días antes había amenazado detener a Evo Morales, fue muy ridícula, me dio mucha pena la declaración de Mesa, Camacho y Jeanine defendiendo la democracia, cuando ellos son víctimas y están presos porque en el país no hay democracia vivimos en una dictadura y no se animan a decirlo ni a hablarle claramente al mundo de lo que vive Bolivia.

Ahora nuevamente están tratando de imponer su relato por todos los medios, deteniendo a gente a diestra y siniestra, persiguiendo gente inocente, inmovilizando las organizaciones sociales que están pidiendo reivindicaciones justas como provisión normal de combustibles, libertad de exportación, dólares para proveer al país de medicamentos y otros insumos que necesita la industria, precios justos para los productos de primera necesidad etc., han ganado imponiendo el miedo y el terror, pero son victorias pírricas, porque el país ha perdido, en prestigio, en certidumbre, en estabilidad política, pero no les interesa, el Gobierno tiene luz corta y desgraciadamente la oposición totalmente ausente de lo que pasa en el país, ellos siguen una agenda de formar candidaturas para volver a perder, sin empezar a hacer un esfuerzo por unirse, por hacer política en serio, improvisando candidatos que serán funcionales al MAS por falta de estrategia y estatura política para dirigir un país en crisis y que necesita medidas económicas y políticas heroicas y de largo alcance para salir adelante.

Los falsos relatos a los que ha acudido el MAS, alteran totalmente la realidad, ellos no repiten lo que pasa, sino lo que su gente escucha, y pretenden crear un estado de somnolencia emocional, donde la sociedad se apodere del miedo y pierda la capacidad de asombro, tomando hasta lo más cruel, que es la cárcel y el exilio de opositores como algo normal.

 Estamos a tiempo de revertir estos males que aquejan a nuestro país.