Es interesante tomar atención y observar la actuación de los líderes políticos de ayer y de hoy, especialmente en sus declaraciones públicas. Pareciera ser que son seres recién llegados de otro planeta, insultan a la inteligencia colectiva y realmente creen que todos somos unos idiotas.
Es curioso escuchar a expresidentes y exministros de Estado, a senadores y diputados, con un «halo celestial» denunciar hechos de corrupción a sus rivales circunstanciales, cuando todos sabemos que son o han sido parte, con un buen grado de responsabilidad por acción u omisión, de hechos de ayer y de hoy en el manejo irracional y deshonesto del bien público.
Se responsabilizan unos a otros de la mala administración del Estado, de los desastres que han provocado a través del tiempo y de las consecuencias que estamos viviendo, en un «concurso de mentirosos», en un vergonzoso cinismo total.
Estos señores deben saber que el pueblo tiene memoria, que cada vez está mejor informado y por mínima decencia deberían, cuando menos, reconocer sus errores, hacer un mea culpa y someterse a Tribunales de Justicia absolutamente idóneos e imparciales.
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Por supuesto que la ciudadanía en general espera que, en esta nueva contienda electoral, surjan nuevos líderes políticos que inspiren confianza por su formación, su capacidad y sobre todo su conducta ética y moral. Bolivia no merece seguir siendo gobernada por personas incapaces, deshonestas y antipatriotas.
En homenaje al bicentenario de la creación de la República este próximo 2025, todos los bolivianos y bolivianas debemos comprometernos fielmente a dejar de lado la indiferencia y participar activamente en la transformación real de este maravilloso país en beneficio de todos.
Caso contrario seguiremos siendo el “vagón de cola” en el concierto internacional y cada vez con menos posibilidades de desarrollo y bienestar general, por la irresponsabilidad de nuestros gobernantes.
Fernando Crespo Lijeron