Mamá de Odalys confirma que familia de Joel apela al argumento de ‘sin cuerpo no hay delito’

Joel fue imputado por feminicidio y sus padres fueron acusados por complicidad.

La madre de Odalys, Mabel Quispe, este lunes en la Fiscalía. FOTO/Roberto ARANDA@APGNoticiasBo

Fuente: Red Uno

Una hija desaparecida, un nieto de cuatro años que llora todos los días y un esposo enfermo a quien cuidar, es el calvario que vive Mabel Quispe, la mamá de Odalys Vaquiata, la joven que desapareció el 30 de marzo en el camino a los Yungas de La Paz.



Son tres meses sin respuesta y una búsqueda incansable. Sin embargo, a pesar de la aprehensión del enamorado de Odalys, Joel Pérez, sus padres y dos amigos que lo habrían ayudado, no hay pistas de dónde podría encontrarse el cuerpo de la joven.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Joel fue inculpado inicialmente por el delito de trata y tráfico de personas, ahora está siendo procesado por feminicidio, y sus padres fueron detenidos por complicidad. Mabel pide encontrar a su hija lo antes posible, pues teme que queden en libertad ya que ellos apelan a que «sin cuerpo, no hay delito».

«Llorando (la madre de Joel) dice que tiene su hijo menor de edad de 15 años, que lo necesita, y ¿Mi nieto de 4 años no necesita a su madre? Ni aun así tienen piedad. Lo esconden. Al principio su papá y sus abogados ya dijeron que si no hay cuerpo, no hay delito, entonces no tenían porqué preocuparse Joel, eso dijeron», afirmó Quispe, en la pasada jornada, cuando se apersonó a la Fiscalía de La Paz.

Así, cree que los implicados están callando, ya que se acogieron a su derecho al silencio, con el objetivo de desvirtuar el caso.

«Ahora dicen que no saben nada, pero claro que saben dónde está. Lo que pasa es que quieren salirse con la suya de que si no hay cuerpo, no hay delito», agregó.

Además, su defensa asegura que se tienen pruebas contundentes para resolver el caso. Su abogado, Jhovanny Gonzales, indicó que pedirán una nueva inspección ocular entre las localidades de Tocaña y Yolosita, en los Yungas de La Paz, para continuar con la búsqueda.

«Mi pedido siempre ha sido que me digan dónde está mi hija y encontrarla. Es mi único pedido, encontrar a mi hija, nada más«, afirmó ante los medios.

Respecto a la sospecha de que el cuerpo de Odalys estaría en la propiedad de un familiar del principal sospechosos, Joel Pérez, también en los Yungas; la madre afirmó que ella misma quiere ir a cavar, pero asegura que sería denunciada.

«Por mí, puedo ir todos los días a buscar y cavar, pero no tengo entrada, si me acerco esa familia (de Joel), me van a demandar por hostigamiento. Por mí, voy todos los días a Chonchocoro y de rodillas, le suplico al muchacho que me diga dónde está. Todos los días me paro y digo: dónde está mi hija, pero no puedo acercarme, lastimosamente, porque si no me van a detener a mí por hostigamiento», contó entre lágrimas.

Nuevamente, le pidió a Joel que devele el paradero de Odalys, sobre todo ahora, que sus padres también fueron procesados y enviados a la cárcel por complicidad en el hecho. Teme que queden en libertad porque les escuchó afirmar que «si no hay cuerpo, no hay delito».

«Siempre le he dicho: ‘Joel, di de una vez dónde está’. Le vuelvo a decir: ‘Joel, ¿te gusta ver así a tus papás? ¿Te gusta perjudicar?’ Porque la última vez dijo que investiguen, a otra persona más está metiendo, no sé de dónde saca los nombres. ‘A él que le investiguen también, él sabe’, dijo. No entiendo, de verdad, a cuántas personas quiere meter, no sé si son inocentes o no, simplemente es para desviar todas la informaciones para no dar con el paradero de mi hija», afirmó.

También recordó el dolor de su nieto, el hijo de Odalys, por no ver a su madre desde hace tres meses.

«Lo que más me duele es dejar a mi nieto llorando. Le dejé a mi nieto llorando en la casa. Tres meses sin tener ni un poco de paz, tres meses preguntándome donde está mi hijita», complementó.

La estrategia de Joel

Desde que informó sobre la desaparición de Odalys, tras supuestamente haber peleado, Joel ha dado varias versiones de lo ocurrido y continúa implicando a más personas, como su amigo policía a quien llamó el día de los hechos y otras personas que, según él, vieron a Odalys con otras personas y en otros lugares.

El caso ya fue ampliado a feminicidio. Pero aquí entra en cuestión la doctrina del corpus delicti (“cuerpo del delito”), que tiene su origen en la jurisprudencia anglosajona del siglo XVII que refiere que «nadie debe ser condenado por un delito sin evidencia suficientes de que el delito realmente ocurrió».

En ese sentido, se cuestionó si Joel busca evadir su responsabilidad evitando decir dónde está Odalys ya que el delito de trata y tráfico de personas, en Bolivia, se penaliza con 10 a 15 años de prisión y puede sumar otros 5 años en caso de ser la pareja de la víctima. En tanto que el feminicidio tiene una pena de 30 años de prisión. 

Según el abogado penalista y especialista forense, Cristian Sánchez, hasta hace pocos años algunos tribunales de justicia tenían el criterio que la muerte violenta de una persona, feminicidio, asesinato u homicidio, no se podía demostrar hasta que apareciera el cadáver.

“Sin embargo, esta situación ha sido vencida, por criterios nuevos con evidencia periférica, circunstancial o indirecta que explican el hecho. Por ejemplo, en el caso de Nancy Villarroel (en 2019 en Santa Cruz) no hubo el cadáver porque el agresor, para buscar su impunidad, nunca manifestó a la Policía o familia donde yacía el cuerpo”, explicó.

Los antecedentes en Bolivia son tres personas sentenciadas por feminicidios, sin que se hubiese hallado los cuerpos de las víctimas. En 2022, en Santa Cruz fue sentenciado Alejandro Mark Torrico Gonzáles; ese mismo año, también fue sentenciado  Zenón Achacollo en Oruro y en 2023, se sentenció a Pablo Burgos Santos en Tarija. En base una investigación minuciosa se determinó que Alejandro Mark Torrico Gonzáles había ocultado el cadáver de Nancy, para garantizar su impunidad u ocultar la verdad. Por ello, el experto cree que en el caso actual de Odalys, se podría estar manejando una estrategia similar.

“En el caso reciente eventualmente puede generarse una estrategia similar, por eso la investigación de la Fiscalía y Policía debe ser de suficiente calidad en el sentido de que se encuentren indicios para determinar el paradero de la mujer, si está viva o muerta (…) Y si estaría muerta que todos los indicios den cuenta que no exista otra posibilidad, que ya no esté viva. Esto se explica con el hecho de que no se contacte con su mamá, que no haya ningún registro de videocámara de ella después del evento, que haya cesado en su actividad digital, estas son evidencias circunstanciales que dan cuenta que la mujer está fallecida, en mi criterio”, remarcó.

Lo que debe seguir en la investigación, dice Sánchez, es establecer una vinculación con el imputado o detenido, con la finalidad de generar la certeza de que este es el único responsable y no establecerse una duda que eventualmente genere otra hipótesis.

“El hecho de desaparecer el cuerpo u armas usadas no implica que no haya una sanción penal, la investigación moderna y los nuevos criterios de abordaje de esta clase de eventos dan cuenta de que el hecho de desaparecer el cadáver o arma usada es parte de una estrategia que garantiza impunidad y una obstaculización de la verdad”, concluyó.