La reciente visita del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a Bolivia, acompañada de la firma de 10 significativos instrumentos bilaterales, ha marcado un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países. Estos acuerdos, que abarcan desde la integración energética hasta la cooperación en salud y seguridad, reflejan un renovado compromiso con el desarrollo conjunto y la integración regional.

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En paralelo, la adhesión de Bolivia al Mercosur, ratificada por la promulgación de una ley del presidente Luis Arce, promete grandes beneficios en comercio, educación y salud, según la canciller Celinda Sosa. En este contexto de cambios y nuevas oportunidades, dos destacados expertos, Reymi Ferreira, exrector de la UAGRM y exministro de Defensa, junto a Horst Grebe, destacado economista y académico boliviano, comparten sus perspectivas sobre el impacto de estos eventos en el país y su futuro en el escenario internacional.

Brasil. En criterio de Ferreira, “Lula da Silva siempre ha tenido una posición positiva y amigable hacia Bolivia. No creo que haya variado desde sus primeras presidencias. Lula se ha caracterizado por ser uno de los pocos presidentes que ha volcado su mirada al sur. La mayoría de los otros presidentes han enfocado su atención en Estados Unidos y Europa. Lula generó ese espacio que lo llevó a constituir la UNASUR. Creo que sigue la misma línea. Cuando dice que quiere jugar un rol, está planteando ser uno de los pivotes de la integración, midiendo la potencialidad de su mercado y el enorme espacio geopolítico que tiene Brasil”.

Salto

El intelectual cruceño puntualiza que “lo que Brasil está pretendiendo es una hegemonía continental en el sentido de integración, no de dominación. Ser una especie de columna vertebral de la integración. Y en eso, de alguna forma, quiere ser el contradiscurso frente a figuras como Javier Milei, que tienen una postura disgregacionista y alienante. Lula está planteando un discurso integrador, solidario y cooperativo. Son dos visiones diferentes. La forma en que ha venido diciendo las cosas es crear un discurso alternativo al que viene desde sectores más conservadores”.

Desde la mirada de Grebe, “Lula siempre ha tenido una preferencia por Bolivia. En su anterior gobierno, durante sus primeros años, protegió a Bolivia frente a reacciones, como en la ocasión en que Bolivia hizo la supuesta nacionalización de Petrobras, algo un poco exagerado. Pero esto incitó a círculos de poder, y Lula los aplacó, sosteniendo que con Bolivia había que tener mucha paciencia, una paciencia estratégica. Creo que ha comenzado esto frente al desplante de Milei, que, para mí, no es más que eso, un desplante que no corresponde con la situación real en su intento de modificar la economía y la situación de Argentina”.

Mercosur

“Como todo acuerdo, implica grandes beneficios que traen consigo responsabilidades y deberes. Así como podemos beneficiarnos en aspectos arancelarios, económicos, institucionales e incluso administrativos, también tenemos que brindar esos mismos beneficios a los miembros del Mercosur. Esto implica un proceso de adaptación. Como en cualquier acuerdo, no se logrará de un día para otro; tiene que haber un desarrollo progresivo y una aplicación gradual en nuestro país. Creo que se debe trabajar en una agenda coordinada con los demás países. Hay que empezar a compatibilizar normas de integración, facilidades que podemos recibir y que debemos otorgar. Para mí, lo más complicado, aunque no sé si tanto, es un trabajo de ingeniería: ver cómo nuestra alianza o nuestra integración en el Mercosur no deshabilita nuestra vinculación a la Comunidad Andina. Tenemos el raro privilegio de ser miembros de los dos bloques más importantes de integración en Sudamérica: la Comunidad Andina y el Mercosur. Entonces, tenemos que ver cómo obramos con ambas sin que se contrapongan, porque eso, a mi criterio, es el mayor desafío”, señala Ferreira.

Por su parte, Grebe observa que “Lula ha variado ligeramente su ámbito de acción. En sus primeros meses de gobierno, estuvo muy dedicado a la parte global, intentando intervenir en varios momentos, tratando de ser mediador en el conflicto de la guerra en Ucrania y pensando también en otros conflictos internacionales. Pero tengo la impresión de que no ha tenido mucho éxito en esa pretensión. Entonces, se ha replegado un poco a su ámbito más próximo, que es América del Sur. En ese sentido, creo que está adoptando una posición bastante inteligente, tratando de afianzar la relación de proximidad con Bolivia, que es el nuevo miembro del Mercosur y que está en dificultades, aunque el gobierno no lo reconozca. La situación del país es bastante complicada y crítica”.

“Entonces, Lula aprovecha para consolidar a Bolivia dentro del Mercosur como un fiel aliado y protegido de Brasil, lo cual es de enorme importancia para Bolivia. Hay que aprovechar muy inteligentemente lo que está proponiendo Lula”, sostiene Grebe.