El economista Jaime Dunn afirmó que, en Bolivia, existen más de 254.000 cuentas de personas que utilizan activos digitales y criptomonedas, pese a la prohibición —levantada recientemente— para su circulación en el país.

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La semana pasada, el Banco Central de Bolivia (BCB), en coordinación con la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) y la Unidad de Investigación Financiera (UIF), levantó las restricciones al uso de activos virtuales que fueron establecidas en diciembre de 2020.

Los criptoactivos son un tipo de activo basado en la criptografía; lo cual significa que, a diferencia de otros activos (monedas y billetes), no son tangibles (palpables). Su valor no lo determina una entidad centralizada, sino el propio mercado.

En entrevista con La Razón Radio, Dunn afirmó que se trata de un “avance importante”. Contó que cuando hubo la primera prohibición, en 2014, Bolivia quedó rezagada en el desarrollo de los actos financieros.

“Bolivia quedó como uno de los siete países en el mundo que mantenía esa prohibición. Fue tan terrible como si hubieran prohibido el internet”, reclamó.

Explicó que, a pesar de las restricciones, los ciudadanos vieron formas de acceder a estos activos y que, actualmente, existen más de 254.000 cuentas que usan criptomonedas. “Era un secreto a voces”.

Respecto a las ventajas de uso de criptomonedas, dijo que son muchas, entre ellas, la rapidez, el abaratamiento de costos y seguridad en las transacciones. “Ayudan a satisfacer las necesidades de los usuarios”.

“El envío de recursos al exterior es muy barato, prácticamente es gratis. Simplemente son minutos para hacer ese tipo de transacciones”, destacó.

Sin embargo, todavía existe mucha controversia sobre el uso de activos digitales, debido a que se han reportado robos y fluctuaciones repentinas, por lo que, los usuarios perdieron grandes cantidades de dinero en poco tiempo.

Aparte de la controversia sobre sus funciones como dinero, las criptomonedas representan otros riesgos que han hecho más difícil su aceptación estandarizada. Su aceptación se basa completamente en la confianza de los usuarios, al no existir ninguna institución que centralice su emisión y transferencia.

No obstante, Dunn destacó que los activos digitales son los activos más “encriptados y seguros” que existen. “Cuando se escuchan estafas son generalmente por hechos de que son engañados por una tercera persona. Se hacen robar claves y caen en fraudes digitales”.

Develó que, de acuerdo a estadísticas mundiales, en 2023, el número de estafas por criptomonedas son de $us 24.000 millones al año. “Se establece que las estafas que se dan por tarjetas y medios tradicionales supero los 4 trillones de dólares al año”.

Es decir que, al menos, el 98% de las estafas se dan por los medios de pago tradicionales. Con los criptoactivos la cantidad de estafas es mucho menor”.