¿Quién mató a los esposos en Vinto Chico? Misterio y sospechas sobre hijo y su amigo

Han pasado ocho días desde el asesinato de Juan Claure y su esposa Rufina Ayala en el Valle Bajo. Dos personas, incluyendo al hijo de la pareja fallecida, se encuentran en prisión preventiva.

Mariela Cossío Mercado 

Familiares y amigos dan el último adiós a los esposos asesinados en el Valle Bajo de Cochabamba, el 2 de julio./ DICO SOLÍS
Familiares y amigos dan el último adiós a los esposos asesinados en el Valle Bajo de Cochabamba, el 2 de julio./ DICO SOLÍS

 



Fuente: Opinión

Han transcurrido ocho días desde el cruel asesinato de Juan Claure S., de 69 años, y su esposa Rufina Justina Ayala C., de 68, en su hacienda situada en la zona de Vinto Chico, en el Valle Bajo de  Cochabamba. El crimen, envuelto en misterio, tiene como principal sospechoso a uno de los cuatro hijos del matrimonio, quien junto con un amigo fue enviado hace cuatro días a la cárcel de San Sebastián de manera preventiva, mientras siguen las investigaciones.

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Los esposos fallecidos eran prominentes empresarios en Cochabamba, conocidos por haber fundado hace aproximadamente 18 años una empresa dedicada a la producción y comercialización de papel higiénico. Además, eran los principales accionistas de Industrias Agrícolas de Bermejo (IABSA) en Tarija.

La última vez que se vio con vida a Juan y Rufina Justina fue el 28 de junio, alrededor de las 23:00, en su hacienda. A la mañana siguiente, fueron encontrados sin vida: Juan había sido apuñalado seis veces, mientras que su esposa presentaba tres heridas de arma blanca.

Entonces, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) se puso en marcha para identificar a los responsables del doble asesinato. Más de 48 horas después, Juan Carlos C.A., el hijo mayor de Juan y Rufina Justina, fue detenido, mientras sus padres todavía eran velados. Su amigo, Jorge M.G., también fue aprehendido. Se sabe que Juan Carlos ocupó durante varios años la gerencia general de la empresa de papel fundada por su padre, Juan.

Los sospechosos pasaron la noche en las celdas de la Estación Policial Integral (EPI) de Sipe Sipe. Al día siguiente, martes 2 de julio, Juan Carlos C.A. y su amigo Jorge M.G. fueron trasladados en una patrulla policial a la Fiscalía de Coña Coña para rendir declaraciones informativas, evitando contacto con los medios de comunicación. Debido a su detención, Juan Carlos no pudo despedirse de sus padres, cuyo entierro tuvo lugar esa tarde en el cementerio de Sipe Sipe. Familiares, amigos y vecinos acompañaron a los esposos hasta su última morada, visitando también el negocio familiar como gesto de despedida.

Juan Carlos C. (atrás) y su amigo Jorge M. (delante) son conducidos al Juzgado de Sipe Sipe el 3 de julio, donde les dieron la detención preventiva. /  NOÉ PORTUGAL
Juan Carlos C. (atrás) y su amigo Jorge M. (delante) son conducidos al Juzgado de Sipe Sipe el 3 de julio, donde les dieron la detención preventiva. / NOÉ PORTUGAL

 

Ese día se revelaron detalles importantes del caso. El fiscal departamental de  Cochabamba, Osvaldo Tejerina, informó que la hacienda donde ocurrió el doble crimen tenía cámaras de vigilancia tanto internas como externas. Tras revisar las grabaciones, se identificó la presencia de al menos tres personas “ajenas” dentro de la propiedad en el momento del crimen, que tuvo lugar alrededor de las 23:00 del 28 de junio.

Tejerina añadió que se están realizando diversas diligencias investigativas, incluyendo un “barrido electrónico” para identificar a estas personas y formular hipótesis sobre el autor intelectual, el autor material y los posibles cómplices de los crímenes.

Respecto a los posibles móviles del doble asesinato, el fiscal no quiso hacer comentarios específicos, indicando que todos los aspectos están bajo investigación.

De hecho, con las dos detenciones el caso ya era notable. Mientras el hijo de los fallecidos y su amigo declaraban en la Fiscalía, los familiares de Nelson F.A.M., de 57 años y jefe de ventas en el negocio de los esposos, esperaban el resultado de su autopsia. El hombre había sido atropellado por un camión la noche anterior en la avenida Albina Patiño, camino al velorio de sus empleadores.

Nelson, quien mantenía una estrecha relación y era considerado un “hombre de confianza” en la empresa de Juan Carlos y Rufina Justina, falleció apenas tres días después de ellos. El conductor del camión se defiende en libertad, con la obligación de presentarse cada 10 días ante la Fiscalía. Según información de Tránsito, el conductor estaba sobrio y tenía todos los documentos en regla, además de que las cámaras de vigilancia muestran que Nelson cruzó la vía de manera repentina. No obstante, el accidente de tránsito sigue bajo investigación.

En cuanto al caso inicial, el miércoles 3 de julio, Juan Carlos, hijo de los fallecidos, fue imputado por presunto parricidio, mientras que Jorge, su amigo, está bajo investigación por supuesto encubrimiento. Tras una audiencia extensa que se prolongó hasta la medianoche, la jueza de Sipe Sipe ordenó la reclusión preventiva de ambos en el penal de San Sebastián Varones. Algunos familiares, incluidos los hijos de Juan y Rufina Justina, esperaban en el pasillo del Juzgado la decisión judicial. Al finalizar, se oyó el llanto de una mujer y, minutos después, ambos hombres fueron conducidos a bordo de una patrulla hacia el centro penitenciario.

El 29 de junio, la Policía llega a la hacienda en Vinto Chico, Cochabamba, donde ocurrió el doble asesinato. / CORTESÍA
El 29 de junio, la Policía llega a la hacienda en Vinto Chico, Cochabamba, donde ocurrió el doble asesinato. / CORTESÍA

 

Las investigaciones continuarán y, después de seis meses o más, la Fiscalía podría decidir emitir una resolución de acusación o de rechazo, dependiendo de las pruebas recolectadas en ese periodo. En caso de acusación, el caso pasaría a un Tribunal para fijar una audiencia en la que se dictaría una sentencia.

El esclarecimiento de este caso es prioritario para los investigadores de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y el Ministerio Público. En colaboración con el Instituto de Investigación Técnico Científica de la Universidad Policial (IITCUP) y el equipo multidisciplinario del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), se han realizado diligencias que incluyen el procesamiento de la escena del crimen, la recolección de evidencias, allanamiento, el mapeo del área y el análisis de las cámaras de vigilancia del lugar. Mientras tanto, las investigaciones avanzan bajo “reserva”.

Fuente: Opinión