Reflexiones…reflexiones…la pandemia COVID-19

Ronald Palacios Castrillo

En medio de la pandemia del COVID-19 , nos embarcamos en un camino que fue profundamente defectuoso. Empezando por medidas preventivas que recién ahora los que las implementaron confiesan que no tenían sustento científico ni sentido común (por ejemplo, rociar con alcohol o desinfectantes a las personas antes de entrar a supermercados,  chapucear los zapatos , rociar a los automóviles  al pasar por avenidas o entrar a urbanizaciones o hospitales, fumigar las calles de  los diferentes sectores de la ciudad (no se trataba de pulgas o piojos, sino de un  virus, la distancia de 6 pasos(nadie sabe decir porqué 6 y no 10 o 12), y finalmente uso obligatorio  de  barbijos  aunque sean de tela en todas partes y las exoticadas pueden seguir pero ya aburre el mencionarlas).

Desde que comenzaron los esfuerzos de vacunación masiva, hemos sido testigos de un aumento en las tasas de infección, un tsunami de complicaciones  agudas y crónicas entre estas el desencadenar o reactivar enfermedades inmuno-inflamatorias y un trágico aumento de las muertes, particularmente entre los jóvenes,  muchos de los cuales sufren complicaciones como la trombosis, las arritmias cardiacas y las miocardiopericarditis.



Es una situación que exige nuestra reflexión: ¿fue realmente prudente seguir adelante con tanta urgencia, especialmente cuando ya existían  tratamientos que eran eficaces y asequibles?

Muchos creen que esta decisión fue un grave paso en falso científico y un profundo error médico patrocinado y promovido por intereses creados y a decir de unos, nefasta maldad.

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La historia no verá con buenos ojos estas elecciones. Un día tendremos que considerar el impacto total de estas acciones. La evidencia señala que las vacunas son el catalizador de nuevas variantes (las  vacunas ModRNA estimulan la producción de anticuerpos contra la proteína  recombinante Espiga  codificada en el ModRNA , algunos de estos anticuerpos cumplen su función de neutralización del virus y eventual destrucción de una buena parte de estos; ante este ataque unos pocos virus que  sobreviven son los que han mutado su proteína espiga, dan lugar a variantes virales  y entonces son resistentes o muy poco sensibles a los anticuerpos contra la proteína

Espiga del virus inicial. De esta manera, el ciclo se repite una y otra vez y dá lugar a  nuevas variantes del  virus SARSCoV-2. En síntesis,  el virus, frente a los anticuerpos producidos por las vacunas, se adaptó y encontró formas de sobrevivir, lo que resultó en mutaciones que resistieron la protección que buscábamos crear.

Lo que parece particularmente impensable e irracional  es la decisión de vacunar durante el apogeo de una epidemia. Este enfoque ha dejado perplejos a muchos expertos, dejándonos cuestionar la sabiduría de tal estrategia.

Los mismos anticuerpos destinados a protegernos han facilitado, en algunos casos, infecciones más fuertes, un fenómeno  inmunológico conocido como “facilitación de infección dependiente de anticuerpos” (antibody-dependent enhancement).

La amarga verdad que debemos afrontar es que los esfuerzos por combatir el virus mediante la vacunación masiva parecen haber exacerbado el problema.

A medida que continuamos navegando por este complejo panorama, nos queda reflexionar sobre las repercusiones a largo plazo de estas acciones.

Por un lado, debemos enfrentar la realidad de que nuestro enfoque puede haber impulsado el surgimiento de cepas más resistentes del virus, prolongando la batalla que todos esperábamos terminar rápidamente. Y por otro lado, el enorme problema de salud pública que esto deja, un gran daño crónico de muchos órganos en una masiva población de gente de todo el planeta y el enorme costo económico que esto ya representa y aumentará en   los años venideros.

El profesor de economía de Harvard, David Cutler, dijo que Long Covid es tan caro (EE.UU.: 3,7 billones de dólares al año) que prácticamente cualquier cantidad de dinero está justificada para diagnosticar Long Covid de forma temprana, optimizar los tratamientos y prevenir más casos.

Incluso si tienes un corazón frío y no te importan un carajo las vidas destruidas y los futuros arruinados de innumerables personas, ¡debe preocuparte el impacto económico!

El impacto colectivo de las decisiones durante esta pandemia se  sentirá durante generaciones. Es un recordatorio conmovedor de nuestra responsabilidad compartida de abordar estos desafíos con sabiduría, humildad y un compromiso inquebrantable con el bienestar de todos.

Rápido aumento de la discapacidad de larga duración en la fuerza laboral desde el comienzo de la pandemia. Tomado de Maja Strasser con su permiso.