Ronald Palacios Castrillo
Resumen
Kim, et.al.,(Nat Hum Behav (2024). https://doi.org/10.1038/s41562-024-01895-8) Investigaron si la infección por SARS-CoV-2 está asociada con secuelas neuropsiquiátricas a corto y largo plazo. Utilizaron cohortes basadas en la población de la cohorte nacional coreana (descubrimiento; n = 10.027.506) y la cohorte basada en reclamaciones japonesas (validación; n = 12.218.680) para estimar los riesgos a corto plazo (<30 días) y a largo plazo (≥30 días) de resultados neuropsiquiátricos después de la infección por SARS-CoV-2 en comparación con grupos de población general o comparadores externos (personas con otra infección respiratoria).
Utilizando el emparejamiento por puntuación de propensión impulsado por la exposición, encontraron que tanto los riesgos a corto como a largo plazo de desarrollar secuelas neuropsiquiátricas fueron elevados en la cohorte de descubrimiento en comparación con la población general y aquellos con otra infección respiratoria.
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Una variedad de condiciones que incluyen el síndrome de Guillain-Barré, el déficit cognitivo, el insomnio, el trastorno de ansiedad, la encefalitis, el accidente cerebrovascular isquémico y el trastorno del estado de ánimo mostraron un aumento pronunciado en el riesgo a largo plazo.
El efecto de atenuación temporal fue más fuerte durante los primeros seis meses después de la infección por SARS-CoV-2, y este riesgo se mantuvo estadísticamente significativo hasta un año en Corea, pero más allá de un año en Japón. Las asociaciones observadas se replicaron en la cohorte de validación.
Estos hallazgos contribuyen a la creciente base de evidencia sobre la COVID prolongada al considerar la diversidad étnica.
Mi opinión: este estudio tiene una gran falla que consiste en no haber separado las personas infectadas1 x el virus, las personas infectadas con el virus y vacunadas para COVID y aquellos que no se infectaron con el virus pero se vacunaron.
De esta manera se pudo haber discernido el efecto de la infección viral de los efectos indeseados de las vacunas COVID ( en su mayoría en Japòn y Correa del Sur fueron masivamente vacunados y revacunados con vacunas ModRNA (Pfizer/ Moderna).