Tras la imputación de la Fiscalía contra Milena Soto, cabecilla del grupo paraestatal Resistencia Juvenil Cochala (RJC), por la violencia contra la exalcaldesa Patricia Arce durante la crisis política de 2019, ella indicó que “nunca” estuvo ese día en Vinto, en Cochabamba.

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“Nunca estuve frente a frente a esta mujer, jamás le vi la cara ni el 2019 ni ahora. Dios es mi testigo y los cientos de cochabambinos que estuvimos en (la zona) de Cala Cala. No tienen ni una sola foto mía ni un video que me sindique en el lugar, porque nunca estuve ahí” (sic), escribió Soto en sus redes sociales sobre lo sucedido el 6 de noviembre de ese año.

El 10 julio, la comisión de fiscales emitió la imputación formal contra Soto y recién se la conoció este martes, con la solicitud de medidas cautelares contra la sindicada, como el arraigo, que se presente periódicamente ante el juez y el fiscal, y que no tenga contacto con la víctima.

Es acusada por los delitos de violencia política contra las mujeres (artículo 148 ter del Código Penal, con entre tres y ocho años de cárcel) y privación de libertad (artículo 292, con entre seis meses y dos años).

“Soy mujer, madre soltera, sin cargos políticos, profesional, común y corriente como cualquier otra, ¿cuál es el temor de Evo Morales?, ¿cuál es el miedo de los masistas a Milena Soto? Pronto se les va acabar el poder y serán ustedes los que estén en mi lugar hoy” (sic), añadió Soto.

Indicó que “cómo es posible que a una simple palabra de un masista se me arme una investigación, un proceso y juicios a diestra y siniestra” (sic).

Arce, hoy senadora, sufrió violencia cuando fungía como alcaldesa de Vinto, el 6 de noviembre de 2019, cuando se desató la crisis que llevó a la renuncia del presidente Evo Morales.

Entonces, Arce fue acusada de ser la responsable de una muerte que se produjo en los enfrentamientos de Huayllani. Hacia las 15.00, la Alcaldía de Vinto fue atacada por un grupo de personas que lanzaron palos y piedras e incendiaron algunas dependencias.

En un intento de escapar de esa gente, Arce fue interceptada y empezó a ser golpeada e insultada, “en el forcejeo perdió sus zapatos. Fue entonces obligada a caminar descalza hacia Quillacollo, mientras era agredida constantemente. Casi llegando a Quillacollo apareció una mujer que se acercó, la golpeo y le corto el cabello”, señala el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) Bolivia, tras escuchar su relato.

“Ahí me hacían caminar por los vidrios y vieron que mis pies estaban sangrando y me punzan (sic) con palos, que tenían calvos ahí… y todo, en todo mi cuerpo me empezaron a pegar y vino (…) otra mujer, y me hicieron parar y otra vez me cortó el cabello más corto. Me echaron (…) pintura roja… y otros pedían que me predan fuego porque ya me habían echado con gasolina”, relató Arce al GIEI Bolivia.

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