Un boliviano: Revelan identidad del misterioso encapuchado de los JJOO París 2024

El misterioso encapuchado deslumbró a todos con sus impresionantes movimientos de parkour en la Ceremonia de Apertura de París 2024

La Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 dejó al mundo maravillado con su espectacular despliegue de música, moda, historia y elegancia. Sin embargo, una figura en particular captó la atención global, un misterioso encapuchado que llevó la antorcha olímpica de manera asombrosa.

El encapuchado sorprendió a todos con sus impresionantes movimientos de parkour, emulando a los personajes del famoso videojuego «Assassin’s Creed». Se le vio cruzando en tirolesa el río Sena, corriendo sobre el Museo de Orsay, pasando por el Pont Neuf y dando volteretas por una pista roja. Su actuación encarnaba la esencia del juego y elementos de varios personajes icónicos de la cultura francesa, como Belphégor, la Máscara de Hierro, el Fantasma de la Ópera, Fantomas, Ezio de «Assassin’s Creed» y Arsène Lupin.

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La identidad de este enigmático portador de la llama olímpica fue finalmente revelada, y aseguran que se trata de Guillermo Larrazabal Lanz, un deportista boliviano-suizo conocido como Guillaume Larrazabal. Este talentoso atleta es un experto en parkour y entrenador en Ginebra, Suiza, donde promovió la construcción del primer parque cubierto dedicado a este deporte.

La revelación fue hecha por Gabriela Ichaso E. a través de sus redes sociales, confirmando que el hombre sin rostro que recorrió París con maestría y elegancia es Larrazabal. Con su actuación, no solo rindió homenaje a la rica herencia cultural francesa, sino que también mostró al mundo la destreza y el talento de un deportista boliviano en uno de los escenarios más emblemáticos del deporte global.

¿Qué simboliza la antorcha olímpica?

La antorcha olímpica es uno de los elementos más representativos de los juegos. Durante cada edición, inaugura el evento en representación de la unidad, deportividad y paz entre las naciones participantes. Además, la llama olímpica también es símbolo de la razón, el espíritu humano y la luz del conocimiento. Es una tradición que proviene de los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia donde el fuego era considerado como un elemento divino y sagrado. Sin duda, la llama que se prende meses antes de los juegos cada cuatro años es uno de los elementos con más valor del evento. De hecho, la antorcha está vigilada durante las 24 horas del día para evitar que se apague. Su recorrido contiene un mensaje intrínseco de unión y fraternidad entre los pueblos de todo el mundo. Además, la antorcha se realiza cada año con un diseño único que refleja la cultura del país anfitrión. Eso sí, siempre manteniendo la esencia y estética tradicional.