Adolescente infanticida: Mirar más allá del caso

Penas más duras, prevención…¿por dónde debe ir el debate?. Dos abogadas dan puntos de vista contrapuestos a raíz del asesinato de una niña de 8 años, en Santa Cruz, perpetrado por una adolescente de 17 años.

Adolescente infanticida: Mirar más allá del caso

Santa cruz. Una marcha pide justicia para la niña Yiseli, el lunes, en el municipio de San Rafael de Velasco. Facebook

 



Fuente: Correo del Sur / Bolivia

 

La condena a seis años de reclusión para la adolescente de 17 años, que apuñaló y asesinó a la niña Yiseli, de ocho años, en Santa Cruz, reabrió un debate sobre la pertinencia de penas más duras ante delitos graves, aunque en este caso se trata de una menor de edad, protegida por legislación especial. Dos abogadas reconocidas por su trabajo a favor de la niñez y de las mujeres dan puntos de vista contrapuestos a raíz de este caso que ha consternado al país.

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La constitucionalista María Elena Attard recuerda a CORREO DEL SUR que Bolivia ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño que establece la aplicación de una justicia especial y restaurativa a menores de edad en conflicto con la ley. En esa línea, cualquier reforma normativa que aumente penas para adolescentes agresores implicaría el incumplimiento de obligaciones internacionales.

Por su lado, la abogada penalista y criminalista Jéssica Echeverría, que reside en Santa Cruz de la Sierra, cuestiona que la ley 548, Código Niña, Niño y Adolescente, sea “muy suave con penas que tendrían que ser tipificadas con mayor severidad ya que estamos hablando de una adolescente”.

Rememora un feminicidio en Oruro, perpetrado por adolescentes, lo mismo que el asesinato de un joven en Santa Cruz en manos de una adolescente, por lo que plantea una reforma a la ley 548 porque las penas “terminan siendo una burla cuando se trata de delitos de abuso sexual, violación, feminicidio, asesinato”.

“Si tienen la capacidad suficiente para asesinar y para violar deberían tener también la misma sanción que un adulto”, manifiesta al apuntar que los agresores sexuales son cada vez más jóvenes, y el consumo de drogas, más extendido en el país.

EN EL DEBATE

Ambas juristas sí coinciden, por separado, en que la discusión pública debe ir más allá del hecho.

Echeverría hace hincapié en la complicidad de los padres y otros familiares de la adolescente infanticida de Santa Cruz, ahora presos por complicidad. “¿Cómo es posible que una adolescente logre degollar y asesinar a una niña con 38 puñaladas? ¿Cómo nadie pudo ver que esto venía sucediendo? Ella ha tenido que tener algún tipo de situación o de características que mostraba que algo no estaba bien (…) Por ahí tal vez hay otros adolescentes creyendo esta misma situación y no nos estamos dando cuenta”, alerta.

Según la investigación citada por El Deber, la infanticida mataba a sus mascotas y en su colegio, cortaba con una navaja a sus compañeros cuando se encontraban distraídos. De acuerdo con la misma fuente, la madre practicaba rituales en los que también mataba animales.

MÁS ALLÁ

“La solución no es endurecer las penas, sino la restauración, la readaptación, el trabajar integralmente con la adolescente, el tratamiento psicológico”, expresa Attard al afirmar que el debate no debe “ingresar a la regresividad en derechos”.

Remarca también la necesidad de incidir en la prevención, sobre todo en el ámbito educativo, donde poco se ha hecho para una detección temprana de formas de violencia”, en sus palabras.

“Estamos en una actitud completamente pasiva frente al bullyng, frente a la violencia entre pares y este es un trabajo preventivo que queda pendiente ¿Cuánto hemos avanzado en el bullyng? Creo que en Bolivia prácticamente nada”, reclama al pedir generar conciencia en padres, pares y profesores y población en general.

CORTES Y ANIMALES

La infanticida mataba a sus mascotas y en su colegio, cortaba con una navaja a sus compañeros cuando estos se encontraban distraídos, según la investigación. Además, la madre practicaba rituales cruentos.