Fuente: La Voz de Tarija
El alcalde de Yunchará, Agustín Casasola, expresó su preocupación por la posible contaminación del río San Juan del Oro debido a la actividad minera en la región, pero subrayó que aún están a la espera de resultados oficiales de estudios realizados en Oruro. Estos estudios son fundamentales para determinar los reactivos químicos utilizados en la explotación minera y su impacto potencial en la agricultura y la calidad del agua que fluye hacia el río Pilcomayo.
“Nos faltan los estudios que nos tienen que llegar de Oruro, son los únicos laboratorios que nos darán los parámetros de qué reactivos se están utilizando para la explotación minera cerca del río San Juan del Oro, pero no puedo emitir un criterio hasta que tengamos esos estudios porque al final irá en contra de nuestra producción”, explicó Casasola, haciendo hincapié en la importancia de contar con información científica antes de tomar decisiones o emitir juicios sobre el impacto ambiental.
El río San Juan del Oro es vital para la producción agrícola en varias regiones, no solo en Yunchará, sino también en El Puente, Chuquisaca y otras zonas. La contaminación del río podría afectar gravemente la economía local, que depende en gran medida de la agricultura. “Toda la rivera del río San Juan del Oro tiene producción agrícola, no solamente en Yunchará, El Puente, Chuquisaca, y muchos otros, y estas aguas van a parar al río Pilcomayo”, destacó el alcalde, subrayando el alcance potencial de los efectos negativos si se confirma la contaminación.
Casasola reiteró que, aunque hay preocupación en las comunidades afectadas, es crucial esperar los informes oficiales antes de tomar cualquier acción. Estos resultados definirán los próximos pasos a seguir para proteger la salud del río y la seguridad alimentaria de las regiones que dependen de él.
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La espera de estos estudios ha generado expectativa entre los agricultores y residentes de las zonas ribereñas, quienes están conscientes de la importancia de mantener la integridad del río San Juan del Oro para su sustento diario. La situación destaca la necesidad de un monitoreo constante y riguroso de las actividades mineras en áreas sensibles, para garantizar que el desarrollo económico no comprometa los recursos naturales y la vida de las comunidades.