Este es el tercer atentado que sucede en esa zona en lo que va del año por disputas entre organizaciones criminales.
Yalilé Loaiza
Hace dos semanas en el mismo lugar, terroristas quemaron una lancha
Fuente: infobae.com
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La madrugada del domingo, 18 de agosto, 30 hombres armados arribaron a un muelle privado en Puerto Bolívar, en El Oro, al sur del litoral ecuatoriano. Los gatilleros llegaron por tierra y mar, causaron terror y dinamitaron el muelle. La onda expansiva de la explosión afectó a las viviendas aledañas y llenó de terror a los pobladores, que observan por tercera vez en este año un ataque similar en esa zona.
El muelle privado tenia tres plantas y tras la explosión quedó completamente destruido, según los reportes locales. El ataque, contaron los moradores a la prensa ecuatoriana, inició alrededor de las 03h30 de la madrugada. Los criminales irrumpieron en el lugar y robaron objetos de valor. Lo que parecía un robo escaló cuando los terroristas empezaron a disparar indiscriminadamente. Según testigos, incluso habría utilizado fusiles.
Luego de las ráfagas, empezaron a detonar explosivos C4. Estos son un tipo de explosivo plástico altamente potente, conocido por su uso en aplicaciones militares y demolición controlada. El C4 se utiliza comúnmente en operaciones militares, como en la destrucción de estructuras, minas, vehículos blindados, o municiones enemigas. También es empleado en demoliciones controladas y por fuerzas especiales en operaciones tácticas. Una fuente militar confirmó a Infobae que los C4 son un tipo de explosivo que utilizan las Fuerzas Armadas pero no pudo confirmar si los ocupados en el ataque terrorista están vinculados a la entidad militar. La explosión no solo demolió el muelle sino que afectó a otras casas cercanas.
Tras la detonación, los criminales quemaron las embarcaciones que estaban ancladas en el muelle. Aunque no se reportaron heridos sí hubo daños materiales cuantiosos.
Este es el tercer ataque en la misma zona. (X/Alerta Ecuador)
Por ahora se atribuye el origen de la violencia a las disputas entre organizaciones criminales. A pesar de la gravedad del incidente, hasta la publicación de esta información, ni las Fuerzas Armadas ni la Policía Nacional han emitido declaraciones oficiales sobre el ataque.
Este ataque es el tercero en lo que va del año contra el mismo muelle, lo que ha generado temor entre los residentes de la zona. Según Ecuavisa, el 11 de agosto se reportó, en el mismo sector, la desaparición de 15 personas que navegaban en una embarcación. Tres días después, se informó que “los tripulantes fueron baleados y el barco fue quemado y hundido”.
Antes, el pasado 21 de mayo, reportó la televisora, hubo otro atentado. Entonces, sujetos armados llegaron en embarcaciones al lugar y desde estas empezaron a disparar contra las personas que estaban en tierra. Después de aquello, lanzaron explosivos. En aquel ataque tampoco hubo heridos.
Varias ciudades portuarias están militarizadas, pero la violencia no ha podido ser contenida. (X/Ejército de Ecuador)
La escalada violenta se debería a las peleas entre bandas narcodelictivas que desean operar en la zona. Las ciudades costeras y portuarias del Ecuador han sido cooptadas por las organizaciones criminales que trafican con droga y que contaminan contenedores de exportación o que envían los estupefacientes a través de lanchas rápidas de tipo artesanal. De acuerdo con un estudio policial sobre el narcotráfico en el Ecuador, el tráfico de drogas “mediante la utilización de lancha tipo go-fast (rápidas con varios motores) para el envió de cocaína hacia México, Guatemala, Costa Rica y Estados Unidos tiene una relación determinante con los puertos artesanales”. Entre esos puertos está Puerto Bolívar, donde ocurrió el atentado.
La crisis de seguridad mantiene a los ciudadanos en zozobra y afecta a la economía local, pues las personas prefieren quedarse en sus casas y cerrar temprano sus negocios para evitar encontrarse con las bandas delictivas. En mayo, diario Expreso reportó que la violencia ha impactado gravemente a la pesca artesanal. Según el medio, en Puerto Bolívar, hay al menos 2.000 familias que dependen de esta actividad diaria. Por el temor, los pescadores optan por no salir al mar y si lo hacen, organizan grupos de cinco a diez embarcaciones para protegerse: “Todo se está perdiendo. A pesar de que hay militares patrullando, la gente tiene miedo de salir a alta mar por los robos, y el patrullaje en el mar es casi nulo”, dijo un pescador de la zona, según recogió el medio.