Jaque mate al tirano


 

Hasta hace poco tiempo, muy pocos habrían vaticinado la estrepitosa caída del Foro de Sao Paulo, esa organización del crimen internacional fundada en 1990 por Fidel Castro, tras la caída del Muro de Berlín, que decretó el consiguiente derrumbe del comunismo en la ex Unión Soviética, y  la inminente orfandad económica que amenazaba a la isla de Cuba, razón más que suficiente para decidir la sustitución del apoyo que recibía de ese Bloque Oriental, por una transnacional latinoamericana que subvenga dichos emolumentos, compuesta por el Partido de los Trabajadores del Brasil, jefaturado por Luis Inázio «Lula» Da Silva y que, a la sazón, contaba con un considerable poder parlamentario.



Además del propio PT y del Partido Comunista de Cuba, acudieron al llamado todos los grupos guerrilleros de izquierda de América Latina, como: el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua; La Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG); El Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador; El Partido de la Revolución Democrática (PRD) de México y varias decenas más de grupos guerrilleros y partidos de izquierda de la región que se han ido sumando a lo largo de los años, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de México, haciendo un total de 48 partidos y organizaciones que representaban distintas experiencias y matrices político-ideológicas de todo el continente latinoamericano y el Caribe.

Desde su inicio, se estableció una forma sólida y permanente de financiamiento, basada en actividades ilegales que rutinariamente practican los grupos guerrilleros en Latinoamérica, como el secuestro, el abigeato, los asaltos a bancos, la piratería, y el narcotráfico. Entretanto, gracias a un infeliz acontecimiento político en Venezuela, el Tcnel. Hugo Chávez Frías,  quien fuera encarcelado  tras el golpe militar del 4 de febrero de 1992, en contra del gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez, salió sobreseído a los dos años, gracias a una demagógica jugada política del expresidente Rafael Caldera que, con ella, pensó granjearse la simpatía de los militares, logrando sólo habilitar al delincuente militar castrista, para terciar en las elecciones de 1998, en las que ganó y de este modo, un 2 de febrero de 1999, al terminar Caldera su mandato, tuvo que imponerle la banda presidencial, a sabiendas de que el golpista se había inscrito en el Foro de Sao Paulo un 30 de mayo de 1995, según un cable de Associated Press originado en Montevideo y una versión confirmada por el líder del ELN colombiano Israel Ramírez Pineda, “alias Pablo Beltrán”.

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Con dicho suceso, Fidel Castro cumplía su sueño atesorado, desde su ascenso al poder en Cuba, de apoderarse de la rica Venezuela y esquilmarla hasta su última gota de petróleo y sangre. Ya cuando Rómulo Betancourt lo intentó, mediante una invasión guerrillera a la sierra de Falcon, este salió con el rabo entre las piernas.

Hoy, ante los despojos de una Venezuela saqueada por esta gavilla de criminales, sociópatas y pseudo comunistas, al igual que una Juana de Arco, asemejando su presencia sobre un tablero de ajedrez, se yergue María Corina, como la Dama, junto al Rey, las torres y sus valerosos alfiles en una heroica movida de Jaque  Mate al Tirano.


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