“Provocatio ad populum”

Una vieja lección de derecho romano recuerda un instituto jurídico que representa el antecedente más lejano de lo que hoy conocemos como un referendo y consistía en la apelación al pueblo reunido en comicios centurios, otro antecedente era que se activaba para restricciones pecuniarias que excedían al monto del pretor; esto resulta una interesante metáfora para realizar una reflexión sobre la llamada a consulta popular realizada por Luis Arce en su último mensaje para resolver tres temas que tocan a la generalidad de los bolivianos; subvención a hidrocarburos, asignación de escaños ante los resultados del censo pasado y la reelección del presidente y sus candidaturas.

Hoy, hay quien toma la convocatoria a referendo como una señal de debilidad del gobierno y que constituye una incapacidad de poder dar un trazo claro a la política gubernamental; sin embargo, no debe perderse de vista que el referendo con efecto vinculante ingresó como un mecanismo democrático ante la emergencia del clamor popular que exigía ser tomado en cuenta en las decisiones sobre sus recursos naturales, posteriormente fue reconocido en nuestra Constitución como una secuela de esas jornadas. Entonces no resulta posible desechar este mecanismo dejando de lado al pueblo en los temas que cruzan su cotidianidad.



Del mismo modo, es necesario recordar un antecedente muy importante en la convocatoria a ese primer referendo sobre hidrocarburos, fue el cuestionamiento a la clase política para tomar decisiones en función a lo que creen los políticos como “más conveniente al país”, cuando habían dado claras muestras de conflictos de interés de distintas índoles. En el presente, ese cuestionamiento vuelve a producirse cuando hemos sido testigos de pugnas internas en los partidos que producen su división además pretenden el arrebato de la legitimidad para tomar decisiones cuando está en entredicho su parcialidad con tendencia política o personajes que han impregnado de interés su concurso en la escena política nacional.

Pensar hoy en un referendo, representa una alternativa a eventuales conflictos que lleven a convulsionar al país; en el caso de la subvención a hidrocarburos –un tema no menor-  toca a todas las familias bolivianas en importante medida; sin embargo, existen funcionales a la coyuntura que plantean su eliminación inconsulta, intentando dejar de lado las implicancias de eso; entonces, trasladar a la población en lugar de la clase política resulta un ejercicio democrático. También la asignación de escaños es un tópico que importa conflictos que – también no son desconocidos en la historia reciente del país- como lo fue la asignación en los años 90. Finalmente, la reelección tiene palmaria constancia de provocar sentimientos encontrados en el conjunto de la población boliviana, no puede quedar en manos de la clase política únicamente, menos aún cuando existe una crisis legislativa, donde las facciones partidarias que compones el congreso, no ha dejado de demostrar la priorización de su interés y su funcionalidad por encima del bien común.

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En suma, la convocatoria a referendo planteada por Arce, se presenta como un ejercicio democrático que constituye una alternativa para sortear conflictos que pueden provocar la desestabilización de un frágil equilibrio; pero, además este ejercicio plantea, como en el pasado inmediato con el tema de hidrocarburos, dejar el trazo de las líneas maestras para quienes asuman el poder y encuentren allí el límite a sus intereses.