Vamos Venezuela, el triunfo es nuestro

Me duele mucho lo que pasa en Venezuela, al igual que en Bolivia.

Desde que me inicié en la política, abracé las ideas de la libertad, la justicia, la democracia como la mejor forma de vivir respetando los disensos y construyendo consensos.



El domingo estuve acompañando a los exiliados venezolanos en Miami en su centro de cómputo, sentí una gran emoción de ver esos rostros esperanzados en volver a su patria, tuve la suerte de estudiar un tiempo corto en Caracas, y me di cuenta de lo orgullosos que se sentían de haber nacido en esa tierra, de tener una calidad de vida que los colocaba entre los países desarrollados, con una industria petrolera, similar a los países árabes y un ingreso per cápita de la más alta de América Latina.

Eso se acabó cuando vino el chavismo, deshicieron su país, quebraron la industria petrolera, acabaron con la iniciativa privada, y expulsaron por razones políticas y económicas a más de SIETE MILLONES de sus habitantes, se acabó esa Venezuela del siglo 20, que era un país próspero y respetado.

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Solo un sistema político absurdo y negacionista, que ha fracasado en todo el mundo, puede destrozar un país.

Pregunté cuál era la fuerza de María Corina Machado, esa líder admirada en todo el mundo por su valentía, convicción y visión estratégica de la coyuntura política de su país.

Hace un poco más de diez años la dictadura le prohibió viajar en avión, creyendo que con esa medida le cortaba las alas, ella no se dio por vencida, empezó a recorrer cada rincón del país, cada pueblo, cada barrio, cada ciudad y conversó con la gente, supo de primera mano captar los sentimientos y aspiraciones del pueblo, los encarnó y lo tomó como su programa de Gobierno, ganó las primarias, la descalificaron, no se quedó allí, buscó otro candidato y lo acompañó sin retaceo, sin celos, sin mezquindad, y el resultado es la victoria contundente en las urnas del domingo 28 de julio.

Ella ha hecho historia, y la seguirá escribiendo, aunque hoy los cubanos, bolivianos y sus esbirros de la dictadura estén reprimiendo cruelmente al pueblo venezolano, y los chinos y rusos estén fabricando actas para engañar a los incautos, ya Venezuela está en otra fase de lucha para lograr su liberación.

Y es que estas dictaduras del siglo 21, ya no les importa perder, no les importa el voto, ni perdiendo las elecciones se quieren ir del poder, no es el primer ejemplo, ya pasó en Bolivia, ya pasó en Nicaragua, en mi país, perdieron el referéndum por la reelección y no respetaron los resultados, perdieron la elección el 2019 e hicieron un fraude descarado, en Nicaragua como Ortega no podía ganar metió preso y exilio a todos los candidatos opositores para ser el candidato único, y si nos alejamos un poquito, Putin envenenó a sus opositores, Xi Jinping se reeligió en China emulando a Mao Tse-tung, que gobernó hasta morir, ni que decir de la teocracia Iraní, donde no se respeta nada a nombre de la religión.

Estamos ante un nuevo escenario mundial y creo que occidente está empezando a entender que lo que se juega en Venezuela, no es solo una elección, sino que es la lucha geopolítica del poder de un bloque antidemocrático, dictatorial, perverso y retrógrado, al que los latinoamericanos no nos adscribimos porque amamos la libertad, no queremos vivir deambulando por el mundo, somos muy aferrados a nuestra tierra, y aunque estemos obligados a vivir afuera por nuestra seguridad, siempre anhelamos y soñamos con volver al suelo que nos vio nacer.

En este mundo polarizado, estamos los que queremos vivir en libertad, con respeto a los derechos humanos, con garantía a las inversiones y a la iniciativa privada y los otros, los que viven del pasado, del odio, del resentimiento, de la envidia, me duele Venezuela, pero tengo esperanza que el pueblo triunfará, que la dictadura caerá y que esa semilla que sembrarán, germinará en todos nuestros países porque solo queremos paz y prosperidad

¡Volveremos y venceremos!

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