Por Marco Antonio Belmonte
El déficit fiscal el año 2023 se situó en 10,9% del PIB y analistas advierten que esa variable se encuentra en un límite muy peligroso y que su corrección en el futuro va a ser «dura» porque se tendrá que reducir el gasto en inversión y el crecimiento económico disminuirá o se deberá aplicar un alza de impuestos.
Visión 360 informó el miércoles a medio día que en 2023 el déficit global del Sector Público No Financiero (déficit fiscal) fue de 34.146,9 millones de bolivianos (4.977,6 millones de dólares), según las cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Economía. Este monto es equivalente a un 10,9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Según las operaciones consolidadas del sector público, el año pasado se registraron ingresos totales por 110 mil millones de bolivianos e ingresos corrientes de más de 109 mil millones (109.969,680 bolivianos). Pero los egresos o gastos totales sumaron más de 144 mil millones de bolivianos (144.234,136) y los gastos corrientes más de 122 mil millones de bolivianos (122.578,725).
¿Qué significa tener un déficit fiscal de 10,9%?
El expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Juan Antonio Morales, explicó que un déficit de 11,9% es muy peligroso, aunque no de forma inmediata, pero con tiempo puede dar lugar a más fisuras en la economía.
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Añadió que la regla es que la brecha, en proporción del PIB, no debe ser mayor al 3%.
Si el déficit es elevado, tiene dos implicaciones inmediatas: se vuelve más difícil financiarlo, y segundo, se deteriora la calificación de riesgo y aumenta el riesgo país.
Según Morales, el problema es que si se financia con deuda interna o crédito del BCB es con una mayor emisión monetaria y eso puede ser un riesgo porque genera presiones inflacionarias.
“Tenemos la experiencia del primer quinquenio de los años 80 cuando se tenía déficit elevado con emisión monetaria y eso generó inflación”, recordó.
Según el expresidente del BCB, el país no puede vivir por siempre con un déficit fiscal tan alto y a largo plazo, se tendrá que corregir, pero eso puede tener implicaciones severas y graves para las familias bolivianas.
¿Cómo se corrige un déficit alto?
Morales señaló que esto se hace solo de dos maneras: Aumentando impuestos o rebajando el gasto público en servicios sociales o combinando ambas medidas.
“El aumento de impuestos políticamente es difícil, y probablemente lo que va pasar es que el Gobierno va reducir gastos, pero el gasto corriente es inflexible es probable que se tenga que reducir el gasto de inversión pública. Esto afectará al crecimiento económico, que será más lento”, advirtió.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, opinó que Bolivia con ese nivel de déficit, el país ya está bordeando la cornisa, y el mayor problema es que los ingresos de exportación están a la baja. “Si es que no se hace un ajuste importante y se mantiene el nivel de gasto, será insostenible, incluso conlleva el riesgo de un default y devaluación de la moneda como ocurrió en Argentina”, alertó.
Señaló que Bolivia lleva 11 años de déficit y los resultados han superado las metas proyectadas por el Ministerio de Economía y el BCB y esto ha generado otros problemas en la economía, escasez de dólares, de combustibles”.
“A pesar de que hay conciencia de que gastos son mayores, no se hicieron ajustes importantes en temas fiscales, eso conlleva una escasez de dólares, carburantes y ahí la gente sufre el perjuicio. Otro problema es la inflación, porque a mayor déficit fiscal hay menos posibilidades de cubrir gastos y se debe acudir a créditos internos y externos”, subrayó.