El analista económico, Fernando Romero, refiere que el informe de la OIT refleja un escenario desalentador para Bolivia, especialmente para las mujeres, cuya tasa de informalidad es de 83%
Bolivia continúa liderando la tasa de trabajo informal en América Latina y el Caribe, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado «Panorama Laboral 2023». Al tercer trimestre de 2023, el 80,8% de los trabajadores bolivianos se encuentran en la informalidad, una cifra alarmante comparada con el promedio regional de 48%. La situación es aún más grave entre las mujeres, con un 83% de ellas empleadas en la economía informal, frente al 78% de los hombres, las tasas más altas de la región.
En Tarija, esta realidad se percibe con mayor intensidad, esto producto del estado de recesión económica en la que se ha inmerso producto de la caída de los ingresos de la renta petrolera desde la gestión 2015, sumado la baja presencia de empresas privadas a comparación de departamentos del interior del país.
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El analista y presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, explica que la pandemia y la actual crisis económica han empujado a un creciente número de jóvenes, mujeres y profesionales hacia la informalidad laboral. Refiere que el informe de la OIT refleja un escenario desalentador para Bolivia, especialmente para las mujeres, cuya tasa de informalidad es preocupante.
Romero afirma que esta situación refleja la falta de empleo formal en la economía boliviana, donde cada vez menos personas tienen acceso a contratos laborales, cobertura médica o seguro social. Reafirma que desde la pandemia, la cantidad de personas que se ven forzadas a dedicarse a trabajos informales, como la venta de comida, ropa o productos de contrabando, ha crecido drásticamente.
Informalidad La OIT refleja que la tasa de informalidad de las mujeres es del 83%, frente al 78% de los hombres
Uno de los problemas centrales que agrava la situación, según Romero, es la falta de colaboración entre el sector público y privado para implementar leyes que promuevan el empleo formal, sumado la elevada presión fiscal como otro obstáculo, explica que un empresario en Bolivia enfrenta una carga tributaria tan alta que de cada 100 dólares que genera de utilidad bruta, el 85% se va en impuestos al Gobierno Nacional.
Romero también identifica las desfavorables leyes laborales en Bolivia como otro factor que disuade a los empresarios de contratar formalmente. Estas regulaciones generan una pirámide invertida en la que solo un pequeño grupo de personas paga impuestos, mientras que la mayoría trabaja informalmente sin contribuir al sistema fiscal.
Profesionales sin trabajo
En Tarija, la falta de oportunidades de empleo formal ha llevado a que muchos profesionales graduados, en lugar de encontrar trabajos en sus áreas de especialización, se dediquen a actividades informales como el servicio de taxis, la venta de ropa, venta de comida, entre otros rubros, al menos así lo confirma el ejecutivo de la Federación de Gremiales de Tarija, Enoc Ocampo.
Recalca que, en Tarija, la mayoría de los empleos formales se encuentran en el sector público, mientras que el número de empresas privadas que pueden absorber a más trabajadores es reducido.
El sector gremial ha notado un aumento en el número de emprendedores informales en la región. Sin embargo, Ocampo advierte que, aunque el trabajo informal permite a muchas personas subsistir, también las deja sin acceso a derechos laborales fundamentales, como la seguridad social o una pensión de jubilación.
Sobre este tema, El País ha intentado conversar con representantes de la Federación de Empresarios Privados de Tarija (FEPT), y conocer la realidad de este sector. Sin embargo, no se pudo establecer comunicación.
Profesionales se van por la falta de empleo
La falta de fuentes de empleo en Tarija ha ocasionado que una gran cantidad de jóvenes profesionales opten por mudarse a departamentos en busca de mejores oportunidades, así lo había advertido el presidente de la Federación de Profesionales de Tarija, Rodolfo Caballero.
En la oportunidad, Caballero indicó que el 25% de los profesionales trabajan en instituciones públicas, el 10% trabaja de manera independiente como profesional libre, y el resto cambia de rubro o ingresa a la informalidad para poder generar ingresos económicos.