La Iglesia española recurre a la justicia para expulsar a las monjas excomulgadas de un convento

El arzobispado de la ciudad española de Burgos anunció este lunes que acudió a la justicia para pedir que sean desalojadas de un convento diez monjas que se declararon en rebeldía contra el Vaticano y fueron excomulgadas.

Un hombre observa desde su entrada el convento de Santa Clara de Belorado, pueblo de la provincia castellana de Burgos, el 19 de junio de 2024 al norte de España
Un hombre observa desde su entrada el convento de Santa Clara de Belorado, pueblo de la provincia castellana de Burgos, el 19 de junio de 2024 al norte de España © César Manso / AFP

Fuente: RFI

 



El caso, que causó estupor en España, comenzó en mayo, cuando las hermanas que residían en el convento de Santa Clara en el pueblo de Belorado, un recinto del siglo XV en el corazón de un pueblo de 1.800 vecinos a 50 kilómetros de Burgos, anunciaron que rompían con la Iglesia católica, al considerar un «usurpador» al papa Francisco.

Pese a intentos de la Iglesia por hacerlas cambiar de parecer, las monjas mantuvieron su posición, por lo que en junio el arzobispo de Burgos anunció su excomunión y les pidió abandonar el convento.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

«Después de un período prudencial de espera, comprobado que no ha habido ningún intento de reconsideración por parte de las exreligiosas, los servicios jurídicos han procedido a interponer la demanda» ante la justicia para pedir su desalojo, señaló el arzobispado este lunes en un comunicado.

El caso de las monjas estalló en medio de un enfrentamiento inmobiliario con su jerarquía.

Las religiosas fueron acusadas de adscribirse a una secta afiliada al «sedevacantismo», un movimiento que considera herejes a todos los papas que sucedieron a Pío XII (1939-1958).

La chispa del conflicto fue la anulación de la compra de un convento en el País Vasco español. En 2020, las monjas llegaron a un acuerdo con el vecino obispado de Vitoria para comprar el convento de Orduña, pero la venta finalmente fracasó.

La transacción fue «bloqueada desde Roma», según las monjas, que siguen negándose a abandonar el convento de Belorado.