Por los anuncios de bloqueos por parte de organizaciones evistas del Movimiento Al Socialismo (MAS), la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, pidió al expresidente Evo Morales que deje de lado su “doble discurso” y que piense en la economía del país.

“Si realmente fuera un interés en la economía, instruiría a su bancada (en la Asamblea Legislativa) que aprueben los créditos (internacionales), sin embargo, vemos este doble discurso que no es de ahora, viene desde hace tiempo (…). Dice que se preocupa por la economía, pero sus acciones dicen lo contrario”, dijo en una conferencia de prensa en Santa Cruz.

Así, la titular de la Presidencia se refirió a la marcha de sectores evistas anunciada para el 17 de septiembre, que fue definida en un ampliado en el municipio de Villa Tunari, en Cochabamba.

María Nela Prada

La marcha partirá desde el municipio de Caracollo, en Oruro. Entre las demandas planteadas en el encuentro están la provisión de dólares y de combustibles, además de la validación del congreso del MAS evista de Lauca Ñ, en octubre del año pasado.

Los evistas también determinaron la expulsión del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca de las listas del MAS.

Uno de los principales cuestionamientos de esa facción es el supuesto intento del Gobierno para inhabilitar la candidatura de Morales para las elecciones generales de 2025. Además, según ellos, hay un plan para proscribir al MAS.

Evo Morales

“Son medidas que van en contra de la economía del propio país. En este momento, marchas como las que ha anunciado Evo Morales, en realidad tienen que ver con el objetivo de su candidatura y ambición de poder”, reprochó Prada.

“Una cosa es lo que uno pueda decir para ganar apoyo o aceptación de una candidatura por las buenas o por las malas, como lo ha señalado, y otra cosa diferente son las acciones”, añadió. Hay una fijación entre Prada y Morales. El líder del MAS la acusó de ser parte de un grupo de cinco ministros que ejecuta, según el cocalero, un “plan negro” en su contra, mientras que Prada fustiga su “ambición de poder”.