A pocos días de que se cumpla un año del ataque de Hamás a Israel, en el gigante sudamericano sospechan que la creciente influncia del islamismo radical pueda provocar ataques a la comunidad judía del país
En Brasil temen por la creciente influencia iraní y la amenaza de posibles atentados en el primer aniversario del 7 de octubre. (EFE/André Borges)
Fuente: infobae.com
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La alerta es máxima en Brasil ante el riesgo de posibles atentados en el primer aniversario del ataque terrorista de Hamás contra Israel, el 7 de octubre, en el que murieron más de 1.100 personas y 250 fueron secuestradas. Para complicar esta fecha simbólica está la actual escalada en Medio Oriente que también está teniendo repercusiones en América Latina, una mezcla que podría convertirse en una amenaza terrorista especialmente para las comunidades judías de la región.
En Brasil, donde Hezbollah está presente desde hace años y donde financia sus operaciones a través de tráficos ilícitos como la droga, el asesinato del líder del grupo terrorista, Hassan Nasrallah, ha tenido un impacto significativo. Varios centros culturales islámicos del país han conmemorado su “martirio” y han distribuido una biografía sobre él “para combatir la desinformación, la intolerancia y el odio”, según se afirma en las redes sociales de varios de estos centros.
Además, la embajada iraní en Brasilia organizó hoy una ceremonia en memoria del líder terrorista. “La Embajada de la República Islámica de Irán en Brasil expresa sus condolencias por la muerte de Sayyid Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah en Líbano y gran comandante en la defensa del pueblo oprimido de Palestina y de todos los amantes de la libertad y la justicia en el mundo”, reza la invitación. Numerosas publicaciones de miembros de las comunidades libanesa y palestina en las redes sociales elogian la “resistencia” de Hezbollah en comparación con la de la causa palestina.
La Embajada de Irán en Brasil lamentó la muerte de Hassan Nasrallah a manos del Ejército de Israel. (REUTERS/Aziz Taher/File Photo)
En el canal de televisión iraní en español, Hispan TV, en una larga entrevista sobre la muerte de Nasrallah, Mahmud Aid declaró que “la lucha continúa en todos los aspectos y en todos los lugares”. Mahmoud Aid, cuyo verdadero nombre es Benjamín Ernesto Aid Aid, es mencionado junto con la mezquita El Mártir de Tucumán, de la que era clérigo, en el documento de acusación del fiscal Alberto Nisman en el juicio por el atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Para Nisman, que luego sería asesinado en 2015, esta mezquita como otras formaban parte de una red montada por Irán que “era utilizada por elementos fundamentalistas como una herramienta eficaz para reclutar adeptos y convertirlos en individuos aptos para las actividades de inteligencia pretendidas”, se lee en el documento.
Otro factor que ha elevado el nivel de alerta en estos días es el terreno común en el que tanto el extremismo chií de Hezbollah como el extremismo salafista del Estado Islámico (EI) se encuentran con un radicalismo cada vez mayor, a saber, el antisemitismo. Las redes encriptadas del EI llevan semanas registrando la presencia de jóvenes latinoamericanos, incluidos brasileños, conversos al islam radical que despotrican contra los judíos, sus instituciones y lugares de culto en la región. Entre ellos, el adolescente uruguayo, detenido hace unas semanas en Lascano (Uruguay), a unos 80 kilómetros de Brasil, por amenazar con un atentado. Entre los vídeos compartidos por el grupo, en el chat encriptado había uno en árabe en el que aparecían carteles de ISIS y la sinagoga de Montevideo como posible objetivo.
Además del riesgo de atentados, con la muerte de Nasrallah y la necesidad de fondos para luchar contra Israel dentro y fuera de Líbano, América Latina corre el riesgo de convertirse cada vez más en un atractivo cajero automático para financiar las operaciones terroristas de Hezbollah. No sólo los chats encriptados en los que se recauda dinero para el grupo terrorista están en auge estos días, sino que las criptodivisas se confirman como uno de los métodos preferidos de la organización. Así lo demuestra también el reciente caso descubierto en Argentina de una red de financiación de Hezbollah a través de criptodivisas en la que estaba implicado un profesor colombiano afincado en Córdoba.
Según la investigación, el hombre habría transferido entre marzo y junio de este año, a través de una treintena de transacciones, 1.700 millones de pesos argentinos (1,75 millones de dólares) a una billetera virtual vinculada, a través de otra billetera virtual en Brasil, a Tawfiq Muhammad Said al-Law, un sirio dueño de una casa de cambio en Líbano. Said al-Law fue sancionado el 26 de marzo de este año por Estados Unidos por financiar a Hezbollah a través de criptomonedas. Según las autoridades israelíes, también formaba parte de una red que gestionaba millones de criptodivisas junto con Irán, incautadas por el gobierno de Benjamín Netanyahu en junio de 2023.
Un profesor colombiano radicado en Córdoba, Argentina, fue detenido por transferir 1,75 millones de dólares en criptomonedas a un ciudadano sirio con vínculos a Hezbollah en Brasil. (Policía Federal Argentina)
La segunda parte de la operación Trapiche también había revelado en agosto el descubrimiento de cuentas bancarias abiertas por los hombres de Hezbollah para ocultar parte de las ganancias del contrabando de cigarrillos electrónicos. Estas cuentas formaban parte de un esquema mucho mayor, definido por las autoridades brasileñas como un esquema “multimillonario”, que movió más de 61.000 millones de reales (11.243 millones de dólares), y que fue descubierto por la PF el pasado mes de septiembre en el marco de la operación Colossus, cuando se desmanteló una red criminal que blanqueaba miles de millones de reales a través de criptodivisas. El grupo, que también tenía una base en Dubai, blanqueaba para narcotraficantes, ‘doleiros’ (los cambistas ilegales), contrabandistas y, en este caso, también para terroristas.
Las criptodivisas son también uno de los negocios de otro grupo familiar libanés al servicio de Hezbollah, el clan Akil Rada. El Departamento del Tesoro de EE.UU. sancionó en 2023 a una empresa de criptomoneda, BCI Technologies, con sede en Venezuela, y a su propietario Samer Akil Rada. Según el sitio de análisis Lucha global contra la financiación del terrorismo (Global Fight Against Terrorism Funding en inglés), “Samer Akil Rada es considerado una figura destacada en el campo de la criptodivisa en Venezuela. Es muy probable que esté en contacto con los más altos rangos del régimen de Maduro. Estos, a su vez, pueden proporcionar al clan Rada acceso al régimen e importantes beneficios financieros. Las criptodivisas junto con el oro son las dos mejores formas que tiene Maduro para blanquear dinero y transferir fondos fuera del país sin ser detectado”. Samer es hermano de Amer Mohamed Akil Rada, uno de los terroristas del brazo de Hezbollah llamado Yihad Islámica que participó en los atentados de Buenos Aires contra la embajada israelí en 1992 y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994. Fue él quien compró la furgoneta Trafic en la que se colocaron los artefactos explosivos.
Que las actividades criminales de Hezbollah puedan aumentar en América Latina y sobretodo en Brasil, es tanto más probable cuanto que el nuevo líder de la organización terrorista, Hachem Safieddine, además de primo de Nasrallah, es hermano de Abdallah Safieddine, quien, según la agencia antidroga estadounidense DEA, dirige el Componente de Asuntos de Negocios (BAC-Business Affairs Component en inglés) de Hezbollah, una estructura creada por la organización terrorista para operaciones ilícitas desde 2007.
Abdallah Safiedinne, hermano de Hashem Safieddine, el nuevo líder de Hezbollah, es el encargado de las operaciones ilícitas del grupo extremista libanés desde 2007. (REUTERS/Aziz Taher/File Photo)
Abdallah Safieddine desempeñó un papel central en el Proyecto Cassandra de la DEA, una operación que duró casi una década con el objetivo de detener el tráfico de drogas de Hezbollah en Estados Unidos y Europa y que luego fue bloqueada, según una investigación del sitio web Politico por el gobierno de Obama. Como explica Emanuele Ottolenghi en su testimonio ante el Congreso de EEUU el 17 de abril de 2018, “el Tesoro nombró a Safieddine en 2011, cuando identificó al Lebanese-Canadian Bank como una ‘preocupación primaria de lavado de dinero’ como parte de una serie de acciones tomadas por las agencias gubernamentales estadounidenses contra el banco y la red del narcotraficante Ayman Saied Joumaa, que había sido demandado por lavar ganancias de la droga en nombre del cartel colombiano La Oficina del Envigado. Según el Tesoro, Abdallah Safieddine estaba implicado en el acceso de funcionarios iraníes al Lebanese-Canadian Bank” dijo Ottolenghi.
También ha sido noticia en los últimos días la información del sitio de noticias ABC Color de Paraguay de que Kassem Mohamad Hijazi ha vuelto a vivir en Brasil, tras ser liberado de prisión en Estados Unidos. Según la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, después su extradición desde Paraguay en 2022, el brasileño de origen libanesa fue acusado de «blanqueo de dinero procedente del tráfico de drogas y de operar un negocio de transferencia de dinero sin licencia por su implicación en una operación transfronteriza de blanqueo de dinero».
Además, queda la cuestión crítica de la expansión de Irán en Brasil. El embajador iraní en el gigante latinoamericano, Abdollah Nekounam Ghadiri, anunció en sus redes sociales con motivo de la feria de petróleo y gas celebrada en Rio de Janeiro del 23 al 26 de septiembre que “nuevos productos petroquímicos iraníes” llegarán a Brasil, además del “fertilizante de urea que ya tiene un mercado digno de atención” en el país. Entre las empresas iraníes que participaron en la exposición de petróleo y gas de Rio de Janeiro se encuentra Tappico, Tamin Petrolem & Petrochemical Investment Co.
Empresas iraníes de la industria petrolera participaron a fines de septiembre en la Feria del Gas y el Petróleo en Río de Janeiro.
Según IFMAT, un sitio web que analiza los vínculos corporativos de las empresas iraníes con el terrorismo, Shasta, también conocida como Social Security Investment Co. (SSIC) o Tamin Investment Fund, posee el 86% de las acciones de Tappico. Según el sitio independiente de noticias Tehran Bureau, Shasta, que es propiedad del gobierno, tiene participaciones en unas 30 de las 100 mayores empresas de Irán, así como en unas 20 de las 59 mayores petroleras iraníes. Muchas de las filiales de Shasta son propiedad conjunta de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), sancionados como grupo terrorista, entre otros, por Estados Unidos y Canadá. Asimismo, según la Oficina de Teherán, Shasta tiene una conexión directa con la oficina del ayatolá Alí Jamenei, ya que posee 10 empresas auditadas por el contable oficial del Líder Supremo.
Empresas iraníes de la industria petrolera participaron a fines de septiembre en la Feria del Gas y el Petróleo en Río de Janeiro.
Poco antes de la participación de Irán en la feria del petróleo de Rio de Janeiro, el sitio de noticias Bloomberg reveló cómo se vende el petróleo de contrabando de Irán y Rusia y el papel de Hossein Shamkhani, hijo de Ali Shamkhani, asesor del Líder Supremo del régimen iraní, como una de las figuras clave en esta operación. Pero, sobre todo, la historia de Shamkhani hizo saltar las alarmas en todo el mundo, incluso en Brasil, sobre el riesgo de vender y comprar petróleo iraní a pesar de las sanciones estadounidenses. La red de Shamkhani recurrió a la llamada flota oscura (dark fleet en inglés), una red clandestina de armadores expertos en eludir las sanciones internacionales y buques que viajan bajo banderas insospechadas, como las de Panamá o las Islas Cook. Barcos que ahora, con este interés oficial de Irán por el mercado brasileño, podrían desembarcar también en el gigante latinoamericano, rediseñando su geopolítica.