Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la depreciación ocurrió en los últimos 18 meses.
Fuente: Red Uno
Milen Saavedra
Bolivia enfrenta una grave crisis económica. Varios años de mantener un tipo de cambio fijo y de subsidios a los combustibles han erosionado las reservas internacionales y generado un fuerte desequilibrio fiscal, afirmó el Instituto Peruano de Economía (IPE).
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Como resultado, la moneda se ha depreciado rápidamente, indican en un reporte publicado por El Comercio.
Según los datos publicados, en 2024 la producción de hidrocarburos se redujo en 52% desde 2014, alcanzando niveles del 2004.
Como resultado de los menores ingresos por exportaciones, las finanzas públicas se deterioraron rápidamente. Así, Bolivia pasó de sostener un superávit promedio de 1,8% del PBI entre el 2006 y el 2013, a un déficit promedio de 6,8% entre el 2014 y el 2019. Para el 2022, la deuda pública en Bolivia (82%) ha retrocedido a niveles del 2005.
Además, al cierre del 2023, las reservas internacionales se han reducido a solo 3,8% del PBI, su nivel más bajo desde 1991. Como referencia, en esos mismos años, la deuda pública y las reservas internacionales del Perú ascendieron a 33% y 27% del PBI, respectivamente.
Asimismo, los esfuerzos por mantener un tipo de cambio fijo por casi 15 años han erosionado las reservas internacionales y debilitado seriamente la moneda boliviana. Así, usando el tipo de cambio paralelo, se estima que esta habría perdido cerca del 40% de su valor desde 2023.
La economía boliviana ya evidencia los efectos negativos de estas políticas. En abril, Moody’s rebajó su calificación de riesgo de Caa1 a Caa3, a un paso de ser “extremadamente especulativa”. En agosto, mientras que el alza de precios se desacelera en el resto de la región, la inflación en Bolivia se elevó de 4,0% a 5,2%, afirma el reporte. Además, entre enero y agosto, las importaciones (sin considerar combustibles) acumulan una contracción de 14%, principalmente por menores compras de bienes de capital y materias primas para la industria, lo que sugiere que la economía se desacelera. La depreciación ocurrió en los últimos 18 meses. Las reservas internacionales del país alcanzaron un mínimo en más de 30 años.
«Pese al alza reciente en el precio del gas, es improbable que se repita un período de bonanza en la producción similar al experimentado en 2005-2014 que rescate a la economía boliviana. Ello se debe a que la gestión pública le ha restado competitividad al sector: hidrocarburos: desde el 2022, Bolivia importa más combustibles de los que exporta«, complementa el IPE.