Pagar a los afectados antes de una catástrofe climática, una idea controvertida que se abre paso


Lejos de la burocracia de las finanzas internacionales, una solución a priori muy simple está ganando terreno para proteger a las poblaciones vulnerables ante los fenómenos climáticos: transferirles dinero rápidamente, incluso antes de que ocurra el desastre.

Unas niñas llenan unos bidones con el agua de los charcos dejados por unas inundaciones en la región de Hays, en Yemen, el 28 de agosto de 2024
Unas niñas llenan unos bidones con el agua de los charcos dejados por unas inundaciones en la región de Hays, en Yemen, el 28 de agosto de 2024 © Khaled Ziad / AFP/Archivos

Fuente: rfi.fr

París (AFP) – Frente a una inundación, un huracán o un gran incendio, «cuanto más rápido recibes el dinero, mejor», resume Ranil Dissanayake, investigador del Center for Global Development.



Mejor aún sería entregarlo antes de la catástrofe: «Los beneficiarios pueden entonces preparar sus hogares, almacenar comida o trasladarse a zonas seguras», explica a AFP.

«Imaginen la diferencia que esto puede hacer para los obreros en el norte de India que, si reciben ayuda antes de una ola de calor de 50 ºC, no tendrían necesariamente que trabajar» en esas condiciones.

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En el momento crítico

Este tipo de intervención «preventiva», implementada en los últimos años por organizaciones humanitarias en otros contextos, es recomendada por expertos como la economista francesa Esther Duflo, pero aún es poco común para los fenómenos climáticos, que se prevé sean cada vez más intensos y frecuentes.

Sin embargo, ya se han probado transferencias directas a través de teléfonos móviles o retiros mediante tarjetas.

La ONU ha llevado a cabo una docena de proyectos piloto, en Etiopía y Somalia, países afectados por la sequía, o en Bangladés, donde en 2020 más de 23.000 hogares pudieron recibir 53 dólares una semana antes del pico de una gran inundación.

«Existe un consenso en que esto funciona, y que entregar dinero en efectivo antes tiene un beneficio social mayor, al proporcionar la ayuda en un momento crítico», destaca Ashley Pople, investigadora del Centro de Estudios de Economías Africanas de la Universidad de Oxford, que ha estudiado el caso de Bangladés.

Las ascuas de un incendio forestal en la Sierra Nacional, en el condado californiano de Fresno (EEUU), en una imagen del 26 de junio de 2024
Las ascuas de un incendio forestal en la Sierra Nacional, en el condado californiano de Fresno (EEUU), en una imagen del 26 de junio de 2024 © David Swanson / AFP/Archivos

Según este estudio, los beneficiarios pudieron abastecerse, pero también proteger a sus animales, y por lo tanto su medio de vida. Para los hogares que no se beneficiaron, el riesgo de pasar un día sin comer aumentó en un 52%.

Cuando ocurre un desastre, «muchos bancos multilaterales de desarrollo piensan en cómo ayudar rápidamente a los gobiernos. Pero no hay mucho sobre cómo llevar los fondos rápidamente a las personas más afectadas», señala Pople.

100 dólares para evitar lo peor

Desde 2020, el programa estadounidense GiveDirectly ha intervenido en Bangladés, la República Democrática del Congo y Malaui, transfiriendo, mediante dispositivos móviles, dinero a poblaciones enfrentadas a crisis (conflictos, desplazamientos…).

Nigeria teme nuevamente inundaciones este otoño y por ello 20.000 hogares han sido prerregistrados, de los cuales los más expuestos recibirán 320 dólares al menos tres días antes del pico de la crecida.

Para identificarlos, la oenegé, en asociación con Google, utiliza una combinación de imágenes satelitales, mapas de inundaciones generados por inteligencia artificial, datos administrativos y encuestas de campo.

En Mozambique, más de 7.500 familias recibieron 225 dólares tres días antes de una inundación en 2022. En Bangladés, 15.000 personas recibieron 100 dólares en 2024 antes de una crecida del río Jamuna.

No obstante, este tipo de acciones tiene sus límites y desafíos.

«Se necesitan previsiones lo suficientemente precisas y detalladas, idealmente a nivel de un pueblo o comunidad», explica Pople, mencionando los trabajos de Google en este sentido sobre inundaciones.

Algunos fenómenos, como los huracanes, también son más difíciles de predecir debido a sus trayectorias cambiantes.

«Somos capaces de predecir ciertos desastres en algunos lugares. Pero para otros se requieren más inversiones, especialmente en estaciones meteorológicas», afirma Dissanayake.

También menciona la necesidad de eliminar «barreras políticas».

«Debemos reconocer explícitamente que esto es parte de las herramientas para responder al cambio climático, y financiarlo de manera eficaz», subraya el investigador.

Aunque esto no exime de financiar «infraestructuras, transporte, diques… La ayuda individual anticipada puede ser una buena parte de la solución, pero rara vez puede hacerlo todo».


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