A cinco años de la autoproclamación de Jeanine Áñez y la ruptura constitucional, la exministra Wilma Alanoca develó que no hubo ninguna ruta o línea para seguir después del derrocamiento del entonces presidente Evo Morales, en noviembre de 2019.

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“No había una ruta de resguardo (…). No sabíamos de la magnitud del problema. Cada quien (cualquier autoridad de entonces) trató de salvar su vida”, dijo en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

Wilma Alanoca Mamani era ministra de Culturas y Turismo entre el 23 de enero de 2017 hasta el 10 de noviembre de 2019, cuando renunció el expresidente Morales a raíz de protestas cívicas, un motín policial y la sugerencia de dimisión presidencial de la cúpula militar.

Entonces, el 12 de noviembre de 2019, Jeanine Áñez se autoproclamaba presidenta del Senado, primero, y luego presidenta del Estado, en sendos actos de poco más de 10 minutos. Luego, en el Palacio Quemado, un jefe militar la impondría la banda presidencial.

Dos días antes era derrocado Morales, tras casi 14 años de ocupar la silla presidencial. Ese 10 de noviembre, a las 16.50, desde el Chapare de Cochabamba, anunció su dimisión.

Después de la renuncia, su gabinete ministerial renunció por presión y amenazas por parte de grupos irregulares. Varias autoridades ingresaron a la residencia de la Embajada de México para resguardar su integridad.

En la transmisión, Alanoca contó que ese martes 12 de noviembre, a las 08.30, ella ingresaba al asilo de la Embajada de México. “Yo no sabía si me iba a quedar unas horas o unos días, porque uno mantiene la esperanza”.

“El dolor no pasa”, dijo respecto de la interrupción democrática, que el MAS considera un golpe de Estado.

La exministra contó que ese día estaba atemorizada y sin saber con quién comunicarse para saber qué tenían que hacer los miembros del gabinete. “Nadie nos dio un protocolo sobre lo que iba a pasar con las autoridades”.

¿No había una línea?, preguntó la conductora del programa, Claudia Benavente.

“No había una ruta”, respondió la entrevistada.

Afirmó que la última reunión de gabinete ministerial fue entre el 7 y 8 de noviembre y ahí ya no estaban muchos ministros como Manuel Canelas, de la cartera de Comunicación.

“Nosotros realmente no sabíamos (qué pasaba). Yo, particularmente, no sabía la magnitud del problema que ya se venía consumando”, añadió.

Explicó que en un gabinete ministerial el que tiene la batuta es el canciller, en ese momento Diego Pary. “Él nunca nos señaló ninguna ruta, no dijo qué iba a pasar, no dijo qué íbamos a hacer para resguardar nuestra vida”.

Tras la asunción de Áñez al poder, los ministros y otros funcionarios fueron perseguidos y se refugiaron en la residencia de la Embajada de México en Bolivia por 360 días. Muchos salieron después de que la Justicia retirará las ordenes de aprehensión que existían en su contra.