La prolongación de los bloqueos promovidos por seguidores de Evo Morales, afecta la imagen de Bolivia como un destino confiable para la inversión
Las empresas en Cochabamba atraviesan una situación crítica, tras 18 días de bloqueos en las principales carreteras, promovidos por seguidores de Evo Morales. La interrupción del tránsito dificulta el suministro de insumos y materias primas esenciales, y pone en riesgo la continuidad de múltiples sectores económicos en la región. Más de 100 empresas ya no acceden a materiales para operar, una situación que amenaza con provocar una crisis económica y social de gran escala.
La expresidenta de la Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía (Cadepia), Luz Mary Zelaya, expresa la gravedad de la situación: “La falta de materia prima impide la producción en sectores clave, como alimentos, textiles, cuero y productos químicos. Esta escasez compromete el cumplimiento de contratos con otras regiones y nos aísla en nuestro propio territorio, sin poder mover productos para cumplir nuestras obligaciones comerciales”. Zelaya señala que, aunque se ha considerado el transporte aéreo, los altos costos lo hacen inviable. Dice que numerosos proveedores comenzaron a retener sus materiales, exacerbando la crisis.
El sector alimenticio es uno de los más afectados. La producción de mermeladas, por ejemplo, requiere frutas del trópico cochabambino, cuya entrega fue interrumpida. Asimismo, el suministro para el sector químico es casi nulo en el mercado local. Si los bloqueos persisten, advierte Zelaya, muchas empresas se verán obligadas a cesar sus operaciones, lo que generará despidos y agravará la tasa de desempleo en la región.
Impacto en cadena
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El presidente de la Federación de Entidades Empresariales de Cochabamba (FEPC), Juan Pablo Demeure, detalla el devastador efecto en la cadena de suministro: “Más de cien empresas han tenido que detener su producción al no recibir los materiales necesarios. Esto afecta en particular a sectores de transporte y logística, dado que Cochabamba es el eje de movilidad de bienes en el país, con un tránsito diario de 141.380 vehículos entre occidente y oriente”.
El impacto se extiende al sector agropecuario, que requiere insumos, como semillas y fertilizantes, y la distribución de productos perecederos. Ya perdió mercancía e incluso murió ganado. Los floricultores, que en estas fechas de Todos Santos suelen enviar grandes cantidades de flores, se encuentran sin alternativas de transporte viable, ya que los elevados costos del transporte aéreo son insostenibles para la mayoría de los productores.
La industria manufacturera, que depende de un flujo constante de materias primas, enfrenta dificultades críticas. “La interrupción del suministro afecta directamente a la industria de alimentos y construcción”, señala Demeure, y añade que el turismo y la gastronomía también han sido gravemente golpeados, con una baja en la afluencia de visitantes que ha obligado a nueve de cada diez empresas turísticas en el trópico a cerrar temporalmente.
Estrategias temporales
Frente a la falta de insumos, las empresas intentar mantener sus operaciones con medidas de emergencia. Algunas recurren a inventarios de seguridad, mientras que otras exploran rutas alternas o establecen alianzas temporales para compartir recursos. Sin embargo, Demeure advierte que estas soluciones son sólo paliativas y no resolverán el problema si los bloqueos se prolongan.
La alta dependencia de insumos externos y una infraestructura vial insuficiente, con apenas un 50% de las rutas asfaltadas, agravan la situación, pues Cochabamba se convierte en un “tapón geográfico” para el tránsito nacional. “Esto afecta nuestra imagen ante inversionistas y socios comerciales internacionales, deteriorando la percepción de Bolivia como un país confiable en términos logísticos”, enfatiza Demeure.
A corto plazo, los bloqueos provocan el alza en los costos operativos y escasez de productos básicos en el mercado, pero las implicaciones a largo plazo son aún más graves: el cierre definitivo de empresas, despidos masivos y un potencial aumento del desempleo formal en un 15 y 20%, advierten expertos en la región.
Llamado a la acción
La prolongación de los bloqueos afecta la imagen de Bolivia como un destino confiable para la inversión, generando incertidumbre tanto para los empresarios locales como para los internacionales. Además, el deterioro de la infraestructura podría desviar fondos públicos hacia su reparación, en detrimento de la inversión productiva y social.
Demeure urge a las autoridades gubernamentales a tomar acciones efectivas, como el dictar el Estado de excepción.
“Es indispensable que el Gobierno proteja el derecho al trabajo y al abastecimiento de la población, restableciendo la circulación y el flujo de operaciones en Cochabamba”.