El viernes por la tarde un niño de siete años resultó afectado por la picadura de un alacrán en la comunidad de Arroyito del municipio de Cotoca. Para que sea atendido y salve su vida tuvo que sortear muchas trabas, ahora está a salvo, pero pasó un susto.

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La madre del menor lo llevó a una posta de salud cercana a su casa, sin embargo, le informaron que precisaba del antídoto correspondiente o el niño podía perder la vida.

El padre acudió de inmediato para ver a su retoño, al verlo en mal estado lo llevó a un sanatorio de Cotoca, donde los auscultaron, pero su cuadro ameritaba una atención especializada y para ello los galenos recomendaron que sea trasladado a Santa Cruz.

Allí comenzó el periplo para el menor. Sus progenitores se desesperaron al verlo así y como gritaba de dolor.

Alacrán

Pero el paso de los minutos complicaba aún más la situación, lo subieron a una ambulancia para que llegue cuanto antes a la capital cruceña, pero otro obstáculo era el tráfico de esa localidad distante a 142 kilómetros.

El médico que acompañó al pequeño resultó ser el héroe, se bajó de la ambulancia y corriendo despejó la ruta para que el vehículo pueda avanzar rumbo a su destino.

El veneno del alacrán avanzaba en organismo del niño y según los médicos estaba cerca de su corazón. Lo que agravaba aún más el cuadro clínico.

Mi hijo estaba grave, parece que el veneno había llegado al corazón. Él estaba desvanecido, se puso hasta morado y tieso. Estaba frío”, rememora con lágrimas Roxana, la mamá del pequeño.

Pero gracias al empeño del médico, el conductor y los padres del infante el infante salvó su vida. Llegó al hospital japonés y recibió el antitóxico y ahora se encuentra estable, aunque sigue hospitalizado.

Lo reanimaron a tiempo y recibe el tratamiento acorde para estos casos. La familia aguarda el informe médico para que el enfermo retorne a su casa.