Fue considerado uno de los prófugos del FBI más reconocidos, logró evitar su captura durante dos décadas. Este es el lugar donde se mantuvo fuera de la vista de las autoridades
Daniel Andreas San Diego, uno de los fugitivos más buscados por el FBI, fue capturado después de más de 20 años de evasión (AP)
Fuente: infobae.com
El arresto de Daniel Andreas San Diego, uno de los fugitivos más buscados por el FBI, después de 20 años de evasión, marcó el fin de una larga investigación que sorprendió tanto a las autoridades como a la comunidad local de Maenan, en el norte de Gales. San Diego, acusado de un atentado terrorista en California, fue finalmente capturado el lunes 25 de noviembre en una remota propiedad en el borde del bosque, en la aldea de Llidiart y Coed, en un evento que dejó a muchos conmocionados, ya que se había mantenido en el anonimato durante más de dos décadas en una región donde, aparentemente, nadie sospechaba de su identidad.
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Cómo fue el arresto
Daniel Andreas San Diego, nacido en Berkeley, California, fue buscado por el FBI desde principios de los años 2000. Su presunta implicación en dos atentados con bombas en California lo colocó en la lista de los más buscados, ofreciendo una recompensa de hasta más de 253 mil dólares por su captura. En 2003, tras el ataque, San Diego desapareció sin dejar rastro. A pesar de ser considerado armado y peligroso, durante los años siguientes su paradero continuaba siendo desconocido.
El arresto se produjo en Maenan, un pintoresco pueblo galés conocido por su aislamiento y belleza natural. La captura fue el resultado de una investigación colaborativa entre las autoridades del FBI, la Agencia Nacional contra el Crimen de Reino Unido y la Policía de Gales del Norte. La información que finalmente llevó a los oficiales hasta él estaba relacionada con su nueva vida bajo una identidad falsa en la región, lejos de su pasado en Estados Unidos.
El escondite en Maenan, Gales
En esta casa en Gales y en el medio del bosque se escondió Daniel Andreas San Diego durante más de 20 años para evitar ser capturado
El refugio de San Diego en Llidiart y Coed fue un lugar aparentemente tranquilo, alejado de las grandes ciudades y escondido entre las montañas de Gales. La casa se encontraba en una ladera rodeada por un espeso bosque, con vistas a los picos nevados de Carnedd Llewelyn, un entorno que proporcionaba el aislamiento perfecto para un hombre que había estado huyendo de la justicia durante más de dos décadas.
El lugar tenía un aire inquietante, como si su ocupante hubiera dejado su vida atrás a toda prisa. A la entrada de la casa se podía ver una puerta con las llaves todavía puestas. Junto a la puerta había una caja de herramientas, botas de agua cubiertas de barro y una pila de tareas de bricolaje sin terminar. Dentro de la casa, la lavadora contenía ropa desparramada, y sobre la mesa de la cocina, se hallaban restos de alimentos veganos y envases de productos de origen vegetal, lo que coincidía con la conocida preferencia alimentaria de San Diego. La presencia de un plato, tenedor y taza en el sofá, junto a las luces encendidas, reforzaba la impresión de una huida repentina y apresurada, como si su vida hubiera sido interrumpida bruscamente por su arresto.
La vida en la comunidad local
Los vecinos de la zona no reconocieron a San Diego cuando se presentó la noticia de su captura (Photo by Mandel NGAN / AFP)
Curiosamente, los vecinos de la zona no reconocieron a San Diego cuando se presentó la noticia de su captura. Muchos de ellos, como David Mees, un ingeniero local que había vivido más de 30 años en la región, no tenían ni idea de quién era el hombre que había estado viviendo a la vuelta de la esquina con el seudónimo de Danny Steven Webb. Mees, quien conocía la zona en detalle, indicó que, si bien no lo habría reconocido, la ubicación remota de Maenan parecía ser el refugio perfecto para alguien que quería mantenerse fuera del radar. “Es un lugar terrible para esconderse”, comentó Mees en diálogo con la BBC, “pero debe haber unas 300 propiedades aquí solo en el bosque”.
Este tipo de vida aislada en Maenan parece haber sido la razón por la cual San Diego eligió establecerse allí. La zona es conocida por su belleza natural y su falta de vigilancia, lo que habría permitido a San Diego vivir de forma discreta y alejada de la atención pública. El acceso a senderos de montaña y la cercanía con áreas rurales le habrían proporcionado rutas de escape discretas, un aspecto esencial para alguien que llevaba años en fuga.
El paso del tiempo y los posibles errores
A medida que pasaron los años, la vida de San Diego en Gales parece haber estado marcada por una creciente falta de precaución. En el pub local, muchos de los residentes comenzaron a especular sobre el hecho de que San Diego pudo haber cometido un error fatal: comprar la casa en Llidiart y Coed en 2023, un movimiento que implicaba el registro formal de sus documentos y escrituras. Este paso fue visto por muchos como el punto de no retorno, ya que la compra de una propiedad en su nombre podría haberlo expuesto.
A lo largo de los años, el lugar se convirtió en su refugio, pero también en su talón de Aquiles. Con el tiempo, la creciente familiaridad con el entorno podría haber llevado a una sobreconfianza, lo que tal vez facilitó su captura. Según algunos testimonios, su acento irlandés o canadiense, asociado a su identidad falsa, fue lo que finalmente permitió que algunos vecinos ataran cabos y comenzaran a sospechar que el hombre en cuestión podría haber sido, de hecho, el temido terrorista.
Percepción social y ecologismo en Gales
El hecho de que San Diego fuera un activista por los derechos de los animales, conocido por su apoyo a causas ecologistas, parece haber influido en la forma en que fue percibido en Gales. En un país con un historial de ecologistas comprometidos y una gran cantidad de movimientos por el medio ambiente, como los vinculados a Just Stop Oil en Pembrokeshire, la presencia de San Diego en la zona no suscitó el mismo nivel de sospecha que podría haber provocado en otras partes del mundo.
Algunos locales, como Michael Jones, el gerente de un pub en el valle, bromeaban diciendo en la BBC que “si tuviera que esconderme en algún lugar, sería en el centro de Gales”, sugiriendo que el entorno de la región, donde las comunidades son pequeñas y cercanas, podría haber ofrecido un excelente refugio para un fugitivo. No obstante, otros vecinos se mostraron más cautelosos sobre las implicaciones de vivir cerca de alguien que figuraba en una lista de los más buscados, aunque la mayoría no parecía particularmente preocupada por la situación.
Impacto en la comunidad y la vigilancia posterior
La policía intensificó la zona de vigilancia y tras la captura, los residentes comenzaron a sentirse más vigilados de lo común (AP Photo/Haraz N. Ghanbari, File)
El arresto de San Diego, aunque finalmente reveló la verdad detrás de los rumores, dejó una sensación de inquietud en la comunidad local. Luego de la captura, los residentes comenzaron a sentirse vigilados, especialmente cuando drones comenzaron a sobrevolar la zona y la policía intensificó su presencia. Al mismo tiempo, los rumores y las teorías sobre la vida de San Diego se propalaron rápidamente entre los residentes, quienes se sorprendieron al descubrir que habían vivido cerca de un fugitivo de alto perfil durante tanto tiempo.
A pesar de la intrusión mediática y policial, algunos habitantes, como David Hughes, se sorprendieron por la falta de conocimiento sobre la situación antes del arresto. “Éramos una comunidad unida, nos cuidamos unos a otros”, comentó a la BBC, al mismo tiempo que reflexionaba sobre cómo la presencia de San Diego pasó desapercibida en un lugar tan tranquilo. La captura del fugitivo no solo alteró la rutina diaria de los residentes, sino que también trajo consigo una invasión de la privacidad y el temor a ser asociados con una figura tan controvertida.
La captura de Daniel Andreas San Diego no solo puso fin a más de dos décadas de fuga, sino que también reveló cómo un hombre pudo haberse ocultado con éxito en una pequeña comunidad en Gales, aprovechando su aislamiento y la aparente falta de vigilancia para vivir en relativa paz. El impacto de su arresto continúa siendo una mezcla de sorpresa, intriga y una sensación de vulnerabilidad entre los habitantes de Maenan.