El primer ministro de Japón busca la reelección en medio de escándalos y retos políticos

La sesión extraordinaria del Parlamento decidirá el futuro político de Japón. La coalición gobernante, liderada por Shigeru Ishiba, enfrenta severos desafíos tras perder la mayoría en las elecciones recientes.

El primer ministro japonés y líder del gobernante Partido Liberal Democrático, Shigeru Ishiba, busca la reelección el próximo lunes (REUTERS/ARCHIVO)

Fuente: Infobae

Shigeru Ishiba aspira a ser reelegido primer ministro de Japón este lunes, en una sesión extraordinaria del Parlamento nacional. A pesar de la reciente pérdida de la mayoría por parte de la coalición gobernante en las elecciones del 27 de octubre, Ishiba se mantiene como candidato a encabezar un gobierno en minoría.



El Partido Liberal Demócrata (PLD), liderado por Ishiba, fue el más votado, aunque junto a su socio de coalición, el partido budista Komeito, perdió su mayoría en la Cámara Baja, situación que no enfrentaba desde 2009.

La coalición fue castigada en las urnas tras una serie de escándalos, incluyendo acusaciones de financiación irregular, y por el descontento popular frente al aumento de los precios.

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Sin opciones de incorporar nuevos aliados, el PLD y el Komeito intentarán continuar en el poder, mientras que la oposición permanece fragmentada y sin lograr una mayoría parlamentaria.

El PDP de Yuichiro Tamaki se convierte en un potencial socio estratégico en votaciones futuras para Ishiba (REUTERS/ARCHIVO)

El Partido Democrático Constitucional de Japón (PDC), segunda fuerza más votada y liderado por el ex primer ministro Yoshihiko Noda, no consiguió formar alianzas suficientes para desbancar a la coalición actual.

En la oposición se destaca el Partido Democrático Popular (PDP), de centro-derecha y liderado por Yuichiro Tamaki, que cuadruplicó su representación en el Parlamento y se convirtió en un actor clave en las negociaciones.

Si bien Tamaki anunció que no respaldará a Ishiba, el PDP podría ser un socio estratégico en futuras votaciones debido a su cercanía ideológica con el PLD. De hecho, ya existen negociaciones para que el próximo gobierno de Ishiba incluya propuestas del PDP, tales como descuentos fiscales para hogares de bajos ingresos.

Ante la fragmentación opositora y los 221 escaños que conserva su coalición (contando algunos independientes), se prevé que Ishiba gane la elección parlamentaria en una segunda ronda frente a Noda y Tamaki. De ser reelegido, Ishiba anunciará un nuevo gabinete, en busca de establecer alianzas puntuales para aprobar sus iniciativas legislativas.

La aprobación en baja

El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, enfrenta una fuerte caída en su índice de aprobación, que descendió a 32,1 %, muy por debajo del 50,7 % que registraba antes de las elecciones generales recientes.

La encuesta, realizada por la agencia de noticias japonesa Kyodo, refleja la baja popularidad del nuevo líder del Partido Liberal Demócrata (PLD) entre el pueblo japonés.

Más de la mitad de los encuestados (53%) expresó su rechazo a que la coalición gobernante entre el PLD y el partido budista Komeito continúe al frente del país, mientras que solo el 38,4 % se mostró a favor.

El primer ministro de Japón busca la reelección el próximo lunes en medio de escándalos y retos políticos (REUTERS/ARCHIVO)

En los comicios, el PLD perdió el respaldo necesario para alcanzar los 233 escaños requeridos para la mayoría parlamentaria simple en la Cámara Baja y obtuvo solo 194 asientos, una considerable caída frente a los 256 que tenía previamente.

Su socio de coalición, Komeito, también sufrió una pérdida significativa, reduciendo su representación de 32 a 24 escaños. Por el contrario, la oposición logró avanzar.

El Partido Democrático Constitucional (PDC), principal fuerza opositora liderada por el ex primer ministro Yoshihiko Noda, aumentó sus asientos parlamentarios de 98 a 148.

Además, el Partido Democrático Popular (PDP), una escisión del PLD con orientación de centro-derecha, cuadruplicó su representación y se posicionó como un actor crucial en la reconfiguración del poder político japonés.