En 2013, el Estado declaró al pueblo indígena yuqui altamente vulnerable y en peligro de extinción. En 2020, su población era de sólo 365 personas, pero este año su población ascendió a 965 habitantes.
Fuente: lostiempos.com
El cacique mayor del Consejo Yuqui, José Isategua, explicó que el incremento de su población se debe a que disminuyeron los casos de tuberculosis y que los enfermos no se descuidaron de sus tratamientos.
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Además, nuevas familias se formaron y se aceptaron en ellas a colonos y gente del oriente y occidente del país, también hubo varios nacimientos. La población actual de niños es de 280.
“Ha disminuido la cantidad de enfermos de tuberculosis, tenemos menos compañeros enfermos. Antes eran bien celosos, sólo (convivimos) entre nosotros, ha pasado tiempo y algunos se han juntado con colla o con camba, lo importante es que un colla o un camba sí o sí debe aprender a hablar nuestra lengua y enseñarla a sus hijos. Nuestra lengua se llama biaye”, afirmó el cacique.
Tierra y territorio
Los yuquis se autodenominan como Bia. En 1997 se reconoció su territorio ancestral con un título ejecutorial, que en 2002 fue saneado por el INRA con el nombre de Territorio Comunitario de Origen (TCO) Yuqui-CIRI, que comparten con los pueblos yuracaré y trinitario. Su superficie es de 115.984 hectáreas entre los municipios de Chimoré y Puerto Villarroel, en la provincia Carrasco, de Cochabamba.
Actualmente, la nación yuqui vive en las comunidades Biaruaté, Pachinu y Biariyoa y subsisten cultivando arroz, plátano, maíz, yuca y otros alimentos. También recolectan miel, frutas, cazan jochis, taitetú, monos, aves y también pescan. Muchos siguen usando flechas.
Hace siglos el pueblo era nómada y recorría en familia todo el trópico de Cochabamba para cazar, alimentarse y vivía en armonía con la naturaleza. Por ello, señalaron que las casi 115 mil hectáreas que se les asignó como TCO es poco, y, además, aseguraron que sus tierras son invadidas por los colonos, lo que ahuyenta a los animales que suelen cazar para alimentarse.
“Nuestros abuelos caminaban por todo el trópico y ahora el territorio que tenemos es muy poco, las 115 mil hectáreas ya han disminuido, antes se podía cazar cerca pero como ya hay muchos colonizadores poco se encuentra para cazar”, dijo Isategua.
Salud
A pesar de que la población yuqui ha aumentado, el cacique indicó que su pueblo todavía requiere mucha ayuda de las autoridades para que siga creciendo, para resguardar su territorio y para mejorar la atención en salud y educación.
“Necesitamos mínimamente un recorrido por todo el territorio una vez al mes para que así podamos resguardar nuestro territorio. Nosotros no tenemos la forma de hacerlo, pero por vía satelital se ve que estamos invadidos”, indicó el cacique.
Explicó que una de las causas que los mantuvo al borde de la extinción fue que los originarios no aceptaban otras personas que sean de su tribu y defendían su territorio, por lo que se enfrentaban con evangelizadores, colonos y madereros. Pero con el tiempo esa situación cambió y su naturaleza guerrera se modificó por una convivencia en armonía.
Historia
Hasta 1955 el pueblo indígena yuqui era nómada, cazador y guerrero. A partir de esa fecha, su contacto inicial con la sociedad occidental de Bolivia fue violenta y traumática, por lo que muchas instituciones intervinieron.
En 1971 su condición de grupo étnico nómade, cazador y recolector creó interés en el grupo evangélico Misión Nuevas Tribus para evangelizarlos, por medio de un proceso de sedentarización en el sitio que se conoce actualmente como Biá Recuaté.
Este proceso de occidentalización mermó su población, debido a que ya no contaban con un extenso territorio para cazar, no sabían sembrar o vivir del cultivo de la tierra, su mala alimentación causó que muchos enfermaran de anemia, micosis pulmonar, tuberculosis y otras enfermedades. A eso se suma que el sector era discriminado por los colonos, quienes se rehusaban a darles trabajo y los acusaban de ser flojos. Ahora todo parece haber mejorado para el pueblo originario, lo que mantiene optimista a Isategua.
Es que la cosmovisión y la forma de vida de los Bia o Yuqui era muy diferente al de las culturas orientales y occidentales del país.
“Nosotros no depredamos nuestro bosque, los colonos compran lotes y lo dejan pampa, nosotros vivimos de la naturaleza, respetamos la naturaleza”, indicó.
El antropólogo José Antonio Rocha dijo que el pueblo yuqui siempre vivió en su comunidad y con el menor contacto posible con otros pueblos.
“Los entendidos en el tema hablan de que habría pueblos que por sí solos decidieron apartarse de los contactos, por experiencia muy traumáticas para ellos, por su estilo y forma de vivir como los toromona y entre ellos podemos nombrar a los yuquis”, dijo el antropólogo.
Además, aseguró que al trasladarse de un lado a otro los yuquis fueron absorbidos por otras comunidades como parte de esa dinámica que existe por el desplazamiento de las poblaciones.
Fuente: lostiempos.com