“Mamá, estoy muriendo. Los amo”, las últimas palabras de Cataleya al morir por estreptococo y falta de ayuda médica

Sus padres denuncian que peregrinaron por hospitales y no los atendieron por falta de una referencia. Con los ojos completamente hundidos la pequeña de cuatro años, antes de perder la vida, les pidió a sus padres un último abrazo.

Ligia Portillo

 



Fuente: Red Uno

La pequeña Cataleya de cuatro años quien falleció por la bacteria Estreptococo Pyogenes, era prima del primer niño que falleció por este padecimiento y también tenía cuatro años. Los padres, Ariel y Lolaida, contaron la tragedia que vivieron.

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“Busqué ayuda y colaboración de la prensa para que este calvario no lo vuelva a vivir ningún padre, porque desde el domingo 3 de noviembre peregriné con mi niña en brazos por centros de salud y hospitales (…) Mi hija presentaba fiebre la llevé al Centro de Salud Sarcobamba, la valoraron y pese a tener el alza térmica de 39 grados me han despachado con amoxicilina e ibuprofeno, a pesar que le conté a la doctora la forma en que falleció mi sobrino. ¡Nadie me ha escuchado! ¡Nadie escuchó mis súplicas!”, contó en medio de lágrimas Lolaida.

La madre de Cataleya contó que rogó por atención para su hija, indicando que el primo de la menor había fallecido con Estreptococo Pyogenes. “Una doctora me dijo que estaba exagerando las cosas, me dijo que un niño cuando está con sus amígdalas inflamadas vomita”, contó con dolor.

Luego de los ruegos de la progenitora se ordenaron laboratorios para la niña de cuatro años, en el Hospital del Norte. “En este nosocomio hemos tenido un choque, porque a las 23:00 de la noche ¿dónde iba conseguir una fotocopiadora, para copiar su SUS y cédula de mi hija? Mi hermano menor rogó a guardias de seguridad para que nos ayuden”, relató.

Los resultados de laboratorio no fueron alentadores, la responsable le indicó que la pequeña estaba descompensada, presentaba plaquetopenia (es una condición en la que el número de plaquetas en la sangre es bajo) y PCR + que es precisa al diagnosticar ciertas enfermedades infecciosas. Al margen de esto presentaba amebiasis, una enfermedad intestinal.

Lolaida contó que volvió al Centro de Salud de Sarcobamba, donde la doctora que atendió a Cataleya le indicó que el cuadro clínico de su pequeña era por amebiasis. “Junto a mi esposo rogamos por una referencia y nos contestó que clínicamente no tenía como referirnos, ni cómo justificar. Me dijo que fuera a mi centro de salud (…)”, dio a conocer.

Desesperada la madre fue hasta el hospital del Norte donde suplicó por una referencia, sin embargo, la respuesta del galeno fue que no podía proceder de esa manera. “¡Discúlpame, pero no puedo, acá no tenemos pediatra y si te abro una historia clínica me seguirán un proceso, me aseguró!”, dijo en medio del llanto la madre.

El peregrinaje continúo, Lolaida tuvo que ir hasta el hospital “Edgar Montaño”, pero en este lugar también le negaron la atención porque no le correspondía la atención.

“Mi hija estaba con los ojos hundidos, mientras se retorcía de dolor, ya no tenía lágrimas para llorar (…)”, relató. En un intento desesperado nuevamente acudió hasta el Hospital Pediátrico, pero una vez más le negaron la atención médica por falta de una referencia.

La dura espera de Catalelya

Lolaida tuvo que esperar que hasta que amanezca, con su hija en brazos y fue hasta su centro de salud, en este lugar le indicaron que esta no era una emergencia, de esta forma la espera se convirtió en un martirio.

“Yo les dije que mi hija estaba taquicárdica, pese a esto no me atendían. De pronto empezó con deposiciones y vómitos, en ese momento recién se asustaron (…) Mi hija estaba sin fuerzas y recién nos dieron la referencia (…) Así llegamos hasta el Hospital Pediátrico, la doctora me indicó que sólo se trataba de Amebiasis, no requiere emergencia, eso podía tratarse en un centro médico. Llegamos en la mañana y ella estaba con suero”, dijo.

El momento más crítico fue a las 15:00 cuando Cataleya miró a los ojos de su madre, sin poder respirar y le dijo: “Mamá ya no puedo más, estoy muriendo, llama a mi papá (…) Salí corriendo y la abrazamos con su padre y nos dijo ‘los amo’ (…) Ella ya estaba azul, sus manos, pies, todo”.

Ambos padres tuvieron que enfrentarse a la actitud indolente de quienes le brindaban atención médica, quienes los calificaron de ‘histéricos’ y ser ‘hipocondríacos’. El terapista bajó y la sedaron, a los 25 minutos estaba en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).

El 6 de noviembre Cataleya estaba fallecida y el hermanito de la menor estaba ingresando al hospital con los mismos síntomas. Indignada Lolaida denunció al galeno que atendió al primer niño fallecido por estreptococo en una clínica privada.

“¡Porque no dieron la alerta al Sedes! ¡Hubiera evitado que mi hija muera! Tengo los brazos vacíos… ¡No tengo a mi hija! (…) A mi hijo estuvieron a punto de hacerle el mismo protocolo, yo me opuse, hasta que llegué mi familiar, un terapista. Nos mandaron protocolos de Argentina, si a él no lo trataban con la inmunoglobulina él también hubiera fallecido, ¡Me hubieran dejado sin hijos!”, dijo en medio del llanto desconsolado.

Cataleya fue tratada por un choque séptico, pero ella tenía un shock tóxico (TSS), que es una condición grave que se produce por una infección bacteriana que produce una toxina, en su caso fue Estreptococo Pyogenes.

“En el caso de mi hijito George mi familiar, un terapista, prácticamente peleó para que no suspendan el tratamiento con inmunoglobulina”, dio a conocer. Los padres de George y Cataleya, recibieron la llamada del Asesor Jurídico del Hospital Pediátrico, durante entrevista con El Mañanero, quien los amedrentó por contar su verdad.