El contrabando de Gas Licuado de Petróleo amenaza la economía y abastecimiento interno, mientras las autoridades intensifican controles fronterizos.
El contrabando de Gas Licuado de Petróleo (GLP) desde Bolivia hacia Perú y Brasil sigue siendo un problema crítico, impulsado por la enorme diferencia de precios entre los países. En Bolivia, una garrafa de GLP se comercializa a Bs 22,50, mientras que en el mercado peruano y brasileño puede llegar a costar hasta Bs 80, según informó el viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Luis Velásquez.
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Es decir, existe una diferencia de prácticamente Bs 60 en comparación con los costos en el mercado interno.
Por ello, el GLP boliviano se convirtió en un producto altamente codiciado en el mercado informal de los países vecinos.
Contrabando
Velásquez detalló que ya se realizaron importantes decomisos, tanto de garrafas como de otros combustibles en las zonas fronterizas.
El contrabando se suma a los problemas que atraviesa la Cámara Nacional de Distribuidores de GLP, que el jueves denunció que el incremento en los costos operativos y la escasez de diésel llevarían a una gran cantidad de empresas a cerrar.
El hecho de que una gran cantidad de las 130.000 de las garrafas que se distribuyen por día se destinen al contrabando genera que no lleguen al consumidor final, por lo que la demanda se mantiene, pese a que ya se ha realizado el costo de producción y de transporte.
Por ello, el viceministro de Lucha Contra el Contrabando afirmó que el control en las fronteras se incrementó considerablemente desde el mes de octubre.
Entre las incautaciones que comentó Velásquez, se encuentran 1.200 litros de diésel confiscados por el Comando Estratégico Operacional Amazónico en la frontera con Brasil, mientras que el Comando de Viacha opera en los límites con Perú para frenar la salida ilegal de combustibles y alimentos.
Con el Decreto Supremo 5245, aquellas personas que se dedican a actividades relacionadas con el contrabando pueden enfrentar sanciones de hasta 14 años de cárcel.