Un paro cardíaco fulminó al pequeño deportista cuando iba a patear el esférico.
Fuente: https://elpotosi.net
El coliseo Las Delicias se había llenado de aplausos y risas infantiles de las barras hasta que, de pronto, un silencio lo cubrió todo. Adán E. N., un niño de tan solo 11 años, se desplomó inesperadamente en medio del partido de futsal. Sin una señal previa, su pequeño cuerpo cayó, dejando desconcertados a jugadores, padres de familia y entrenadores.
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El árbitro, creyendo que se trataba de una lesión menor, detuvo el encuentro. Sin embargo, lo que siguió fue una escena cargada de desesperación y lágrimas. Padres de familia corrieron en busca de agua y alcohol, mientras algunos, con conocimientos médicos, intentaban reanimarlo. Pero los minutos avanzaron con rapidez hasta que una ambulancia llegó al lugar diez minutos después. Aunque fue trasladado a un centro de emergencias, su corazón dejó de latir, apagando la vida de un niño deportista lleno de sueños y energía.
EL DOLOR
El campeonato deportivo, organizado por la Alcaldía para estudiantes de sexto de secundaria, quedó suspendido tras la tragedia. La Unidad de Deportes emitió un comunicado en memoria de Adán: “Se suspenden los partidos programados (…) por el sensible fallecimiento del estudiante deportista Adán E. N.”
El luto no solo golpeó a los compañeros de equipo y a los espectadores, sino también a una familia que enfrenta enormes dificultades económicas. La madre de Adán, devastada y sin recursos, no tenía cómo costear siquiera el ataúd para despedir a su hijo. Entre sollozos, su dolor resonó en el coliseo, dejando a todos con el corazón roto. “Iba a patear la pelota y cayó. No se levantó más. Estaba moradito”, contó la madre del niño entre lágrimas.
Adán era el hijo mayor de tres que tiene la pareja. Su madre le describe como un niño inquieto y deportista. Él se había preparado como nunca para ir a jugar, pero no sabía que iba a perder la vida jugando el deporte que más le gustaba.