Los vecinos deben aguardar media hora como mínimo el paso de un micro. Muchos se ven obligados a gastar más de su presupuesto. Los transportistas señalan que solo trabaja un 40% de sus unidades
Fuente: eldeber.com.bo
Aumenta la desesperación de los usuarios por la falta de micros, quienes deben esperar más de lo habitual para tomar uno de los pocos buses que circulan, generalmente repletos.
“Cada día es más difícil conseguir un micro. A veces espero más de media hora y, cuando por fin pasa uno, viene lleno y ni se detiene,” comentó Brenda Suárez, quien depende del transporte público para llegar a su trabajo ubicado en la zona del Parque Industrial. Para llegar, Brenda necesita tomar dos micros: uno hasta la avenida Mutualista y otro hasta su destino final.
Este lunes, la situación fue aún más complicada. Alrededor de las 7:00, las paradas estaban llenas de gente esperando el paso de los micros, relató Brenda. Algunos pasaron de largo y cuando finalmente uno se detuvo, varias personas se abalanzaron hacia la puerta, tratando de entrar como podían. “La gente empuja y hay que viajar incómodos porque no hay suficientes micros,” agregó.
Nadia Farfán todos los días acude a trabajar en las tardes, pero generalmente ni bien sale a esperar micro pasa cualquiera de las líneas que la transporta, pero desde la anterior semana no puede controlar su tiempo, porque la frecuencia está totalmente alterada. “Antes no esperaba ni un minuto, pero ahora lo mínimo que estoy en la parada es 20 o 30 minutos”, reclama.
Silvia Moreno señala que para ir a la universidad debe salir con una hora de anticipación, porque ahora debe aguardar hasta 40 minutos el paso del micro, mientras que antes subía al minuto. “Tampoco me alcanza el tiempo para retornar a mi casa a almorzar, porque no se puede calcular el tiempo que uno necesita para conseguir transporte, por eso tengo que gastar también en la comida”, señala.
“La crisis es total, el pueblo empobrecido es el más afectado. La escasez de alimentos, la subida de precios y ahora se suma la falta de transporte público. Creemos que tocaremos fondo, porque el pueblo ya no aguanta más. Tiene que darse una solución urgente”, dice Baby, una vecina del quinto anillo y avenida Alemania.
El dirigente del transporte, Segundo Ricalde, señala que solo un 40 por ciento de los micros trabaja, porque el resto debe permanecer en las filas aguardando la llegada de gasolina o diésel.
Ricalde indicó que ese es el motivo por el que la población debe esperar más de lo habitual el paso de las unidades y pide que las autoridades hagan algo para poder solucionar este problema. Mientras tanto, ellos se mantienen en emergencia.
La gente también se queja del caos que generan las filas alrededor de los surtidores. En algunas intersecciones quitan visibilidad y no se puede ver si vienen otros vehículos. Las colas copan hasta tres carriles de las vías principales, lo que genera congestionamiento en diferentes puntos de la ciudad.
En algunos surtidores se forman hasta cuatro filas, incluidos a los que buscan comprar en galones, por lo que la transitabilidad se ve afectada.