El mallorquín no fue capaz de imponer su juego ante un sólido neerlandés, que apenas dio pie a la respuesta de Rafa
El tenista español Rafa Nadal (REUTERS/Juan Medina)
Fuente: infobae.com
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No pudo ser. El Palacio de Deportes José María Martín Carpena, el escenario de la Copa Davis, estaba listo desde hacía días. Las gradas a rebosar y el gran protagonista de la velada listo para salir a escena. La emoción se palpaba en el ambiente, comenzaba el último baile de Rafa con un primer ritmo llamado Países Bajos y una primera canción, Botic Van de Zandschulp. Los primeros pasos sobre la pista fueron tímidos para ambos, que trataban de seguirse el uno al otro sin dejar que su oponente se adelantara. Y entonces el traspié llegó con el primer set y el español tocó la lona. En el segundo, Rafa trató de despertar, pero no fue suficiente para apagar al neerlandés que cada vez veía más cerca la victoria y, tras un 6-2 en el marcador en el segundo set, acabó certificándola.
La Copa Davis se desmarcó como el torneo más esperado del año y con las cotas de interés más elevadas desde el pasado 10 de octubre, justo cuando Rafa anunció que colgaba la raqueta y la cita en Málaga sería su último torneo. Esta edición de la competición quedará grabada en los libros de historia del tenis, será recordada como el último duelo de Rafa, por mucho que él se resista a percibirlo así. La expectación comenzó desde primera hora de la mañana, cuando se confirmó que el de Manacor sería el primero en saltar a la pista por parte del combinado español. Las dudas sobre si finalmente jugaría o no y si lo haría en individuales o en dobles, quedaban despejadas.
Ya en el túnel de vestuarios, justo antes de salir a escena, las cámaras captaron a un nervioso Nadal, a quien incluso se le cayó la raqueta mientras jugaba con ella, esperando a que esos segundos que se le estaban haciendo horas pasaran cuanto antes. Y entonces llegó el momento. España enfiló el túnel para salir a la pista, donde les esperaba una gran ovación dirigida en especial hacia Rafa. Una emoción que acabó por estallar cuando comenzó a sonar el himno y ahí Nadal ya no pudo contener las lágrimas, pero cuando la pelota comenzó a rodar, la emoción quedó a un lado para dar paso al espectáculo.
El tenista español Rafa Nadal (REUTERS/Juan Medina)
Los primeros golpes del encuentro fueron tímidos. Nadal necesitaba ir encontrándose poco a poco y Van de Zandschulp no se sabe si por quién tenía enfrente o por la mala racha que arrastra desde hace tiempo, pero lo cierto es que también le ha costado entrar en faena. Ninguno cedía un solo servicio, pero tampoco ponía una marcha más que diera un poco de emoción al duelo. Hasta el 4-4 cada uno fue registrando su saque con puntos cortos y sin demasiadas florituras ni detalles. Y en ese momento, un Rafa nervioso se confundió a la hora de plantear el punto y acabo por sentenciarlo. Con 5-4 en el marcador para el neerlandés y el siguiente servicio a su favor, el primer set ya tenía nombre y apellidos: Botic Van de Zandschulp.
Con 1-0 por debajo en el marcador se veía obligado a remontar el partido. Nada le salía al de Manacor, mientras el neerlandés comenzaba a gustarse sobre la pista, la pelota comenzaba a correr sobre la pista a su son. Un sentir sobre la pista que le permitió arrancar el set rompiendo el servicio a Rafa y volver a repetir la hazaña unos juegos más tarde, para ponerse con 4-1 en el marcador. Sin embargo, Rafa todavía tenía mucho que decir y no estaba dispuesto a dar por perdido el duelo.
Nadal, saca la garra
Con la balanza del segundo set decantándose para el neerlandés, un mitológico ave fénix que hacía su aparición en Málaga para complicar el duelo a Van de Zandschulp. Un ave que, como si de un milagro se tratase, muere para resurgir de sus propias cenizas. Y este martes hacía su aparición en el Martín Carpena con nombre y apellidos: Rafa Nadal. Cuando todo parecía perdido, el de Manacor sacó su garra para recortar distancias y volver a reavivar las esperanzas de llevarse el partido. Punto a punto, zurdazo a zurdazo y subida a la red, tras subida a la red, Rafa fue ganando los juegos, con rotura de servicio incluida contra su oponente. Lo justo para ponerse 4-3. Era posible, todavía se podía dar la vuelta al resultado.
Pero Van de Zandschulp no se achicó y mantuvo una distancia con Rafa tras llevarse el juego y ponerse con 5-3 en el marcador. Solo un juego le separaba de la victoria. Estaba a un solo paso de certificar una victoria para Países Bajos. Que acabó llegando unos minutos más tarde con el 6-4. La fiesta de la retirada de Rafa se veía empañada con una primera derrota, pero España todavía tiene mucho que decir sobre la pista. Quedan dos oportunidades para certificar el pase a la siguiente ronda. El primer paso está en la raqueta de Carlos Alcaraz que deberá ganar para dar paso al cruce final que se disputará en dobles.