En 2024, la crisis económica, ambiental, política y la pelea interna del MAS «desencantaron a la población».
Una jurado electoral en las pasadas elecciones nacionales. Foto: Archivo
Luego de un año 2024 afectado por la crisis en varios ámbitos, las elecciones presidenciales de 2025 estarán marcadas por sus efectos, que influirán en la decisión del ciudadano al momento de elegir a las nuevas autoridades nacionales.
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“El tema de la crisis va a influir mucho a la hora de que los ciudadanos tomen su decisión electoral en un país en crisis. (Hay) un proyecto político que está agotado, que ya no da respuestas actuales y encima está fragmentado y dividido”, dijo el abogado y analista político cruceño Vladimir Peña, en entrevista con La Razón Radio.
Crisis
Asimismo, señaló que por ser el año del bicentenario del país, existe una gran expectativa en autoridades y ciudadanía en general. “Es, sin duda, (una elección) singular frente a otros procesos electorales”, añadió.
En una arena política removida por los interese electorales de varios de sus actores, existen al menos tres “espacios”, que intentarán ganar adscritos para conseguir los votos.
En criterio de Peña, el saliente 2024 estuvo marcado por varias crisis: Política, económica, ambiental e institucional.
Respecto de la crisis política, el profesional remarcó el quiebre del Movimiento Al Socialismo (MAS) y la tradicional “pelea” entre el oficialismo, la oposición y la nueva oposición, como nombró el presidente Luis Arce a la facción que lidera el expresidente Evo Morales.
Año electoral
Otra de las crisis que identificó Peña es la económica “negada” por el Gobierno y “marcada” por la escasez de dólares y el desabastecimiento de gasolina y diésel en el mercado nacional; problemas que no se terminan de resolver.
La tercera crisis es la ambiental, de la que dijo dejó “cicatriz” en las más de 10 millones de hectáreas arrasadas por los incendios en al menos cinco departamentos: Santa Cruz, Beni, Pando, Cochabamba y La Paz.
“La crisis ambiental, con más de 10 millones de hectáreas (afectadas), es una señal que la política no ha dado respuesta a uno de los graves problemas que tenemos en la actualidad y que todavía va a ser un problema del futuro”, lamentó.
La otra crisis que identificó es la institucional, en referencia a los órganos del Estado y su cuestionada “independencia”.
Institucionalidad
Sobre la institucionalidad hubo varios reparos este año, principalmente por la develación de un “suprapoder”, como calificaron varios políticos al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), del que cuestionaron, para empezar la “autoprorroga” de sus miembros y más adelante, sus resoluciones.
Hubo una serie de críticas para esa instancia judicial, principalmente por las decisiones que dilataron la preselección de los postulantes a las elecciones judiciales y, luego, el “sometimiento” sobre el Tribunal Supremo Electoral (TSE) cuando, a través de la Sentencia Constitucional 0770/2024-S4, dictó por primera vez desde que se eligen por voto a las autoridades judiciales, elecciones parciales.
Otra de las polémicas resoluciones tiene que ver con la validación del congreso arcista del MAS. En ese cónclave se eligió a Grover García como presidente de ese partido, en reemplazo de Evo Morales.
‘Caos’
“El caos institucional resume un parlamento inocuo, que las únicas noticias que ha dado, ha sido de pugilato. La atrofia institucional se ha expandido por todos los órganos”, criticó.
“La palabra crisis es la que define al país, por la crisis económica y términos sociales. El 2024 es el año de la crisis tan negada por el gobierno nacional y que golpeó fuertemente al país. Veo que los ciudadanos perciben que no han tenido una respuesta a la crisis”, consideró.
Ya para 2025, Peña dijo que la crisis y la percepción sobre su eventual resolución, será “clave” para definir las decisiones sobre un nuevo gobierno.
Mencionó tres “espacios” políticos. Primero, se refirió a la derecha, que recientemente conformó la “Unidad de la Oposición Democrática”; es un bloque aliado entre los expresidentes Carlos Mesa y Jorge Quiroga. Además del gobernador electo de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho y el empresario Samuel Doria Medina. Sobre esa alianza, dijo que generó “una expectativa positiva en el voto antimasista”.
Elecciones
“Los tradicionales tienen un espacio, pero muy ensimismados, pero no trasciende espacios electorales y, mucho menos, llega a los desencantados del MAS. La derecha sí va a tener un protagonismo por las influencias externas, la moda con Milei y otros líderes (…) Están empezando a sembrar para futuro, más que (tener) posibilidades reales de llegar a la presidencia en 2025”, consideró.
Ubicó como “centro” al alcalde cochabambino y líder de Súmate, Manfred Reyes Villa, y afirmó que “marca distancia” de los opositores tradicionales y del masismo.
Pero también analizó la situación del MAS, afectado por su crisis interna, aparentemente resuelta luego de que el TSE registró la directiva liderada por Grover García.
MAS
Consideró que el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, puede convertirse en el actor que resuelva las disputas entre el arcismo y el evismo del MAS. De no ser así, indicó, se puede abrir un espacio para los “disidentes” y citó el caso específico de la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, “que tendrán ganancia ante el quiebre político del MAS”.
El ámbito electoral va cobrando fuerza, más cuando hay varios sectores, partido y alianzas y hasta encuestas que muestran un “desgaste” del MAS.
Incluso la importancia de los comicios previstos para el 10 de agosto de 2025 fue resaltada por el presidente Luis Arce, que dijo que “el próximo año va a ser una pugna entre la izquierda y la derecha; una pugna entre el imperialismo y la soberanía del pueblo boliviano”.