La iniciativa impulsada por el kirchnerismo superó con creces el voto de los dos tercios que exige la Constitución Nacional; la UCR, el oficialismo, parte de Pro y fuerzas provinciales sumaron su apoyo
Gustavo Ybarra
Fuente: https://www.lanacion.com.ar
En un hecho sin precedentes, el Senado expulsó con el voto de más de los dos tercios de la totalidad de sus miembros al entrerriano Edgardo Kueider, por inhabilidad moral sobreviniente al ser detenido en Paraguay cuando intentaba ingresar con más de US$200.000 en efectivo sin declarar ante las autoridades aduaneras del vecino país.
La exclusión del ahora exsenador, cuyo mandato vencía el año próximo y será reemplazado por una ultrakirchnerista militante de La Cámpora, fue aprobada por 60 votos a favor, 6 en contra y una abstención. El resultado superó con creces los dos tercios de los presentes que exige el articulo 66 de la Constitución Nacional para remover de su banca a un legislador nacional.
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Por el contrario, fue rechazado el pedido de suspensión de Oscar Parrilli (Neuquén) por su procesamiento en la causa por el Memorándum de Entendimiento con Irán. La iniciativa fue impulsada por la vicepresidenta Victoria Villarruel e incorporada a la sesión con la venia del Gobierno como un tiro por elevación a Cristina Kirchner, de quien el senador neuquino es su alfil político, que acusó al Gobierno de haber cooptado con dinero el apoyo de Kueider a la Ley Bases y fue promotora de la ofensiva de Unión por la Patria para destituir al entrerriano.
En este caso, la votación estuvo lejos de la mayoría agravada requerida, ya que concluyó con 34 votos a favor, 31 en contra y la lógica abstención de Parrilli.
La caída en desgracia de Kueider se precipitó como una avalancha en las horas previas al inicio de la sesión del Senado, a tal punto que en el final del debate, en un confuso y breve discurso el jefe de la bancada oficialista, Ezequiel Atauche (Jujuy), terminó anunciando que los libertarios también apoyarían la exclusión. La decisión se tomó en la Casa Rosada.
Este giro de los libertarios provocó la reacción airada de varios senadores de la escudería amarilla, molestos por el offside político en el que quedaron. La chubutense Andrea Cristina fue una de las que le reprochó a Atauche la situación. “No te voto más nada”, le dijo la joven legisladora al jefe del bloque oficialista. Más duro aún fue el presidente de la bancada Pro, Luis Juez (Córdoba), quien se trenzó en una discusión con el libertario. “No podés manejar ni un auto, vos”, le espetó el cordobés mientras se retiraba de recinto.
Al final, el Pro votó dividido entre los pedidos de Mauricio Macri para que la escudería amarilla no se aliara con el kirchnerismo y el juego libre de varios de sus senadores, como Juez y la porteña Guadalupe Tagliaferri, alineada con Horacio Rodríguez Larreta, que no responden de manera taxativa a las órdenes partidarias del expresidente.
A favor de la remoción del legislador votaron 32 senadores de Unión por la Patria, 11 de la UCR, 6 de La Libertad Avanza, 3 de Pro y otros ocho de monobloques y fuerzas provinciales.
En contra votaron el radical Maximiliano Abad (Buenos Aires), los senadores de Pro Carmen Álvarez Rivero (Córdoba), Martín Goerling (Misiones), Alfredo De Angeli (Entre Ríos) y Andrea Cristina (Chubut), y el peronista Carlos Espínola (Corrientes), jefe del interbloque Las Provincias Unidas que integraba Kueider. La abstención fue del peronista Juan Carlos Romero (Salta), quien siguió ese camino para no votar con el kirchnerismo.
El pedido de desafuero y de detención emitido en la mañana por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, que lo investiga en el país por enriquecimiento ilícito, y las declaraciones formuladas anoche por Javier Milei –“Lo tienen que echar a patadas”, dijo el jefe del Estado en un programa libertario emitido por internet– fueron clave para desencadenar la debacle.
La votación se produjo después de un cuarto intermedio, que interrumpió un debate que estuvo plagado de acusaciones cruzadas de corrupción, para que los jefes de bancada se reunieran en el Salón Gris de la Presidencia del Senado. En ese pequeño ámbito, el kirchnerismo se mantuvo firme en su postura antes de abandonar el encuentro. Tras la salida de José Mayans (Formosa), jefe del bloque de Unión por la Patria, se hizo un último intento por encontrar un camino que evitara la expulsión de Kueider, pero no hubo caso. La suerte del representante por la minoría de la provincia de Entre Ríos quedó definitivamente sellada.
Hasta la mañana del jueves, el debate en la Cámara alta parecía encaminarse a una pulseada entre la expulsión, reclamada por el kirchnerismo, y la suspensión, que apoyaba el oficialismo en sintonía con los bloques de la oposición dialoguista. Todo apuntaba a que ambas iniciativas terminarían neutralizándose, ya que ninguna de las dos opciones reunía los dos tercios para su aprobación.
Pero todo cambió minutos antes del inicio del debate, cuando los radicales se volvieron a reunir y modificaron su postura. La noticia, anticipada por LA NACION, corrió como reguero de pólvora y terminó de decidir a senadores de otros bloques, que querían expulsarlo pero que iba a inclinarse por la suspensión por considerar que no se puede echar a un miembro del Congreso sin concederle antes el derecho de defensa.
La situación del legislador detenido en Paraguay se complicó más aún con los pronunciamientos a favor de la destitución de Juez y Tagliaferri. También habló en el recinto a favor de la expulsión el entrerriano Alfredo De Angeli, pero al final votó en contra, respondiendo al comunicado emitido por el partido apenas unos minutos antes de la votación que abogó por la suspensión de Kueider.
Ya antes de que empezara la sesión en el propio despacho del senador daban por hecho que la suerte estaba echada, que era cuestión de horas, lo que durase el debate, para que Kueider perdiera su banca. El ahora exlegislador permanece detenido en Paraguay desde el miércoles de la semana, cuando intentó pasar por la frontera sin declarar ante las autoridades aduaneras de ese país US$211.000 en efectivo.
En declaraciones exclusivas a LA NACION, el senador defendió su inocencia y calificó como “una locura” que el Senado lo destituyera sin darle el derecho a defenderse de las imputaciones que afronta ante la justicia de Paraguay.
El bloque radical había decidió el miércoles por la tarde apoyar la suspensión del senador hasta tener mayor información sobre el avance de la causa judicial que se tramita en Paraguay. “Pero el pedido de desafuero y detención de Arroyo Salgado cambió todo”, confió un senador, para explicar el cambio de postura, que fue adoptado en un nuevo encuentro por la mañana.
Otro legislador del centenario partido apeló, además, a las últimas declaraciones que partieron del oficialismo para justificar el apoyo a la expulsión. “La vicepresidenta dice que hay que barrer la mugre del Senado y después el Presidente dice que si es por él lo echaría a patadas; bueno, lo vamos a echar”, afirmó Pablo Blanco (Tierra del Fuego), aludiendo a las duras críticas contra Kueider vertidas por Victoria Villarruel y Javier Milei.
El oficio de Arroyo Salgado llegó cuando la sesión recién empezaba. Una de las primeras medidas adoptadas fue desalojar al personal y fajar los despachos que ocupaban el legislador y sus empleados en el palacio legislativo y en el edificio anexo del Senado. Es que, además del desafuero y la orden de detención, la jueza solicitó el allanamiento de las oficinas del legislador.