Balance: escasez de dólares sacude la economía y pone en duda el modelo del Gobierno


En febrero de 2023 empezó la volatilidad del tipo de cambio; ese año la divisa para su compra cerró en Bs 7,50. En 2024 llegó a los Bs 15, para bajar a Bs 11,30 que es la cotización actual. Su falta afecta de manera transversal a la actividad productiva del país

Juan Carlos Salinas

 

La falta de la divisa estadounidense ya se hace sentir en las finanzas personales de la población
Población protesta por la falta de dólar y de alimentos

 



Fuente: El Deber

La bolivianización de la economía de Bolivia en 2024, según la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) alcanzó el 90% en depósitos y el 99,3% en créditos.

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Una primera lectura seria que la población recuperó la confianza en el boliviano y lo utiliza con mayor frecuencia en lugar del dólar. Sin embargo, la moneda tiene dos caras y la economía de un país se maneja a gran escala. El proceso también se debió a que la banca dejó de vender dólares.

Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, sostuvo que a pesar de la alta bolivianización de la economía, “el peso del dólar estadounidense es innegable y su escasez durante 2024 fue un golpe duro a la actividad productiva del país”.

La necesidad de la divisa extranjera se hizo patente tanto para el sector privado como para el propio Estado.

Es en febrero de 2023 cuando se empiezan a encender las alarmas, pues por primera vez, desde 2011, el tipo de cambio de Bs 6,96 para la venta se modificó y superó los Bs 7, para cerrar en Bs 7,70.

José Gabriel Espinoza, analista económico, sostuvo que en 2024 la devaluación de la moneda nacional se aceleró considerablemente.

“En 2023 la devaluación del boliviano estuvo por el orden del 9%, hablo del tipo de cambio paralelo. Se arrancó con un dólar 6,96 para cerrar a Bs 7,50 y Bs 7,70. Durante este año se empezó con ese valor y lo estamos cerrando con Bs 11,10 y Bs 11,30, eso significa una devaluación de un 48%. Y que en algunos momentos puntuales se superó el 100%”, sostuvo Espinoza.

Remarcó que esta situación indica que el Gobierno fracasó en su lectura sobre la situación económica del país, en su política monetaria y en el control de los precios relativos que se encontraban equilibrados porque la población tenía expectativas positivas sobre el futuro económico de Bolivia.

“En 2024, eso cambió sustancialmente. Hoy la población no solo está preocupada por la economía nacional, sino también lo está por la economía familiar”, indicó Espinoza.

¿Por qué importa el dólar?

Osvaldo Paz es un emprendedor que lleva 10 años en el negocio de la metalmecánica. Sus especialidades son el ensamblaje y soldadura de diferentes parrillas móviles y fijas.

“Todo el material es importado y eso cómo se compra, pues con dólares. Las importadoras están comprando menos fierros y encima te cobran más caro. En 2022 y 2023 pude resistir, pero ya en agosto de este año no tuve otra que subir los precios”, contó Osvaldo.

Agustín Robles, tienen su negocio de agroquímicos y desde 2020 sufre por la escasez de dólares y por el constante pago extra que debe hacer en el mercado paralelo para conseguir la divisa extranjera.

“En este negocio se manejan cifras altas, pues cuando se va a realizar una compra en el exterior nos unimos varios para hacernos cargo de un contenedor. La idea es hacer una o dos compras como máximo, pero desde hace cuatro años, la renovación de nuestros productos es más lenta. No hay dólares y si pillas es mucho más caro y eso nos provoca graves desequilibrios en nuestras finanzas y la única forma de reducir las pérdidas es actualizando los precios a nuestros clientes”, señaló Agustín.

En este sentido Romero subrayó que la escasez y el encarecimiento del dólar significa un duro golpe a la economía boliviana.

Detalló que entre los principales afectados está el comercio exterior que tuvo que contraer las importaciones y volverlas más caras, lo que ha provocado un efecto inflacionario general, haciendo que la inflación después de 16 años llegue a un 8,8%, lo que afecta aún más la capacidad de pago de la población y devalúa la moneda nacional.

“A pesar de la alta bolivianización de la economía, es indudable el peso del dólar estadounidense. Para 2025 se espera que esta crisis multidimensional con un origen de déficit fiscal no mejore, pues continuará la escasez de dólares, la de combustible, la inflación seguirá alta. Es poco factible que el Gobierno tome medidas importantes en al ámbito monetario fiscal, pues se estará en un año muy politizado, donde los ajustes que sean necesarios se los dejará al próximo Gobierno. No se tocará el tipo de cambio, no se avanzará con el tema de la subvención de los carburantes”, explicó Romero.

Desde el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), indicaron que 2024 fue un mal año para el comercio exterior boliviano y remarcaron que el desempeño del sector en 2025 dependerá “de un golpe de timón en las políticas públicas”.

Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, manifestó que se llegó a un punto de quiebre, debido a que la escasez de dólares produce inflación e impacta en todo, e hizo notar que el gran desafío es que el sector privado pueda invertir más, y hacer florecer las Exportaciones No Tradicionales (agropecuarias, agroindustriales, forestales, madereras, manufactureras).

“Para ello, se impone un golpe de timón con seguridad jurídica; seguridad de mercados y seguridad de buenas políticas públicas. Sólo con un trabajo sinérgico y armónico público-privado, con una visión y responsabilidades compartidas de corto, mediano y largo plazo, podremos esperar un mejor 2025”, precisó Rodríguez.

Rodríguez señaló que según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el comercio exterior de Bolivia experimentó un bajón de $us 3.000 millones al tercer trimestre. Las exportaciones cayeron $us 1.643 millones, mientras que las importaciones bajaron $us 1.337 millones, con lo cual Bolivia va camino a registrar un segundo déficit comercial consecutivo en 2024.

“Menos exportaciones implican menos dólares en Bolivia para financiar sus compras externas. Por la falta de dólares, se encarece la divisa y suben los costos de importación y producción”, observó Rodríguez.

Golpe al bolsillo

Espinoza remarcó que los costos de producción entre 2022 y 2023 no se transfirieron al valor final, pero este año, debido el encarecimiento del dólar y de las importaciones, los costos se empiezan a transmitir al mercado de bienes y servicios, “por lo tanto, aparece un problema que se lo estaba negado y es el proceso inflacionario”.

Ese incremento de costos se hace palpable en los mercados. Donde el kilo de arroz de Bs 6, subió a Bs 13 y Bs 14, el litro de aceite, a pesar de los controles de las autoridades, no baja de los Bs 15, mientras el litro de leche de Bs 6, se lo compra a Bs 7. El kilo de pollo de Bs 12 y 13 se está comercializando a Bs 23. El corte de primera de la carne de res se vende a Bs 38 y Bs 40, el kilo a pesar de que el Gobierno y los tres principales frigoríficos del país acordaron evitar a los intermediarios para tratar de bajar el precio del kilo gancho, algo que hasta el momento no sucede.

Omar Castro, presidente de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), sostuvo que el encarecimiento del alimento es resultado del incremento de los costos de producción, debido a la escasez y al aumento de precio del dólar en el mercado paralelo.

“El sector advirtió que el producto se encarecería, debido a que los costos para su producción subieron. Es inexplicable que desde el Gobierno siempre se amenace y se intimide al sector, eso demuestra que no conocen la cadena productiva”, criticó Castro.

Sobre el comportamiento del precio de algunos alimentos fundamentales de la canasta básica, el viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor, Jorge Silva, reiteró que los controles en los mercados y centros productivos se están incrementando con el objetivo de evitar el agio y la especulación.

Silva considera que la regulación de los precios es fundamental para evitar aumentos injustificados, “se está trabajando con los diferentes sectores productivos para detectar dónde se da la suba de los precios, algo que no se va a permitir en este Gobierno”, señaló la autoridad.

Producto de estas reuniones Silva sostuvo que se llegó a un acuerdo con los productores de cerdo para que el kilo de este alimento no supere los Bs 38, la medida estará vigente hasta el 2 de enero de 2025. Mientras que, en el Beni, los arroceros se reunieron con autoridades gubernamentales que se comprometieron analizar los costos de producción y a garantizar la provisión de diésel.

Justamente los problemas de abastecimiento de combustible fue otro de los efectos colaterales por la escasez de dólares. El Gobierno para mantener este sistema durante este año desembolsó más $us 2.000 millones.

La situación llevó decir al presidente Luis Arce, “que la subvención de combustibles reduce los recursos para la construcción de obras en el país”. Por lo que pidió al pueblo decidir en el referéndum si se levanta gradualmente el subsidio a los carburantes. Algo que no sucedió.

Fuente: El Deber


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