Los diplomáticos Gustavo Aliaga y Javier Viscarra, además del excanciller Ronald MacLean, quien dijo que el Gobierno de Bolivia ha puesto al país “de rodillas” ante Chile, criticaron a su turno los acuerdos alcanzados en Santiago.
Raúl Penaranda U.
Fuente: Brújula Digital
Dos especialistas en temas internacionales y un excanciller de Bolivia rechazaron el acuerdo firmado en Santiago por el Ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, mediante el cual nuestro país acepta que Chile deporte a bolivianos y venezolanos que ingresan a su territorio de manera irregular.
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Los diplomáticos Gustavo Aliaga y Javier Viscarra, además del excanciller Ronald MacLean, quien dijo que el Gobierno de Bolivia ha puesto al país “de rodillas” ante Chile, criticaron a su turno los acuerdos alcanzados.
“El Gobierno acaba de poner de rodillas a Bolivia ante Chile nuevamente; nuevamente Bolivia está sujeta a un perjuicio por acuerdos que acaba de firmar el ministro de Gobierno, excediendo sus funciones seguramente, nada menos que La Moneda, el palacio presidencial en Chile”, dijo MacLean a Brújula Digital.
MacLean se preguntó qué gana Bolivia con el acuerdo: “¿Qué está dando Chile en retorno a Bolivia? ¿Cómo está pagando, en combustible, en dinero? ¿Cuál es la contraparte de esto?”.
El excanciller hizo notar también que Bolivia tiene pocas posibilidades de absorber a los venezolanos que sean expulsados de Chile. “Bolivia está en una crisis económica profunda. ¿Qué va a hacer con esa gente?, ¿dónde la va a poner?, ¿quién la va a mantener? Bolivia, que está sufriendo una crisis de empleo, una crisis de recursos, ¿todavía se va a hacer cargo de inmigrantes venezolanos y otros que vayan a Chile?”.
También lamentó que el acuerdo limite las posibilidades de pedido de asilo entre los dos países.
Acuerdo
En La Moneda, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, firmó el viernes con su par chilena Carolina Tohá un acuerdo mediante el cual se acepta la “reconducción” de venezolanos que llegan a territorio chileno por la frontera de Bolivia, es decir poder deportar a esos migrantes a Bolivia. Todos los que se hallen dentro de 10 kilómetros de la frontera chilena serán deportados y Bolivia debe recibirlos.
Este acuerdo de Del Castillo cambia una decisión anterior del presidente Luis Arce, de no reaceptar en el territorio a migrantes deportados, menos aún los propios bolivianos que pasan la frontera a ese país. Del Castillo, entrevistado por La Tercera de Chile, dijo que ese cambio de postura se debe “a la predisposición de tener buenas relaciones” con Chile.
El país vecino vive una crisis migratoria con la llegada de más de medio millón de venezolanos en los últimos años, lo que le ha generado tensiones sociales y problemas económicos. Además, el ingreso a su territorio de integrantes del Tren de Aragua ha ocasionado un aumento de la delincuencia y, por primera vez en la historia de ese país, la existencia de crimen organizado.
Desde hace años que autoridades y parlamentarios de ese país exigían a Bolivia recibir de vuelta a los migrantes, pero hasta ahora el pedido había sido rechazado.
“Precedente funesto”
Javier Viscarra, que ocupó cargos diplomáticos en varios países, también hizo preguntas sobre la manera cómo se implementará este acuerdo: “¿Qué planes tiene Bolivia para acoger a estos migrantes?”, dijo.
El especialista se preguntó también “¿por qué Bolivia ha decidido asumir el papel de centinela migratorio de Chile, cargando con costos sociales y económicos que no está preparada para afrontar?”.
“Es un precedente funesto”, agregó Viscarra: “Una vez más, Bolivia parece actuar como un facilitador de los intereses chilenos, dejando de lado cualquier consideración de sus propios intereses”.
Añadió que “temas cruciales para el interés nacional, como el mandato de la Corte Internacional de Justicia de reanudar negociaciones sobre el tema marítimo, bajo el principio de buena vecindad, permanecen completamente ignorados. Para la Cancillería boliviana estos asuntos parecen no existir. Su rol actual se limita a un complaciente alineamiento con los intereses de terceros, mientras los grandes temas de la agenda bilateral siguen enterrados en el olvido”.
Para Viscarra resulta obvio el optimismo mostrado por Chile tras el acuerdo migratorio: “¿Cómo no iban a calificarlo así, cuando la extrema docilidad de las autoridades bolivianas ha facilitado que este acuerdo sea prácticamente una victoria unilateral para Chile?, se preguntó.
«Demolición» de la política exterior
El diputado opositor y exvicecanciller Gustavo Aliaga expresó que este acuerdo puede generar un precedente negativo con respecto a los migrantes bolivianos que pasan otras fronteras, por ejemplo la de Argentina, que ahora tiene un gobierno antinmigración.
Aliaga dijo que Argentina va a buscar el mismo acuerdo que Chile, “para poder también deportar a los bolivianos que ingresan a ese país”.
El también experto en temas internacionales hizo notar el cambio de posición de Bolivia respecto de la “reconducción” de migrantes de terceros países: “El presidente Arce estaba en contra de esta política, pero parece que su ministro de Gobierno le hizo cambiar de criterio”, expresó.
“Bolivia no solo ha demolido la política exterior, ha licuado la política exterior, exactamente empezando desde el gobierno de Evo Morales y la continuación con Arce”, dijo Aliaga. Le llamó la atención que un tema de tanta gravedad “se deje en manos del Ministerio de Gobierno y que no se involucre la Cancillería”.
Aliaga admitió la gravedad del paso de delincuentes venezolanos a Chile, alguno de los cuales pertenecen a la citada banda Tren de Aragua, pero dijo que ello debería ser tratado dentro de los marcos del combate al crimen organizado y “no contra los migrantes”.
Los tres entrevistados señalaron que ningún Gobierno boliviano previo al actual había permitido, mediante un acuerdo, que los bolivianos migrantes pudieran ser deportados. También hicieron notar la absoluta ausencia de la Cancillería boliviana en la política exterior.
BD/RPU
Fuente: Brújula Digital