Bolivia ya produce menos gas al mes que en 2005


El país no encadenaba dos meses con registros por debajo del millón de metros cúbicos desde el 2009 cuando hubo algunos ajustes técnicos. Las perspectivas no son optimistas en ninguno de los frentes

Bolivia ya produce menos gas al mes que en 2005
Alejandro Gallardo, ministro de Hidrocarburos

 

Fuente: El País.bo



La lenta pero sostenida caída de la producción de gas natural en el país ha alcanzado estos meses otro hito. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), siempre atrasados, desde septiembre se producen menos de un millón de metros cúbicos de gas al mes entre todos los pozos operativos.

En septiembre fueron 902.000 metros cúbicos, en octubre 942.000, o lo que es lo mismo, 30 millones de metros cúbicos al día. Estas cifras no se registraban desde el verano de 2009, cuando se hicieron algunos ajustes técnicos, y de forma sostenida, desde 2005.

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Por ponerlo en su dimensión, 30 millones de metros cúbicos es la mitad de lo que se firmó como récord de producción en el país, a finales de 2015. También es medio millón menos que el contrato de provisión firmado con Brasil y sostenido a duras penas hasta 2020, cuando se asumió la incapacidad de abastecerlo.

La caída de Tarija

Por departamentos, Tarija es el que más producción ha perdido, pues entre 2011 y 2016 tuvo capacidad para producir en solitario con sus pozos de Margarita, San Alberto y San Antonio principalmente hasta 1,1 millones de metros cúbicos de gas al mes, más de lo que hoy se produce en el país, y que entonces representaba aproximadamente el 70% del global nacional.

En la actualidad se produce algo más de 400.000 metros cúbicos al mes, que es aproximadamente el 45 por ciento del total nacional, siendo aún el departamento que más aporta al conjunto gracias al complejo del megacampo Margarita. Santa Cruz produce el 39% principalmente desde Incahuasi; Chuquisaca un 15% uniendo Huancaya con lo que se cedió de Margarita y Cochabamba apenas un 1,5%.

El impacto de la caída de la producción sobre las cuentas de Tarija se lleva sintiendo desde el año 2016, empeorando cada año, sin que las políticas de ajuste hayan logrado frenar la caída. Aún así, la acumulación de años y los ingentes esfuerzos por culminar o clausurar los proyectos en marcha ha dado frutos para la estabilización interna, aunque sigue habiendo un ajuste social que incluye la migración ante la falta de oportunidades.

Incertidumbres

Desde el Ministerio de Hidrocarburos y YPFB se habla con optimismo de los proyectos de futuro, principalmente en el norte de La Paz, donde se estima 1,7 TCF en Mayaya. El anuncio se aceleró para exponerlo en julio pasado y desde entonces han llegado pocas nuevas noticias al respecto. Algunos expertos señalaron que era una proyección muy optimista y que faltaban pruebas básicas para estimar cantidades. Por otro lado, la experiencia con Lliquimuni, en la misma cuenca, que acabó en fiasco, no ayuda.

En Tarija YPFB puso los ojos en Tariquía y ya en 2017 se entregaron contratos al binomio YPFB – Chaco y Petrobras en dos áreas específicas que afectan a la reserva: Astilleros y San Telmo. En Astilleros se reportaron problemas con un trépano de perforación y en marzo, la subcontratista china Sinopec habló de buscar un nuevo punto de perforación, confirmando el fracaso. En San Telmo, tras años sin hacer la consulta previa, nadie explica cuál de verdad es el estado de un proyecto que sigue amenazando la reserva sin que en realidad pase nada.

El asunto de los mercados

Aunque en los años de auge del gas se habló de proyectos para darle valor agregado al gas a través de la industrialización y de buscar nuevos mercados con el GNL bien a través de la hidrovía con Uruguay o bien uniendo ductos con Perú, todo quedó en nada y Brasil y Argentina siguen siendo los mercados exclusivos.

Argentina logró explotar Vaca Muerta y sus reservas son ya suficientes no solo para abastecerse sino para exportar por todo el continente. El proyecto soberano de Brasil en el Presal va más retrasado y su mercado industrial es tan grande que la demanda sigue al alza. YPFB priorizó vender en ese mercado como operador privado aprovechando la ventaja competitiva que le aportan los ductos ya amortizados, sin embargo la capacidad limitada de producción ha hecho que los brasileros del gobierno de Lula firmen acuerdos de provisión estable con los argentinos del gobierno de Milei, sobre el papel archienemigos ideológicos, pero no tanto en los negocios.

Mientras, el Ministerio sigue sin cambiar de estrategia sobre la exploración: apuesta por dar “incentivos” a quien venga a jugarse sus dólares, y habla muy poco de las técnicas no convencionales que podrían abrir nuevas alternativas ahora que las técnicas han logrado niveles “aceptables” de respeto al medio ambiente.

Fuente: El País.bo


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