Ante la llegada de la época de lluvia y la tragedia registrada hace una semana en Bajo Llojeta, nuevamente se pone en evidencia las zonas en riesgo de posibles derrumbes y deslaves en el país. La Paz, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija son departamentos que, año tras año, son golpeados, sobre todo, por los deslizamientos, derrumbes y mazamorras que dejan a su paso dolor, muerte y destrucción.
Fuente: lostiempos.com
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Según información difundida en 2019 por la Alcaldía de La Paz, esa ciudad tiene más de 300 ríos subterráneos y está construida en terrenos inestables, pues más del 70 por ciento del área urbana está catalogado como “suelos de riesgo”.
Los Tiempos conversó con Milton Fernández, un profesional con amplio conocimiento en temas geológicos. El experto manifestó que las lluvias que se registran anualmente remojan y erosionan las laderas, generando formas y estructuras sobre las rocas, que son típicas de la erosión hídrica, con el consiguiente arrastre y lavado de material de las partes altas hacia las partes bajas. “Este paisaje se ve claramente en el Valle de la Luna y en casi todas las laderas adyacentes de los barrios y asentamientos urbanos de La Paz”, sostuvo.
Zonas de riesgo
Para el presidente de la Sociedad de Ingenieros de La Paz, Raúl Daza, el municipio no está debidamente preparado para la temporada de lluvias y urge que las autoridades encaren un plan de prevención permanente, tras la mazamorra en Bajo Llojeta.
Daza identificó sectores como Irpavi II, el río Aruntaya, Alpacoma, Vergel y Kupini como áreas de muy alto riesgo, donde se deben tomar precauciones inmediatas para evitar tragedias futuras. También recomendó a las familias que habitan en estas zonas inspeccionar sus viviendas, reportar cualquier daño estructural, a los números de emergencia, y, si es necesario, evacuar para protegerse.
Cochabamba
En el caso de Cochabamba, pobladores de Takoloma,una zona de riesgo constante, temen nuevos deslizamientos en el sector ubicado en el Distrito 8 de la zona sur de la ciudad, por la temporada de lluvias.
Otras regiones que también están con constante riesgo son Alto Cochabamba, Ticti Sur, Lomas del Sur, San Cristóbal, Primero de Mayo, Buena Vista y Alto Cobol y K’ara K’ara.
Factores geológicos
Para Fernández, el tema hídrico y geológico tiene una relación importante con los deslaves y deslizamientos en varios departamentos del país.
El experto explicó que, con el tiempo y, sobre todo, en temporada de lluvias, el agua de escorrentía, que se desliza por la superficie en favor de la pendiente y la gravedad, y el agua de infiltración, que penetra las partes profundas del suelo y la filtración del agua, generan el escenario apropiado para el deslizamiento de las laderas, tierras o mazamorra.
Añadió que el sustrato de las laderas adyacentes tienen agua que se desliza por debajo y por encima del suelo. “Por efecto de la gravedad, la pendiente y el peso terminarán cediendo ladera abajo”, advirtió.
Prevención y medidas
Fernández dio varias recomendaciones para prevenir y evitar los deslizamientos y derrumbes, uno de ellos es la forestación de las laderas con plantas nativas para minimizar o contener el deslizamiento de tierras. Sin embargo, en su lugar, hay más árboles de eucalipto y pino, que se enraízan superficialmente, aportan mínimamente en la sujeción del suelo y son susceptibles a caerse inclusive con los vientos fuertes.
Insistió que corresponde plantar árboles nativos de kewiña y kiswara.
Manejo de cuencas
El experto mencionó la importancia del manejo de cuencas, que requiere un enfoque multidisciplinario que combine conocimientos técnicos, ambientales, sociales y económicos.
Fernández sostuvo que todo depende del estado de la microcuenca. “También se deben realizar obras de infraestructura civil como gaviones y para disminuir la velocidad de la caída del agua, aunque las obras civiles, con el tiempo, terminan destrozadas por la fuerza y la velocidad del agua de los ríos. Por esta razón, implementar programas de manejo de cuencas es fundamental para realizar controles y monitoreos periódicos, antes del inicio de la época de lluvias”, enfatizó.
La importancia del manejo de cuencas es la seguridad hídrica porque garantiza agua suficiente y de calidad y contribuye a la reducción de desastres, pues minimiza el impacto de inundaciones y sequías.
Fuente: lostiempos.com